Para Marcos Sequeira, el próximo blanqueo que implementaría la administración Macri -previo paso por el Congreso nacional- podría tener resultados más positivos que los anteriores ya que se daría en otro contexto interno e internacional, luego de los escándalos por cuentas en Suiza y por los Panama Papers.
El Gobierno nacional hizo públicas algunas medidas de carácter inmediato que traerían alivio a ciertos sectores de la economía. Estas decisiones ya fueron oficializadas -caso del pago trimestral del IVA por parte de la mipymes RG 3878/16-; otras deberán -para su implementación- tener una tratamiento parlamentario previo.
Una de éstas será la implementación de un nuevo blanqueo fiscal.
Para conocer más sobre los efectos y la eficacia de esta nueva amnistía, Factor dialogó con Marcos Sequeira -especialista en derecho penal tributario y profesor de posgrado de diversas universidades- quien expresó: “Antes de examinar las características del régimen, es indispensable que el Gobierno aclare, muy rápidamente, que no podrán ‘blanquearse’ los fondos obtenidos como consecuencia de la corrupción (casos Báez y Cristóbal López -entre otros-) , dejando afuera, de plano, la posibilidad que quienes se vean envueltos (imputados, procesados, con autos de elevación a juicio y demás) en causas penales, vinculadas directa o indirectamente con estas situaciones, se acojan al blanqueo. De otro modo sería una burla para todo el pueblo argentino y un escándalo internacional”.
¿Qué características tendría ese blanqueo?
-Acerca de su particularidad, se ha dado a conocer, en un primer término, que las tasas, o sea, el “costo” del blanqueo, iría de cero a 10%. Posteriormente, las autoridades públicas indicaron que llegarían a 15 o a 18%. Creo que este incremento se debe al malhumor que causó en la sociedad saber que quien nunca pagó sus impuestos ahora se beneficiaría sin costo alguno -cuando los fondos ingresen al país- y, que además, tiene posibilidad de dejarlos en el exterior pagando sólo entre 10 y 15%. Respecto a las cuotas, no se han dado precisiones todavía de los plazos.
¿Cuáles fueron, según su opinión, los resultados de los blanqueos de la era kirchnerista?
-Los numerosos regímenes que el Gobierno anterior dispuso fueron prácticamente un fracaso. Nunca se logró que ingresaran valores importantes al país. Sin embargo, es cierto que -en la medida que pasa el tiempo- los avances tecnológicos, sumados a los convenios entre Argentina y otros países para evitar el lavado de dinero y la evasión, hacen que cada vez resulte más dificultoso ocultar los fondos. Ello, sumado a los escándalos de las cuentas en Suiza y el llamado Panama Papers, es probable que aliente a muchos argentinos a regularizar en este blanqueo. Sin embargo, todavía sigo siendo muy escéptico al respecto.
Los argentinos que tienen sus fondos en el país no tienen motivos para confiar en que, una vez declarados éstos, no serán objeto de alguna clase de investigación por parte de la AFIP (DGI), y los que tienen sus dineros en el exterior saben perfectamente que hay lugares adonde el Estado argentino no llegó ni podrá llegar nunca. Me refiero a los paraísos fiscales: llegaron al mundo para quedarse. Son un gran negocio y no van a desaparecer nunca.
¿Cómo actuarán entre sí la exteriorización de activos ocultos y la moratoria fiscal?
-El blanqueo va de la mano de la moratoria. Esto implica que, en la práctica, el que blanquea sus fondos debe pagar un costo por esto, y ese costo el Estado se lo permite pagar en cuotas, libre de todo gravamen (impuesto a las Ganancias, IVA, entre otros)- excepto el “costo” del blanqueo (de cero a 18%, en el peor de los casos), y libre también de toda clase de sanciones: desde las multas y clausuras previstas en la ley hasta las responsabilidades en orden a los delitos de evasión impositiva y previsional. Me parece interesante aclarar que un punto para discutirse es si esta amnistía alcanza a las haciendas públicas provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En su opinión, ¿qué persigue el Gobierno con estas medidas?
– La intención del Gobierno es captar fondos, básicamente dólares y euros que los argentinos tienen “bajo el colchón”, en cajas de seguridad y también en el exterior. Se ha estimado que ingresarán cerca de US$60.000 millones. Este importe surge de considerar que sólo en el exterior hay más de US$300.000 millones, es decir que con este blanqueo ingresaría sólo 20% de estos fondos. No parece ser éste un pronóstico muy alentador. Sin embargo, estimo que es por lo menos “creíble”, ya que en blanqueos anteriores las expectativas fueron casi siempre muy alejadas de la realidad. Esta suma, desde mi punto de vista, es razonable.
¿Cuál es su conclusión sobre el tema?
-Con un déficit fiscal de más de siete por ciento del PIB, equivalente a más de US$30.000 millones, si el blanqueo cumple las expectativas gubernamentales estaríamos ante un escenario económico optimista. Como dije, ante un contexto nacional, donde vemos al Presidente, a la ex presidente y muchos de sus colaboradores involucrados en grandes escándalos de corrupción, sociedades offshore y demás, es importante que se excluya del blanqueo y de la moratoria a todos quienes directa o indirectamente se vinculen con ellos.
Por otra parte, es una realidad que en el ámbito internacional cada día que pasa se van celebrando acuerdos de intercambio de información tributaria que tornan más difícil ocultar los fondos. Con todo, pese a los esfuerzos que en este sentido realizan los integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los miembros del G20, del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), es difícil que -por lo menos en la República Argentina, donde la presión fiscal es tan importante- los ciudadanos estén dispuestos a regularizar su situación. Como dije, siempre habrá algún paraíso fiscal que permita seguir en el anonimato y la clandestinidad fiscal.