Argentina está por debajo del promedio globlal respecto de los “altamente comprometidos”. Sólo 25% tiene fuerte adhesión a la empresa donde se desempeña, cuando el promedio de los 28 países encuestados arroja 35%.
Comparados con los trabajadores de otros países, los empleados argentinos no se destacan por su nivel de compromiso con la empresa en la cual trabajan. Así lo reveló un estudio global realizado a más de 32.000 empleados de 28 países, que incluyó Argentina.
Los datos recientemente publicados por la consultora Towers Watson muestran que en el país sólo un porcentaje de 25% de empleados está “altamente comprometido”. La cifra está por debajo del promedio global (35%) y con una importante diferencia respecto a países como Estados Unidos (37%). En la otra punta, el grupo de empleados argentinos “no comprometidos” representa un alto porcentaje (28%) de la muestra.
El estudio no sólo mide el compromiso tradicional -definido como la voluntad y deseo de los empleados de realizar esfuerzos por su empleador- sino también otros factores, como contar con las herramientas, recursos y soporte para poder realizar el trabajo de manera eficiente, y la “energía”, un ambiente de trabajo óptimo para el bienestar físico, emocional e interpersonal.
“Un alto nivel de compromiso depende de los tres elementos y solamente se mantendrá a lo largo del tiempo si los tres están presentes”, destacaron los autores del informe.
Las empresas que tienen prácticas de recursos humanos más desarrolladas ven el tema del compromiso como clave y suelen realizar acciones para promoverlo. Los impulsores claves de ese compromiso son la “imagen de la compañía”, el proceso y contexto de la “gestión de desempeño”, la comprensión y el alineamiento de las “metas y objetivos organizacionales” y el “liderazgo”.
Las respuestas sugieren que también hay trabajo para hacer en Argentina con respecto a la congruencia entre lo que la empresa brinda a su personal a cambio de lo que ésta espera que sus empleados le brinden.
Incidencia positiva
Distintos estudios midieron la incidencia que tiene sobre el trabajo un empleado comprometido. Los resultados arrojaron conclusiones positivas, como la disminución de índice de rotación y baja del ausentismo.
Asimismo, sube el nivel de desempeño porque ese tipo de trabajador pone todo su talento, responsabilidad y esfuerzo a disposición de la organización. Además, incrementa las posibilidades de fidelización de los clientes para con la empresa, dado que les ofrece un excelente servicio.