El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, anunció nuevas flexibilizaciones para el interior de la provincia que permiten reuniones familiares de hasta 10 personas, además de la habilitación de los bares y restaurantes.
“Estamos entrando en una nueva fase para hacer frente a esta pandemia que está asolando el mundo y queremos hacerlo cuidando dos cosas que me parecen centrales: la salud de los cordobeses y las libertades individuales”, destacó Schiaretti al encabezar el anuncio en Casa de Gobierno.
Desde este fin de semana, se podrán realizar reuniones familiares de hasta 10 personas, únicamente para las personas que residan en una misma jurisdicción.
En tanto, desde mediados de la próxima semana, se habilitarán bares y restaurantes en el interior provincial, y en todos los casos deberán adecuarse a los protocolos, cuyos cumplimientos estarán a cargo de los municipios.
La flexibilización alcanza a la totalidad de las 426 localidades del interior cordobés, que están denominadas ‘zonas blancas’ por no tener circulación comunitaria del virus Covid-19, en tanto la capital cordobesa es la única que se mantiene en ‘zona roja’ y en el curso de la próxima semana se anunciaría nuevas flexibilizaciones.
Responsabilidad y prudencia
El mandatario pidió a todos los sectores de la sociedad que actúen con responsabilidad y prudencia y expresó: “No tengo dudas que nuestra Córdoba va a recuperarse más allá de que estamos enfrentando una grave crisis económica desatada por el coronavirus, y que es superior a la crisis del 2001”.
Schiaretti estuvo acompañado por el vicegobernador, Manuel Calvo, y el ministro de Salud, Diego Cardozo, entre otras autoridades y representantes del Comité Operativo de Emergencia (COE).
También se explicó que las 426 localidades del interior se encuentran con el nuevo estatus sanitario de distanciamiento social, que habilita a las personas a circular y trabajar con una separación de dos metros y usando tapabocas.
Mientras que en el caso de la capital local, se mantiene el estatus del aislamiento social, preventivo y obligatorio, que implica que cada persona debe quedarse en su domicilio y solo puede salir para hacer compras básicas, trabajos exceptuados o tareas especialmente autorizadas.