Confirmarán inflación récord y el comercio sufre: casi la mitad de año “perdida” para recuperar ventas

Aquejados por la fuerte retracción del consumo por parte de las familias, por los aumentos de sus proveedores, por las nuevas regulaciones del Gobierno y por las quejas de los consumidores, comerciantes y retailers están pasando hoy por una difícil pospandemia. ¿Qué muestran los números de la economía en cuanto al gasto de las familias y qué esperar hacia adelante? Algunas respuestas, a partir de informes de Indec y de consultoras privadas

La escalada inflacionaria de inicios de este año, agravada en marzo por las consecuencias sobre los precios internacionales de los alimentos de la invasión de Rusia a Ucrania, puso en dudas la continuidad del proceso de recuperación del consumo que se diera en el segundo semestre del año pasado.

Comerciantes y distintos operadores del retail y de toda la cadena de distribución en la Argentina comenzaron a sufrir la llegada de nuevas listas de precios desde la industria alimentaria, con impactos por fuera de toda lógica. Fue el caso de la harina y de algunos productos de la cadena del trigo, que primero comenzaron a escasear y luego escalaron precios de un modo que parecía incontenible hasta que la intervención gubernamental retrotrajo los precios de esos productos a niveles previos. Hoy la harina se consigue incluso a un precio menor al que tenía al inicio del proceso, en febrero, porque además se sumó el sobrestock en los molinos y la oferta es mucha.

De todos modos, el caso de la harina inauguró un nuevo comportamiento del Gobierno nacional en torno al tema precios al consumidor, que puso en alerta a distintos operadores de la distribución. Aquejados por la fuerte retracción del consumo por parte de las familias, por los aumentos de sus proveedores, por las nuevas regulaciones del Gobierno y por las quejas de los consumidores, comerciantes y retailers están pasando hoy por una “difícil pospandemia”, en palabras de sus protagonistas, que arriesga con dejar como “perdidos” al menos los primeros cinco meses del tan esperado 2022, con la vaga esperanza de que el segundo semestre del período permita recuperar el terreno perdido en materia de consumo.

Este miércoles se confirmaría un índice inflacionario cercano a cinco por ciento para marzo, lo cual establecería el máximo nivel mensual alcanzado por la escalada de precios en muchos, muchos años. La alerta está lanzada y el Gobierno asegura que una intervención en distintas bandas con planes de trabajo paralelos contendrá ese guarismo inflacionario, que -si se proyecta hacia adelante- puede acarrear gravísimas consecuencias al comercio y a toda la cadena de distribución en el país.

Consumo: como venimos

Durante 2021 el consumo privado terminó rebotando 8,9% respecto a 2020, lo que no alcanzó a recuperar el nivel prepandemia, ya que durante 2020 éste se contrajo 12,8%. ¿Qué pasará este año? “Se esperaba que la dinámica del consumo siga en niveles previos a 2020, ya que además de un desempeño real por debajo de la tasa de recuperación global, también se observó una fuerte aceleración de los precios implícitos del consumo, por encima de la suba de la inflación”, aseguran los economistas de la consultora Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEA XXI).

“Este año la economía se enfrentará a grandes desafíos: la base de comparación ya no permitirá al gobierno dibujar la realidad con números de subas interanuales, y la inflación en los tres primeros meses del año no da tregua, si el guarismo de marzo termina por encima de los cinco puntos estimados, ya habremos acumulado más de 13% de inflación en un trimestre. Sin embargo, vemos que mes a mes esta se acelera, y los salarios nominales, como siempre, corriendo de atrás, lo que deprimirá más el consumo”, agregan los autores de un informe sobre consumo difundido sobre finales de la semana pasada y que escenifica con claridad la situación que atraviesa el consumo masivo en el país.

“Además, agregan, al no ser un año de elecciones, se pierden los incentivos del Gobierno a incrementar con objetivo electoral las transferencias sociales, lo que está generando fuertes tensiones entre éste y las organizaciones sociales”. Las últimas semanas han atestiguado esta realidad, con un sensible aumento de la conflictividad social.

Se suma otro factor a este tensionante “combo” socio-económico. La quita de subsidios, sumada a la suba de los precios de la energía, impactará de lleno al sector privado, ya sea por la disminución del ingreso disponible para gastar luego del pago de tarifas como por la suba de costos de producción. “No obstante -advierten en este punto los firmantes del informe de CEEA XXI- es necesario comenzar a liberar los precios, no sólo de las tarifas sino también de todos los bienes y servicios, a fin de eliminar la distorsión enorme de precios relativos que la economía argentina viene acumulando hace décadas, y que ha destruido el sistema de precios como asignador de recursos”.

Los fríos números

En realidad, el enfriamiento del gasto no comenzó en enero de este año, sino antes. Según Indec, el consumo subió en el cuarto trimestre 7,7% en la medición interanual, mostrando la tercera expansión de los últimos tres años, aunque ya se percibe la desaceleración respecto al trimestre previo. De esta forma, el consumo se ubica por debajo de los niveles de prepandemia.

En realidad, si analizamos desde el primer trimestre de 2005 hasta el primero de este año, el crecimiento trimestral promedio fue de 2,7%, aunque lleva 11 trimes,tres consecutivos de caídas, promediando una baja del 8,5%. Con este “rebote”, la baja promedia en tres años una caída de 3,4%.

En tanto, cuando analizamos la evolución de precios implícitos del consumo, calculada en base a las cuentas nacionales, durante el tercer trimestre de este año los precios se incrementaron nada menos que 57,8% interanual, es decir por encima de la inflación medida por el IPC de Indec.

La recaudación del IVA

Se trata del indicador por excelencia utilizado por los economistas para mirar el comportamiento del consumo al día. Durante el segundo mes del año, la recaudación por este impuestos a las ventas totalizó $335.525 millones. En términos nominales, esto implicó una suba de 58,2% interanual de la recaudación dada la base de comparación del mismo mes de 2021, y una baja respecto del mes anterior (-6,6%).

“Cuando se deflacta por el índice de precios, se verifica que desde el comienzo del aislamiento social la recaudación de IVA cayó fuertemente en términos reales, comenzando a recuperarse recién a finales de 2020. En diciembre logra el primer resultado positivo desde noviembre de 2018. En febrero de 2022 volvió a subir un 6% en términos reales, mostrando el agotamiento de la mayor recaudación por el rebote del consumo”, afirma la consultora CEEA XXI.

Confianza del consumidor

Se trata de otro interesante índice que revela conductas de los consumidores en función de sus expectativas presentes y futuras. En el mes de marzo, la confianza del consumidor, de acuerdo con el índice elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella se contrajo 6,4% respecto a febrero, mientras que en la comparación interanual cayó 3,4%. Los gráficos de este informe revelan que al día de hoy la confianza de los consumidores se encuentra casi 10 puntos por debajo del promedio histórico, habiendo retomado una racha de caída de confianza de varios meses atrás.

Incluso, analizado más detalladamente, la caída del 6,4% mensual se explica por la baja de todos sus componentes: Bienes Durables e Inmuebles se contrajo 8,6%, la Situación Macroeconómica 8,1% y la Situación Personal 3%.

Respecto a marzo de 2021, la contracción de 3,4% del nivel general se explica por una caída de 15,9% de la Situación Macroeconómica, mientras que la Situación Personal se contrajo 1,1% y la intención de compra de Bienes Durables se expandió 13,6%.

Si bien se muestra un repunte en el consumo de este ítem de Bienes Durables, se observa en el gráfico que estamos ante un caso de “rebote” desde sus mínimos históricos, mientras que los demás subíndices se ubican muy por encima, a pesar de los desplomes de los últimos meses. Un rebote que según operadores de mercado posiblemente tiene relación con el precio del dólar y no necesariamente con la situación actual de las familias.

¿Cómo está el comercio?

La caída del consumo de bienes podemos analizarla considerando tres encuestas elaboradas por el Indec: ventas en centros de compras (shoppings), supermercados y autoservicios mayoristas.

Sin lugar a dudas, su análisis revela que los primeros han sido los más afectados durante la pandemia, pero son los que muestran un mayor “rebote” en un entorno pospandemia.

En enero, la flexibilización de las restricciones permitió una expansión de las ventas en términos nominales, totalizando $18.023 millones de pesos corrientes ($2.790), lo cual implicó una fuerte suba respecto a enero de 2021, nada menos que del 101% en términos nominales y de casi 36 puntos en términos constantes. Consultados los economistas del CEEA XXI, afirman que “ambos valores no son relevantes, ya que se explican por la baja base de comparación del pasado año. Si se analiza respecto a las ventas previas a la pandemia, los valores constantes aún se encuentran muy por debajo de estos”, afirma el equipo dirigido por el economista Guido Vignoli.

Los supermercados y mayoristas, en tanto, debido al tipo de bienes de consumo mayormente no durables que expenden, han facturado $154.472 (por debajo del mes previo) y $23.331 millones, siempre a precios corrientes. Esto implica una suba de 57,6% en términos nominales, pero cuando ajustamos los valores por inflación, las ventas de supermercados subieron 4,2% de modo interanual en términos reales y las de los mayoristas cayeron 1,3% también interanual.

¿Qué se vende hoy?

Si se analiza lo que consumen los argentinos en supermercados y mayoristas, en enero el mayor gasto realizado en ambos fue en almacén: mientras representó 24% de la facturación de los supermercados, llegó a casi la mitad (39%) en el caso de las ventas mayoristas.

Otro rubro que tuvo una fuerte participación en mayoristas fue artículos de limpieza y perfumería, que representó 30%, mientras en los supermercados alcanzó 14% de las ventas. El resto del consumo se concentra principalmente en supermercados: bebidas (13%), carnes (11%), lácteos (10%), verdulería y frutería (4%) y panadería (tres por ciento).

Finalmente, otro indicador observado por quienes siguen de cerca el comportamiento del gasto masivo es el consumo de servicios.

De acuerdo con el Indicador Sintético de Servicios Públicos relevado por Indec, durante diciembre, el Nivel General se expandió 10,7% interanual, mientras que respecto a noviembre presentó una suba de 0,4% mensual.

En términos interanuales, en diciembre la demanda de energía eléctrica, gas y agua registró un crecimiento de 6,4%; la recolección de residuos tuvo una suba de 4,5%. Por su parte, el transporte de pasajeros y de carga aumentaron 114,4% y 58,5%, respectivamente; los vehículos pasantes pagos por peajes se expandieron 35,3%. Asimismo, el servicio de correo postal aumentó 7,4% y el sector de telefonía 4,3%.

En tanto, respecto al mes previo, la demanda de energía eléctrica, gas y agua subió 1,4%; la recolección de residuos se expandió 0,5%; el transporte de pasajeros aumentó 5,7%; y el transporte de carga se contrajo 0,6%. Por su parte los vehículos pasantes por peajes mostraron un aumento de 1,5%; el servicio de correos registró una mejora de 5,3%; y la telefonía se contrajo 0,1%.