Para Gustavo Fadda, a corto y mediano plazos la asociación estratégica con China potenciará más las importaciones. El coloso asiático logrará su objetivo, que no es otro que el de asegurarse la disponibilidad de alimentos y minerales para garantizar su desarrollo de las próximas décadas.
Argentina y China firmaron oportunamente un cúmulo de acuerdos que incluyen proyectos conjuntos en materia cultural, tecnológica y económica. El ministro de Economía, Axel Kicillof, sostuvo que dichos acuerdos “son históricos, provechosos, y producto de un arduo trabajo de muchos años”. Se aseguraron el préstamo para las represas Cepernic y Kirchner, en Santa Cruz, y para el ferrocarril Belgrano Cargas y la construcción de Atucha III, entre otros proyectos.
Factor dialogó con Gustavo Fadda -magíster y docente de diversas universidades- , quien sobre los acuerdos suscriptos entre nuestro país y el gigante asiático expresó: “Dichos acuerdos son similares a los que China ha rubricado con muchos otros países; incluyen un gran número de sectores y se enmarcan en una estrategia que tiene por finalidad consolidar la pacífica emergencia de China como líder global. Para lograr tal fin, debe hacer una serie de deberes, ya que entre ellos se incluye el largo camino de elevar la calidad de su moneda al nivel de valor global de intercambio”.
¿Cuáles son las ventajas y los riesgos para la economía argentina y sus empresas?
– Constituye una válvula de escape al aislamiento financiero. A su vez, el swap de monedas sirve para fortalecer las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Asimismo, posibilita el financiamiento de obras de infraestructura al que se podría acceder.
En la medida en que nuestro país no tiene acceso a los mercados financieros internacionales y nuestras empresas encuentran su habitual participación limitada por las altas tasas que deberían pagarse, la oferta de China representa una oportunidad de financiamiento atractiva.
Los créditos tienen una serie de condicionalidades; en particular, aquellas referidas a la provisión de equipamiento para las obras de infraestructura, constituyéndose en una exigencia habitual para este tipo de préstamos.
Lo novedoso es su aplicación a las obras públicas. Son préstamos a empresas privadas que adquieran equipos de ese origen. Se financian obras que utilicen equipamiento chino.
¿La estrategia en materia de política comercial ha sido la adecuada?
-Lo que se advierte es que ha estado fundamentalmente guiada y direccionada por la necesidad. Debería comprender una mirada más allá de las necesidades del sector público y del Gobierno nacional, concentrándose en las necesidades de los individuos y de las empresas, facilitando la incorporación de tecnología y propender al desarrollo de empleo sostenible en el largo plazo.
¿Cuál es la relación comercial bilateral entre Argentina y China?
-Según Kicillof, “el país asiático constituye el segundo destino para las exportaciones argentinas”
Con relación a este punto, el ministro planteó: “Hay un problema de déficit con China”. El comercio entre ambos países asciende a unos US$15.000 millones, pero menos de un tercio corresponde a exportaciones argentinas.
“Una idea es ir reduciendo ese déficit. China necesita alimentos y nosotros productos que se fabrican allá. Queremos un incremento y diversificación de las exportaciones”.
¿Será China un posible aliado comercial capaz de movilizar las exportaciones y poner en marcha la economía nacional?
-Desde hace años, China nos vende más de lo que compra. El déficit comercial de Argentina con China en 2014 fue de US$6.000 millones.
El rojo comercial se lleva el doble de los US$3.100 millones que ingresaron a las arcas del BCRA con los swaps.
¿Qué le vendemos a China?
-Las exportaciones argentinas al gigante asiático fueron de US$4.450 millones, significando 20 y 30 % menos que en 2013 y 2008, respectivamente.
A China se destina seis por ciento del total de las exportaciones. En 2008 eran 10%. Los porotos y el aceite de soja, sólo dos productos, representan 75%. Si a ello le sumamos aceite crudo de petróleo, llegamos a 85 % del total.
Los 10 principales productos exportados son de escaso valor agregado, explicando 88% del total exportado.
¿Qué le compramos?
La importaciones en el año 2014 fueron de US$10.700 millones. Representan 16% del total de importaciones. En 2008 representaban 12%.
El ranking de los 10 principales productos importados son de altísimo valor agregado y representan 26% del total importado desde China.
Nos exporta más componentes para el armado de televisores LED (US$375 millones) que lo que Argentina le vende de aceite de soja (US$316 millones).
¿Cuáles son sus conclusiones?
-Diversificar la canasta exportadora hacia China es muy difícil.
Existen grandes asimetrías y un componente estructural del comercio bilateral determinante. Las empresas argentinas arrastran problemas de competitividad y enfrentan diversas trabas a las exportaciones, que hacen muy complicado poder cambiar esa realidad.
A más de una década del plan de industrialización oficial, la práctica muestra que hay poco margen para sustituir importaciones de origen Chino. Actualmente, la única vía de revertir el fuerte déficit comercial sería por medio de una contracción de nuestra economía, que produciría una baja en la demanda de insumos y bienes de consumo, lo cual es totalmente contraproducente. Podríamos afirmar, sin lugar a equivocarnos, que en el corto y mediano plazo la asociación estratégica con China potenciará más las importaciones y, por otro lado, el coloso asiático logrará su objetivo, que no es otro que el de asegurarse la disponibilidad de recursos naturales, desde alimentos hasta minerales, para garantizarse el desarrollo de las próximas décadas.