ESCUCHARA poco más de un mes del inicio de la guerra en la Franja de Gaza tras los sanguinarios ataques terroristas perpetrados por Hamas en territorio israelí, el Ejército de Israel aseguró que los extremistas palestinos perdieron el control de la zona.
El ministro de Defensa del país agredido el 7 de octubre pasado, Yoav Gallant, anunció que “Hamas perdió el control de Gaza” y que “los terroristas están huyendo hacia el sur”.
Gallant sostuvo además que “no existe ninguna fuerza de Hamas capaz de detener” a las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus sigla en inglés).
Además, en el marco de la operación terrestre, la brigada Golani de las Fuerzas de Defensa ingresó al edificio del Parlamento de Hamas y divulgó una imagen pocos minutos después de las declaraciones de Gallant quien, además, aseveró que “los civiles están saqueando las bases de Hamas”. “Ya no confían en el Gobierno”, apuntó.
En tanto, un vocero del Ejército informó que las tropas israelíes abatieron en las últimas horas a cinco altos mandos de Hamas: Yakub Ashur (jefe de misiles antitanque de la Brigada Jan Yunis); Mohammed Jamis Dababash (ex jefe de inteligencia militar); Tahsin Muslem (responsable de las fuerzas especiales en Beit Lahia); Jihad Azem (oficial de inteligencia en Zaytun) y Munir Hareb (jefe de Asuntos Públicos de la brigada de Rafah).
Los organismos de defensa israelíes ya reportaron que cientos de puestos de lanzamiento de misiles antitanque y 300 accesos a túneles terroristas fueron destruidos tras más de 4.300 ataques.
Detallaron también que antes del 7 de octubre Hamas tenía unos 30 mil terroristas desplegados en Gaza, repartidos en cinco brigadas regionales, 24 batallones, y cerca de 140 compañías y que a la fecha sufrieron “importantes golpes” y están presentando dificultades para organizar sus ataques, producto de las numerosas bajas registradas en sus filas.
En un contexto de asedio, los terroristas están usando a los civiles que quedan en el norte de Gaza como escudos humanos, tal como lo denunció la Unión Europea (UE).
Mientras Israel sigue redoblando esfuerzos para debilitar a Hamas, el primer ministro Benjamin Netanyahu afirmó que su gobierno está haciendo “todo lo posible” para la liberación de los más de 200 rehenes que siguen en manos del grupo terrorista. Reconoció, incluso, que no descarta un “posible acuerdo”.
