La producción, regulación y autosuficiencia de derivados plasmáticos es considerado un campo estratégico de la salud y lograr incrementar la donación voluntaria de sangre se ha convertido en el cuello de botella para el desarrollo del sector. Sobre estos temas debaten, desde ayer y hasta el viernes, referentes de 16 países que participan en la “Primera Reunión Latinoamericana de Plasma y Hemoderivados”, organizada por el Laboratorio de Hemoderivados de la UNC.
“La única forma de alcanzar la suficiencia de sangre que sea segura es con donantes voluntarios repetidos, gente que esté dispuesta a donar su sangre dos veces al año, en forma permanente, con un compromiso a largo plazo”, advirtió ayer en Córdoba el venezolano José Ramiro Cruz, asesor Regional del Servicio de Sangre de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).“La iniciativa de la OPS para este año se denomina “Comprometidos para salvar vidas”, en referencia a comprometer dos unidades (de donación de sangre) al año. Aunque las mujeres pueden donar tres veces al año y los hombres hasta cuatro veces al año, nosotros no estamos pidiendo que donen al máximo sino que donen dos veces al año, cada seis meses”, detalló.
Sin estadísticas
En la región existen tres plantas de procesamiento de hemoderivados, la de Córdoba, una en Cuba y otra en Venezuela. Sin embargo, Cruz reconoció que aunque no existen estadísticas específicas, la donación de sangre no alcanza para cubrir las demandas.
“La cantidad de sangre que se colecta no es suficiente para cubrir las necesidades y tenemos la sospecha de que tampoco tenemos suficiente plasma para enviarlo a las plantas que existen en la región”, detalló el asesor de la OPS.
Por otro lado, advirtió que también se convive con “compañías que han salido a recolectar plasma o negocian la obtención de plasma en Latinoamérica y luego lo mandan a plantas europeas”.
El poder curativo del plasma José Ramiro Cruz explicó la importancia y los beneficios del plasma sobre determinadas afectaciones en la salud humana. Otra utilización son las inmunoglobulinas que se usan, por ejemplo, cuando a un niño lo muerde un perro y se sospecha que el animal tiene rabia. |