Aunque no parezca, la crisis es un fenómeno generalizado en la política argentina hoy. Milei y Juez como emergentes de ese proceso
Comienza hoy, tal como dijo el presidente Alberto Fernández ayer, la segunda parte de su gobierno de cuatro años. Su alianza política perdió las elecciones de medio término en una jornada que trajo algunas sorpresas, pero no lo hizo de modo tan grave como para que afecte el necesario proceso de toma de decisiones que requiere el Ejecutivo nacional, que enfrenta en particular en la economía, la producción, el empleo y el manejo de los precios internos, desafíos que requieren no sólo un gobierno sólido sino además un marco de acuerdos básicos del resto de la clase política y empresarial.
Había señales de alerta sobre esos desafíos mucho antes de esta elección. Lo que hizo la jornada es convertirlo en una fotografía y en un mapa de lo que las mayorías del país están requiriendo y hasta cierto punto lo que están dispuestas a aceptar. La crisis es el signo de la política argentina de hoy. Hay crisis en el oficialismo pero también en la oposición. La elección se dio vuelta en tres distritos (Salta, Chaco y Tierra del Fuego) y en otras cuatro los resultados cambiaron fuertemente: Buenos Aires, Tucumán, Jujuy y Santa Cruz. En ese vacío emergió con casi un millón de votos una opción de derecha hasta ahora inexistente. Los libertarios son el fenómeno político del momento.
En Córdoba, el dato es que posiblemente se le trunca la carrera presidencial a Schiaretti. No puede emerger como el peronismo que se desmarcó a nivel nacional. No le pudo sacar votos a Juntos por el Cambio, no pudo sumar un diputado, puso todo su aparato político y no logró el resultado esperado. En Córdoba, el fenómeno político fueron Luis Juez y Rodrigo de Loredo. Habrá que ver si estos emergentes de la crisis siguen concitando atención dentro de dos años. Argentina es un país muy móvil y comienza a acostumbrarse a las sorpresas