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Cristina triunfó con 50% y ordenó la grilla hacia octubre

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La Presidenta logró un contundente triunfo en todo el país, menos en San Luis. Hoy, evitaría el balotaje y triunfaría en primera vuelta. Alfonsín y Duhalde peleaban el segundo lugar. Binner fue cuarto por delante de Rodríguez Saá y Carrió. Altamira alcanzó el piso mínimo.

La Presidenta de la Nación y candidata por el Frente para la Victoria, Cristina Fernández, obtuvo ayer un masivo apoyo en las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), en todo el país se adjudicó, con excepción de San Luis, todos los distritos electorales, y quedó en posición de evidente ventaja sobre el resto de los competidores para alzarse con el triunfo en las generales del 23 de octubre sin necesidad de ir al balotaje.

De acuerdo con los datos oficiales informados esta madrugada por la Justicia Electoral, la fórmula integrada por Cristina Fernández-Amado Boudou se imponía por 50,1 por ciento de los votos, aventajando claramente a la alianza Unión para el Desarrollo Social (Udeso), con Ricardo Alfonsín y Javier González Fraga, que obtenía 12,52%. En tercer lugar se situaba el binomio Eduardo Duhalde-Mario Das Neves, del Frente Popular, con 12,12.  En tanto, el Frente Amplio Progresista de Hermes Binner y Norma Morandini lograba 10,52%. Mas atrás se situaban Alberto Rodríguez Saá-José María Vernet con 7,51% y Elisa Carrió-Adrián Pérez que alcanzaban 3,31%.

En tanto, la fórmula del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), integrada por Jorge Altamira y Cristian Castillo, lograba 2,38% y superaba el piso mínimo de 1,5 por ciento impuesto por ley para poder competir en las presidenciales del próximo 23 de octubre.

El resto de las fuerzas políticas, entre ellas Proyecto Sur, el Movimiento de Acción Vecinal y el Partido del Campo Popular, no lograban el porcentaje mínimo y así quedarán marginados de las elecciones generales.

Las PASO desarrolladas ayer en todo el país registraron un nivel de participación de 75 por ciento del padrón, según datos oficiales.

La cifra, que a priori se estimaba sería menor, se ubicó sin embargo en línea con elecciones generales anteriores pese a tratarse, las PASO de ayer, de lass primeras en su tipo en la historia argentina y no implicar, en la categoría principal de presidente y vice, competencia interna alguna entre los distintos partidos.

Como fuere, la compulsa se convirtió en un test previo a octubre y sirvió, desde ese punto de vista, para decidir un ordenamiento tentativo para esas elecciones.

Es que mas allá de la competencia que existía en diferentes distritos -el principal, Buenos Aires-, las PASO se transformaron en un escalón clave para despejar algunas incógnitas de cara a las presidenciales.

Contundente

La postal de ayer mostró al menos dos certezas: dejó en evidencia que la presidenta Cristina Fernández está varios escalones por encima del resto de los competidores en las preferencias del electorado para las generales.

Y también que no hay un referente de la oposición que emerja por sobre el resto: hubo tres postulantes (Alfonsín, Duhalde y Binner) encerrados en menos de tres puntos de diferencia.
Si bien proyectar de manera lineal los computos de ayer a octubre resultaría cuanto menos arriesgado, igualmente sería ingenuo suponer un rotundo cambio de escenario.

Está claro que difícilmente algún candidato opositor logre aglutinar un porcentaje tal que permita, al menos  hoy, suponer una eventual segunda vuelta.

Porque más allá del caudal que ayer logró Cristina Fernández, la paridad de Alfonsín, Duhalde y Binner  supone difícil que alguno “se baje” en octubre y transfiera sus votos al mejor posicionado para buscar alcanzar el balotaje. Una mayor diferencia entre uno y otro tal vez hubiera facilitado un armado posterior.

Por lo pronto, Binner no parece que vaya a entrar en esa lógica, aglutinador de un voto más “progresista”. Sí dos de los primeros e incluso Alberto Rodríguez Saa, quinto ayer con 7 por ciento.

El punto será ver quién resignará su postulación. Y en última instancia, si un eventual acuerdo de cúpulas será replicado por los votantes de cada una de esas fuerzas.

El escenario hipotético de máxima para esos partidos políticos puede, aun así, resultar insuficiente si Cristina Fernández replica en octubre el porcentaje de votos positivos obtenidos ayer.

Incluso obteniendo entre 40 y 45 por ciento de los sufragios, el mejor opositor deberá reunir no más de 10 puntos por debajo de ese porcentaje para forzar un balotaje.

Las PASO fueron sólo primarias abiertas y simultáneas, pero la lectura de los resultados y su proyección fue  mucho mas que eso.

Paralelamente, las elecciones de ayer ratificaron una tendencia que ya se había observado en el inicio del calendario electoral de este año y que prosiguió con la gran mayoría de las elecciones.

Los oficialismos en cada provincia lograron imponerse en las candidaturas a gobernador y ahora también en las presidenciales. Pero con una paradoja: en distritos donde la oposición al Gobierno nacional ganó con cierta holgura, ayer triunfó Cristina Fernández. Lecturas de ese fenómeno hay varias. Queda claro que hay un votante remiso al verticalismo partidario que elige gestión, sin importar la bandería del gobernante de turno en uno u otro distrito. Las estructuras partidarias, la “línea que baja” cada fuerza política y hasta posiciones ideológicas perdieron fuerza, al menos en esta ocasión. Ejemplos no faltan: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba son los emblemáticos.

Córdoba tal vez fue el caso extremo,  con un José Manuel de la Sota ganador por más de 40 por ciento de los votos el domingo pasado en las elecciones para gobernador, y ayer con una lista a diputados nacionales que apenas superó 6 por ciento.

Ayer, Cristina obtuvo en Córdoba 34,5 por ciento de los votos. Nunca antes se había impuesto en la provincia, ni antes Néstor Kirchner ni la actual Presidenta desde que asumió en 2007.

En Ciudad de Buenos Aires, con un Mauricio Macri electo con comodidad sobre el candidato del Frente para la Victoria Daniel Filmus, la jefa de Estado logró más de 31 por ciento.

En tanto, en Santa Fe Cristina superó 37 por ciento y Binner, el actual gobernador y postulante por el Frente Amplio Progresista, 30 por ciento. Dos semanas atrás, el socialismo se impuso en la elección para gobernador y Agustín Rossi, el postulante del Frente para la Victoria, terminó tercero muy lejos.

Por lo demás, la candidatura de la jefa de Estado se impuso en todos los distritos, con excepción de la provincia de San Luis, donde los Rodríguez Saá continúan inexpugnables.

La Presidenta parece haber capitalizado los beneficios de una gestión que se asentó en un buen desempeño de las principales variables económicas, mas allá de temas pendientes.

Pero también en la capacidad de Cristina Fernández de ejercer el poder, no sólo “con viento de cola” sino en circunstancias complicadas como la última crisis financiera global y su impacto en el país o en situaciones límites desde lo personal, como luego de la muerte de su marido y ex presidente, Néstor Kirchner.

En contraposición, el electorado parece no captar entre los partidos o dirigentes opositores un referente que acapare esas virtudes, al menos no para esta coyuntura del país.

Párrafo aparte para las implicancias de la elección en el partido gobernante. Efectivamente, los comicios de ayer implicarán seguramente un espaldarazo para el armado político del Frente para la Victoria en detrimento del aparato peronista, al menos en los principales distritos.

Cristina Fernández
“Necesitamos la unidad de todos los argentinos para poder seguir”

La presidenta y candidata a la reelección por el Frente para la Victoria (FpV), Cristina Fernández, hizo anoche un llamado a la “unidad” de todos los argentinos al tiempo que pidió “no dilapidar” el esfuerzo hecho ante un eventual impacto de la crisis global.

La jefa de Estado habló ayer pasadas las 21.30 desde el ‘bunker’ del FpV en la ciudad de Buenos Aires tras conocer los primeros datos oficiales que marcaban una amplia victoria en las PASO.

“Necesitamos la unidad de todos los argentinos para poder seguir trabajando”, dijo, y señaló que “si escuchamos lo que dice la sociedad a través de las urnas vamos a lograr equivocarnos un poco menos”.

Tras la euforia de la militancia y los cánticos de celebración, Cristina pidió a sus seguidores “tener más humildad que nunca, más esfuerzo y trabajo”, y señaló que “este acompañamiento es reconocimiento al trabajo y al esfuerzo de ocho años”.

A la vez, rescató “a los hombres y mujeres que han confiado una vez más en este proyecto político que ha transformado la Argentina”.

La Presidenta se mostró “muy orgullosa de haber podido coronar esta reforma política que parecía imposible”.  Saludó “a todas las otras fuerzas políticas, a todos los candidatos de todos los partidos y todas las provincias que participaron y llevaron sus propuestas a la sociedad”.

En ese marco, invitó “a reflexionar juntos porque necesitamos la unidad de todos los argentinos para poder seguir trabajando”, y añadió que “no esperen de mí ninguna palabra que menoscabe, agravie u ofenda porque no vine a eso”.

Por otra parte, destacó la importancia de la ley de Servicios Audiovisuales y de la reforma política, hechos por los cuales “los partidos han podido acceder a la difusión de sus programas”.

También insistió en que “se haga hacia adentro de la Argentina lo mismo que están haciendo los países de Unasur para que no permitan que este esfuerzo que hemos hecho en estos años se dilapide o se destruya” ante la crisis global.

De inmediato, pidió “a todos que pensemos en grande y estemos unidos, porque el mundo está difícil, porque si logramos superar diferencias y, fundamentalmente, si escuhamos lo que dice la sociedad a través de las urnas, vamos a lograr equivocarnos un poco menos”.

Cristina reservó un párrafo para su marido y ex presidente, Néstor Kirchner.

Ricardo Alfonsín, de la Unión Cívica Radical

“Estoy seguro de que podemos ganar las elecciones. Ésta era una elección preliminar, un ensayo general: estamos en la grilla de partida”, remarcó el dirigente radical en el discurso que pronunció tras las primarias. “La bandera a cuadros se baja el 23 de octubre y vamos a ver quién llega primero a esa bajada de bandera. Vamos a multiplicar los esfuerzos”, enfatizó.

Eduardo Duhalde, del Frente Popular

El precandidato justicialista resaltó anoche que “los argentinos van a votar de forma masiva a los que llegan segundos” a las elecciones del 23 de octubre. Calificó las primarias como una “semifinal de la oposición” y mantuvo la incógnita sobre su desempeño en los comicios de ayer: “Aún no sabemos cómo salió la elección, tenemos que ver el recuento definitivo”, dijo.

Hermes Binner, del Frente Amplio Progresista

“Seguiremos trabajando por este pueblo argentino que en cinco semanas comprendió que algo nuevo estaba pasando en el país, que no es sólo electoral, y que planteó que era fundamental nacionalizar el gobierno y ponerle nombre al progresismo”. En alusión al candidato radical afirmó que “no todas las sumas son válidas: no se pueden traicionar valores con el argumento de que se doble pero que no se quiebre”.

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