Argentina ocupa el sexto lugar entre los países con mayor penetración de criptoactivos. Tiene una posición líder en América Latina, 21%, de acuerdo con datos de Statista
Comprar una propiedad supone un procedimiento bastante conocido. Básicamente se reduce a una serie de pasos que van desde la disposición de un monto para afrontar en todo o en parte la operación, pasando por el eventual acuerdo de financiamiento, hasta la entrega del inmueble.
Si bien 2021 fue un año complejo para el mercado inmobiliario debido al contexto económico, político y sanitario, lo cierto es que a lo largo del proceso se fueron aclarando las perspectivas y el mercado empezó a interesarse por diferentes proyectos.
El real estate tuvo que readaptarse a los tiempos actuales. Las operaciones pasaron a ser 100% digitales y empezaron a poderse ejecutar desde cualquier lado del mundo y la tecnología fue y es la gran aliada. La digitalización del sector es una tendencia que venía ocurriendo antes del comienzo de la pandemia pero que el impacto repentino de ésta aceleró esta transición.
Frente a este giro a lo digital, el sector comenzó a abrir sus horizontes en lo que respecta a las transacciones. Hoy son cada vez más los modelos de negocios que aceptan criptomonedas y bonos de deuda argentina para financiar las compras de unidades.
“Hoy en día podemos encontrarnos con gente que compró a la par bonos soberanos de la deuda argentina, que en estos momentos cotizan a 30% de su valor nominal, y si los vendieran tendrían una pérdida de 70%, cuando una de las alternativas que tiene es, por ejemplo, usarlos para darlos en garantía al mercado para que te libere pesos y dólares para pagar al desarrollador mientras sigue cobrando la tasa de interés nominal de los bonos que se le pagan al 100%”, comentó Hernán Brennan, gerente de Nuevos Negocios de Vinsa, administradora de activos inmobiliarios.
Sin embargo, para muchos todavía es algo desconocido. Para ello, la asesoría en bienes raíces para transacciones con bonos y criptos surge como una solución para sentirse seguro y comprender los alcances.
“Nosotros cuidamos la rentabilidad del inversor”, advierte Vinsa, que ha logrado para sus clientes hasta 40% de rentabilidad en dólares entre compra en pozo y precio de venta, a tres y cuatro años.
Las divisas digitales son activos intangibles que constituyen un verdadero medio de pago. Brennan también da el ejemplo de clientes que disponen de criptomonedas, a quienes se los asesora para que conozcan las distintas alternativas que tienen para convertirlas en ladrillos. “Una opción podría ser que hagan un down payment en bitcoin o en ether, dejando el sobrante a tasa en un exchange y convertirlos a pesos cuando haya que pagar las cuotas”, explica.
Con un adecuado asesoramiento, la transacción no sufre alteraciones en sí, sólo acepta el pago mediante estas alternativas. Además, el proceso se torna más ágil y seguro porque implica dejar de moverse con dinero.