La postal se repite en la mayoría de las localidades cordobesas: diques que llegan a un nivel alarmante por debajo de su estado normal, lo que hace que se decida la alerta roja para interrumpir o racionar el suministro de agua potable. Además, las sequías en la Argentina constituyen una de las principales adversidades que afectan en forma recurrente y con extrema severidad las regiones destinadas a la agricultura y la ganadería. “El efecto de la sequía es algo que se arrastra desde hace varios años; tiene inercia. Por más que comenzara a llover ahora, no saldríamos de la sequía de forma inmediata, sino que tardaríamos varios meses”, advirtió a Comercio y Justicia Andrés Ravelo, del Centro de Relevamiento y Evaluación de Recursos Agrícolas y Naturales (de la UNC), que se encarga de monitorear la sequía en Córdoba y en el país.
– ¿Qué nivel de sequía presenta la provincia de Córdoba actualmente?
– Teniendo en cuenta el índice de sequía medido a través de las precipitaciones, estamos 200 milímetros (de agua) por debajo de lo que debe ser para esta época. Es decir, entre abril y octubre de este año, debería haber llovido esa cantidad. En este momento seguimos con un alto proceso de sequía que viene desde el año pasado (temporada 2007-2008), que luego fue atenuado por las lluvias de verano, que no fueron suficientes. Ahora estamos entrando en 2010 y no hay muchas proyecciones de que esta situación vaya a mejorar. Se puede decir que este año ya estamos llegando a una sequía extrema y es muy importante saber que se trata de un evento que va a volver a ocurrir, ya que se trata de un fenómeno recurrente y aperiódico.
– ¿De qué manera pronostican lo que ocurrirá durante los próximos meses?
– El fenómeno meteorológico El Niño está muy asociado con las anomalías hídricas. Este fenómeno, en algunas partes del mundo genera grandes sequías (como lo es el norte de Brasil) y en otras regiones, como Córdoba, genera grandes lluvias. A nivel mundial, existe un monitoreo continuo acerca de los indicadores de El Niño y uno de ellos tiene que ver con la medición del aumento de la temperatura del mar (Pacífico-tropical); cuando ésta aumenta, estamos en presencia del fenómeno. En este sentido, la presencia de El Niño nos ayudaría en este momento a salir de la sequía, aunque todavía no se sabe qué va a suceder. Lo que se debe hacer, una vez que comiencen las lluvias, es no olvidarse de que en otro momento va a dejar de llover y la sequía va a volver. Entonces, debemos aprovechar esos momentos en donde la urgencia desaparece para prepararnos.
– ¿De qué manera podemos estar preparados para soportar la sequía?
– Está claro que las sequías van a seguir ocurriendo; lo único que necesitamos es tener un seguro, un respaldo, para que cuando sucedan estemos bien preparados. No sabemos exactamente la intensidad con la que van a venir, ni cuándo, pero es inminente que va a volver. Y que nos va a afectar económicamente, eso también está demostrado. Entonces, frente a eso, tenemos que tener un plan de acción. Y ese plan de acción ya es una responsabilidad gubernamental. Las instituciones privadas, ONG o cooperativas pueden ayudar, pero a lo que hace falta es una legislación que establezca qué es lo que se tiene que hacer.
– ¿Qué acciones concretas se pueden realizar para paliar este flagelo?
– Hay varias. La primea de ellas es cuidar el recurso del agua. No malgastarlo,