“Mariupol. Ataque directo de las tropas de Rusia al hospital maternal. Personas y niños están bajo los escombros. ¡Atrocidad!”. “Los ocupantes bombardearon deliberadamente un hospital infantil en Mariupol. La destrucción es enorme”. Los mensajes del presidente ucraniano Volodimir Zelensky y de la cuenta de Twitter de las Fuerzas Armadas de Ucrania reflejan una nueva denuncia sobre los ataques indiscriminados contra objetivos civiles perpetrados por el ejército invasor ruso que ataca el país vecino desde el 24 de febrero.
Al menos diecisiete adultos resultaron heridos en el bombardeo ruso, anunció un responsable regional, Pavlo Kirilenko.
“Hay 17 heridos confirmados entre el personal del hospital”, dijo el funcionario a la televisión ucraniana, y agregó que de acuerdo con los primeros reportes “no había ningún niño” entre los heridos, como tampoco ningún fallecido.
La ciudad sureña, último reducto que resiste a los intentos del Kremlin de tomar el control total de la franja costera que une el Donbas con la península de Crimea, debería encontrarse ahora en medio de una tregua humanitaria para que sus ciudadanos puedan evacuarla rumbo al norte.