Al igual que la durante la Semana Santa de 2020, los países con mayoría de población católica se vieron obligados a adoptar restricciones por la pandemia, ante el rebrote de contagios de coronavirus.
El denominador común serán las misas al aire libre o con un número limitado de feligreses y las actividades religiosas transmitidas por las redes sociales.
Casi sin excepciones, los estados se vieron obligados a adoptar restricciones.
La Conferencia Episcopal de España fue una de las primeras en anunciar las limitaciones. “Este año la pandemia del coronavirus nos hará vivir la Semana Santa confinados, pero el papa Francisco, los obispos y sacerdotes llevarán a nuestras casas las celebraciones litúrgicas, a través de las redes sociales y la televisión”, informó.
Desde el martes, en ese país es obligatorio el uso del barbijo en todo momento, incluso en el espacio público y habrá algunas iglesias abiertas con estrictas normas de bioseguridad.
En tanto, en Francia, 16 provincias están confinados; entre ellos, el que corresponde a París. Las medidas que restringen la movilidad afectan a 22 millones de personas. Esta semana se repitió por TV la misa en memoria de la última cena celebrada el año pasado por el arzobispo de París, Michel Aupetit, desde las escalinatas de la iglesia de Montmartre, y buena parte de las conmemoraciones durante los próximos cuatro días tendrán las mismas características.
En Polonia se decretaron protocolos más estrictos para toda la Semana Santa e Italia la vivirá en estricto confinamiento: solo se podrá salir por urgencias o necesidades básicas, el desplazamiento entre regiones está prohibidos y todos los ritos serán virtuales. Aunque el país está dividido por zonas de “colores”, durante el fin de semana de Pascua todo será zona roja y habrá cierre nacional del 3 al 5 de abril.
En América Latina el cuadro es similar, con situaciones más graves, como la de Brasil, donde las autoridades de cada estado decidirán qué hacer durante las festividades. Sin embargo, ante la crisis sanitaria, en Río de Janeiro y San Pablo lo religioso pasó a segundo plano.
Perú retornó hace días a una cuarentena y extendió hasta fines de abril el estado de emergencia. El estado puso sus canales y redes al servicio de la emisión de ceremonias religiosas.
En Chile hubo polémica. Cabe recordar que pese al confinamiento, la Iglesia advirtió que restringir sus actividades en lugares en fase 2 era “atentar contra la libertad religiosa”, por lo que el Gobierno habilitó misas hasta con 20 feligreses.
En Colombia habrá toque de queda en las ciudades con mayor ocupación de unidades de cuidados intensivos, pero en otras se preparan misas al aire libre o con permisos para que os fieles ocupen no más del 30 por ciento de la capacidad de cada recinto.