El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró hoy que respetará la Constitución aunque evitó reconocer directamente la derrota del domingo ante el mandatario electo, Luiz Inácio Lula da Silva, en el primer pronunciamiento dos días después de perder los comicios más importantes de la historia, en los cuales fracasó en su intención de ser reelegido.
Por su parte, su jefe de Gabinete, Ciro Nogueira, anunció que este jueves comenzarán las negociaciones de transición con el Gobierno que asumirá el próximo 1 de enero.
En un pronunciamiento de poco más de 2 minutos en el Palacio de la Alvorada, residencia presidencial, Bolsonaro dijo: “Mientras sigo siendo presidente y ciudadano siempre jugaré dentro de la Constitución”.
Pero a la vez justificó la ola de protestas lanzadas por sus seguidores con cortes en más de 220 rutas del país reclamando golpe de estado y denunciando fraude en las elecciones.
“Los actuales movimientos populares son fruto de la indignación y el sentimiento de injusticia de cómo se dio el proceso electoral. Las manifestaciones pacíficas son bienvenidas, pero nuestros métodos no pueden ser los de la izquierda, que siempre perjudicaron a la población, como invasión de propiedades, destrucción del patrimonio y cercenamiento del derecho de ir y venir”, aseguró el mandatario.
Bolsonaro también agradeció los 58 millones de votos recibidos y dijo que es un “honor ser el líder de millones de brasileños que como yo defienden la libertad religiosa, la libertad económica, la libertad de opinión y la honestidad de los colores de nuestra bandera”.
El presidente evitó hablar de transición o citar a su rival en las elecciones, Lula da Silva, que lo convirtió en el primer jefe del Estado que fracasa en su intento reeleccionista y transformó al líder del PT en el primer dirigente que es electo tres veces como primer mandatario.
A su lado, el jefe de gabinete, Ciro Nogueira, anunció que el jueves comenzará la transición con el equipo de campaña de Lula, que designó para esa misión al vicepresidente electo, Geraldo Alckmin.
El pronunciamiento ocurrió luego de más de 12 horas en las cuales manifestantes cortaron rutas en 10 estados, generaron trastornos en las rutas, desabastecimiento en algunas ciudades y un muerto en un accidente en el estado de Mato Grosso do Sul.
“La derecha -aseguró el presidente- surgió de verdad en nuestro país. Nuestra robusta representación en el Congreso muestra a fuerza de nuestros valores: Dios Patria, Familia y Libertad. Formamos varios liderazgos en el país, nuestros sueños siguen más vivos que nunca y estamos por el orden y el progreso”, agregó en alusión a la fuerte bancada que su sector tendrá en el Parlamento.
En el breve discurso, el líder de la extrema derecha brasileña se hizo espacio para señalar que compitió en inferioridad de condiciones respecto de otros sectores políticos.
“Enfrentando a todo el sistema superamos una pandemia y las consecuencias de una guerra. Siempre fui rotulado de antidemocrático y al contrario de mis acusadores siempre jugué dentro de la Constitución. Nunca hablé en controlar o censurar a los medios ni las redes sociales”, dijo, supuestamente acusando a Lula de esas acciones.
Tras las palabras de Bolsonaro, el Supremo Tribunal Federal de Brasil, la máxima corte judicial del país, emitió un comunicado diciendo que, con su breve discurso, el presidente aceptó su derrota en las elecciones del domingo.
“El Supremo Tribunal Federal destaca la importancia del pronunciamiento del presidente de la República para garantizar el derecho de circulación respecto a los bloqueos y, al determinar el inicio de la transición, reconocer el resultado final de las elecciones”, dice el comunicado oficial, difundido también en la red social Twitter.
El pronunciamiento de Bolsonaro tras la primera derrota de su carrera política (desde 1990 fue elegido ininterrumpidamente diputado y en 2018 fue electo presidente) ocurre en medio del caos generado por sus seguidores más radicales.
Este movimiento generó que perdiera a dos días de su derrota a los gobernadores aliados en San Pablo, Rio de Janeiro y Minas Gerais, que repudiaron los cortes de rutas y pidieron a las personas derrotadas por Lula reconocer el resultado de la elección.
Sobre todo porque la justicia acusó de conniventes a sectores de la Policía Caminera Federa, donde posee lotes de poder el senador Flavio Bolsonaro , hijo del presidente, por evitar sacar de las rutas a los manifestantes y además ser vistos felicitando a los ultraderechistas.
Las asociaciones y entidades de camioneros condenaron las acciones. Bolsonaro entregó antes de las elecciones ayudas sociales de 1200 dólares, en cinco cuotas, a los transportistas autónomos y taxistas, dos de los sectores que mas lo respaldan.
A la falta de soluciones dadas por a policía caminera, el juez supremo Alexandre de Moraes determinó que las policías provinciales puedan actuar para despejar las rutas federales, algo que hicieron los gobernadores gobernadores Rodrigo García, de San Pablo, Claudio Castro, de Rio, y Romeu Zema, de Minas Gerais.
Las elecciones del domingo fueron las más ajustadas de la historia después de una campaña violenta, con el líder del PT con 50,9% de los votos ante el 49,1% del mandatario.