Amalgamar el sector universitario con el productivo y el trabajo es hoy una necesidad inminente ante los requerimientos de recursos humanos calificados. El
debate ya se instaló en las casas de altos estudios.
¿Qué falta hoy en las empresas y en la universidad para que se acorte la brecha de inserción laboral de jóvenes graduados en el mercado productivo? Ésta es una de las preguntas recurrentes que están bajo análisis para quebrar de una vez la barrera entre el mundo académico y el empresarial.
A esta pregunta respondió Enrique Deibe, subsecretario de Empleo del Ministerio de Trabajo de la Nación, quien coordinó la mesa sobre “Universidad, trabajo y producción” en el marco de “Encuentros nacionales por la educación: balances y desafíos” que se llevó a cabo el martes pasado en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
“Los actores del mundo del trabajo deben identificar mejor cuáles son sus reales necesidades de atender una demanda creciente de puestos de trabajo producto de un proyecto que se viene desarrollando en Argentina desde el año 2003, que ha generado cinco millones de puestos de trabajo y ha permitido reaparecer la industria. Una vez identificado mejor cuáles son esas necesidades, hay que definir mejor un plan de formación y capacitación”, explicó el funcionario a Comercio y Justicia.
Deibe analizó también el papel que en este contexto deberían tener las casas de altos estudios. “Las universidades deben insertarse también en el mundo de la capacitación y la formación para acelerar esos procesos que requieren incorporación masiva de trabajadores en el mundo del trabajo”, subrayó.
Luego señaló que en el Ministerio de Trabajo vienen apuntando a fortalecer el vínculo universidad-empresa por medio del Consejo de Formación Profesional en el cual sindicatos y cámaras empresarias discuten los puestos de trabajo y las capacitaciones que requieren de las universidades como ámbitos de apoyo al desarrollo, tanto del diagnóstico del mercado de trabajo y como proveedoras de instructores, tutores y formadores de jóvenes.
“La articulación entre Nación, provincias, municipios -como actores del Estado- y las universidades nacionales como productores del conocimiento, y facilitadores de capacitación y formación, convierten un círculo virtuoso que junto con los actores sociales del mundo del trabajo propician en avanzar en caminos de esta naturaleza”, conceptualizó.
Acciones
Consultado sobre las quejas de los empresarios que sostienen que aun con las capacitaciones que brinda el Estado los jóvenes no logran alcanzar las competencias que requiere el mercado actual, sostuvo: “Los empresarios siempre se quejan, es cierto que necesitamos mucho de la formación y la capacitación. Nosotros pensamos extender algunas acciones sobre egresados universitarios y también tenemos que seguir trabajando fuertemente con los jóvenes más vulnerables porque tienen más dificultades, tanto para capacitarse como para insertarse laboralmente”.
Sin embargo, recordó que la Nación facilita a las empresas el pago de parte del salario para lograr la inserción de jóvenes por el término de seis meses (en un puesto efectivo) y de un año para casos de entrenamiento.
Finalmente, consultado por un pronóstico sobre el índice de desempleo nacional con el que cerraría el año el año, arriesgó: “Creo que vamos a estar por debajo de siete por ciento”.