De acuerdo con la opinión del economista Rubén Lo Vuolo, “el Gobierno nacional ha mostrado una desesperación de corto plazo y una falta de visión de largo plazo en su modo de actuar frente a la crisis”. Entrevistado por Comercio y Justicia, señaló además que es necesario “un programa universal de distribución de ingresos” y una revisión profunda de la política de exportaciones del país y del sistema financiero nacional. Lo Vuolo, quien actualmente se desempeña como investigador principal del Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas (Ciepp), disertará mañana en la apertura de un nuevo ciclo de la Escuela de Formación Política, que impulsa la Universidad Nacional de Córdoba.
– ¿Cuál es su opinión respecto del manejo de la crisis por parte del Gobierno nacional?
– El Gobierno ha mostrado una carencia de reacción a nivel macro frente a la crisis. Ha optado por una parafernalia de pequeños programas, tratando de sustentar el consumo. Pero esos planes se implementaron a través de algo muy cuestionable: el uso de los fondos de la seguridad social. Los fondos de las AFJP debían incorporarse, pero para fortalecer el sistema de seguridad social y no para financiar planes de compras de electrodomésticos. Entonces, lo que se aprecia en el Gobierno es una desesperación de corto plazo y una falta de visión de largo plazo en el modo de actuar frente a la crisis.
Esta falta de visión se puede ver también en los planes sociales anunciados: se insiste en que tienen impacto sobre el empleo, pero los resultados no son tan grandes. En primer término, es muy difícil conocer ese impacto, porque las cifras oficiales son falsas y no permiten planificar nada. El Gobierno no tiene respuestas laborales y sociales estructurales. Insiste con programas asistenciales y focalizados, que son muy endebles, nunca llegan a consolidarse productivamente y tienen más que ver con la conformación de un entramado político de organizaciones.
Pero el gran problema social está en las pequeñas y medianas empresas, que tienen una gran capacidad de generación de empleo, pero cuya actividad por lo general no se registra en las estadísticas. Y este problema social es más grave aún en el interior del país, que es más productivo que Capital Federal, cuyo perfil es más de servicios.
– ¿Qué medidas se deberían tomar entonces frente a esta crisis?
– Un primer elemento debería ser la implementación de un programa universal de distribución de ingresos, para sostener el consumo, pero direccionado a los sectores más vulnerables.
En segundo lugar, hay que revisar toda la política de exportaciones. Hoy se ponen muchas trabas a las ventas al exterior y no se fomenta la producción interna.
Como tercer paso, hay que revisar el sistema financiero del país, que actualmente capta el ahorro de las familias, les paga tasas negativas y no otorga créditos productivos o los concede a los sectores más concentrados. Suele decirse que tenemos un sistema financiero sólido, pero porque no cumple ninguna función. El Banco Central, que ha mostrado un muy buen trabajo en este tiempo, debería actuar en este punto.
Por último, creo que hay que ser muy selectivos y priorizar la inversión pública por sobre el consumo. Y esto lo digo porque muchos creen que ser keynesianos es dar créditos para heladeras. A través de la inversión pública hay también