ESCUCHARRecientemente surgieron algunas versiones que plantean la desaparición de un número importante de juzgados prevencionales de menores, tema sobre el cual habría un proyecto de adecuación a la ley nacional 26061. Sobre los cambios que se podrían operar, Comercio y Justicia consultó a la abogada, especialista en temas de familia y docente de la Universidad Nacional de Córdoba (Facultad de Derecho), Mariana Wallace, quien sostiene que la situación de los niños en estado de vulnerabilidad “no es una cuestión sólo retórica y para avanzar de la mejor manera hay que hacerlo capitalizando la experiencia vivida”.
– ¿Dónde estamos parados hoy?
– Tengo entendido que, por lo pronto, no habría una desaparición de juzgados. Además, se sabe que están concursando cargos para esos tribunales. Pero ahora se reformó la mayoría de edad, pasando de los 21 a los 18 años. Esto implica que ahora van a la cárcel con los mayores aquellos que antes eran internados en institutos bajo medidas tutelares. Paralelamente, en las instituciones educativas, colegios o escuelas, se está poniendo en marcha que se puedan llevar como previas hasta tres materias, buscando que el niño o joven no se la pase en la calle. Con perdón de la terminología, los colegios o escuelas pasarán a convertirse en verdaderos “aguantaderos”.
– Desde dónde se debe trabajar: ¿desde lo judicial o desde lo administrativo?
– No es una cuestión de hablar del fuero de menores, si el área administrativa no o viceversa. Aquí la cuestión pasa por avanzar hacia una solución con proyectos que tengan como eje al niño y su vulnerabilidad. Ningún proyecto sirve si no se hace eje en el niño, pues es el más vulnerable dentro de la sociedad. Está claro que cuando se eleva la desocupación aparecen los niños en las esquinas, buscando lo que los mayores no pueden llevar a la casa. Así, queda claro que frente al niño en situación de vulnerabilidad quien primero interviene es el sector administrativo, con asistentes sociales, por caso, que toman las medidas de urgencia, como retirarlos de la casa, y luego se pasa al juzgado correspondinete. Pero aquí, si nos quedamos en lo retórico no llegamos a lo que el niño requiere, pues en el juego de intereses lo que se debe preservar es al niño por sobre todas las cosas. No es cuestión de dejar de lado uno u otro, es cuestión de integrar lo positivo de cada sistema.
– ¿La vulnerabilidad pasa por la situación de la familia, de la sociedad?
– El niño siempre constituye un panorama complejo. Si hay una familia disgregada es que estamos ante una sociedad disgregada. Entonces el niño pasa a ser un sujeto altamente vulnerable. Por eso no es nada sencillo trabajar sobre menores o niños. Por una parte, hay que respetar, sin ningún tipo de duda, el Estatuto del Niño en todos sus términos. Y en segundo lugar, mejorar lo que se está haciendo o proyectando con base en la experiencia vivida. Los cambios surgen de eso y no de dejar en el olvido aquello que se hizo. Hay que capitalizar la experiencia y no desechar nada.
– ¿Córdoba cómo está con relación al resto del país?
– En Córdoba se trabajó y se trabaja de buena manera, buscando en la experiencia. Recordemos que fue la única provincia que contó con el Patronato en el Juez de Menores. Ahora se trata de buscar una protección integral, pues vivimos una situación distinta a la del resto del país. Aquí se pretende extirp
