ESCUCHARAnte la iniciativa del Gobierno nacional de reestatizar la Lockheed Martin Aircraft Corporation -más conocida como Fábrica Militar de Aviones-, un grupos de ex operarios pretende recuperar la Escuela de Aprendices que funcionó dentro del establecimiento. Este colegio fue un espacio fundamental de formación de obreros calificados y en consecuencia, central para el desarrollo industrial que alcanzó la provincia durante el siglo pasado.
“Lo que buscamos es ofrecer una alternativa a muchos jóvenes que en este momento están desorientados en la calle, sin posibilidades, con todas las alternativas cerradas para que ellos tengan la misma posibilidad que tuvimos nosotros”. Eso repiten, casi con las mismas palabras, Carlos Martínez, Víctor Vilella y César Arreguez, otrora estudiantes de la escuela y trabajadores de la Fábrica Militar de Aviones.
“A esta altura de nuestras vidas no nos une otra cosa que una gratitud y una obligación moral de devolver a la sociedad lo que en algún momento nos dio a nosotros”, subrayan.
Asimismo, estos tres ex operarios reivindican la necesidad de desarrolar el “saber hacer”: “La tecnología no se enseña con tiza y pizarrón, hace falta manualidad. Ese fue el gran problema de la Ley Federal de Educación que hizo desaparecer las escuelas técnicas argumentando que no eran más necesarias, porque las máquinas modernas hacían todo solas. Eso fue muy equivocado. El país estuvo necesitando fresadores y matriceros y tuvimos que recurrir a los viejos”, explican.
Según su relato, la Escuela de Aprendices surgió a mediados de la década del 40 y, a lo largo de su medio siglo de existencia, fue la responsable de suministrar mano de obra calificada a buena parte de las industrias locales e, inclusive, de otros países de América Latina.
El instituto sólo requería que los jóvenes tuvieran aprobada la escuela primaria y los formaba en una diversidad de rubros, como tornería, fresado, electrónica o fundición, entre otros.
“En 1994 un militar cerró la escuela y se fue contento, pidiendo la baja. Nosotros fuimos a verla y lloramos, no lo podíamos creer:?todo fue vendido, desde buena parte de las maquinarias hasta los techos”, relatan estos tres ex alumnos.
Su idea es recuperar un proyecto de escuela que uno de ellos – Carlos Martínez- desarrolló en México, donde trabajó para una empresa norteamericana. “A partir de esa experiencia y de nuestro paso por la escuela tenemos un proyecto detallado sobre la forma que podría asumir el nuevo establecimiento”, señala Martínez.
El plan para reeditar la Escuela de Aprendices fue diseñado en base a los principios de las Normas ISO 9000, de calidad en gestión empresarial.
Según se conoció, el programa del instituto estaría integrado por dos cursos de capacitación. Por un lado, uno preparatorio intensivo, de un año de duración. Y por otro lado, un curso de aprendizaje de tres años para jóvenes de entre 16 a 20 años.
El curso preparatorio sería para todos aquellos mayores de 16 años que no hayan aprobado la escuela secundaria o primaria, pero quieran desempeñarse como obreros industriales.
El proyecto fue presentado a varios funcionarios públicos. Entre las gestiones realizadas hubo presentaciones ante el Ministerio de Educación de la Provincia y otras ante funcionarios del Ministerio de Defensa de la Nación.
