El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires habilitó las celebraciones litúrgicas con un máximo de 20 personas y estrictas medidas de distanciamiento y prevención para evitar la propagación del coronavirus.
Los asistentes deberán cumplir con una ocupación de una persona cada 15 metros cuadrados. Además, deberán usar tapabocas.
Para implementar la medida, la Administración porteña sugirió mantener abiertos los templos en días y horarios específicos para el rezo individual y la atención espiritual, que será sólo por turno.
En tanto, precisó que en los lugares de culto solo podrán permanecer el ministro, una persona de limpieza y otra en la entrada, para controlar la cantidad de fieles.
Ahora, cada comunidad religiosa deberá establecerán un sistema de turnos para las celebraciones y para la atención individual y deberá proveer alcohol en gel.