Tipo de cambio más competitivo para optimizar las exportaciones, definición de socios estratégicos, integración económica, optimización de logística y costos, son algunos de los
desafíos de la próxima administración.
La asunción de un nuevo gobierno en Argentina abre un abanico de posibilidades en el área del comercio internacional.
Factor dialogó con Gustavo Scarpetta -contador público y especialista en comercio exterior-, quien respondió -entre otros temas- sobre el panorama próximo de relaciones comerciales entre Argentina con países vecinos y el resto del mundo y cuáles serán las dificultades que deberá sortear el país para fortalecer el comercio exterior.
¿Qué pasará con el tipo de cambio y cúales serán sus efectos?
-En la calle todos preguntan a cuánto va a estar el dólar. Los exportadores agropecuarios están atrasando sus embarques y la liquidación de divisas para cobrarlas a un tipo de cambio más positivo para ellos, tal como anunció el Presidente y su equipo económico.
Hay un dólar que se considera técnicamente correcto y, según cada especialista, rondaría entre 13 y 14 pesos. El punto a considerar es si el mercado aceptará ese precio, o tomará uno más cercano o incluso superior a 15.
Dos preguntas a hacerse serán si alguien que compró un dólar “blue” a 15, va a venderlo a un valor menor que ese o esperará una suba superior.
¿Qué medida debería tomar el Gobierno para acrecentar las reservas?
-La mayor debilidad de la economía argentina es la escasez de reservas que imposibilitan un desarrollo normal de la actividad. Para que aumenten hay que esperar a tomar crédito, o motivar exportaciones. Las inversiones extranjeras también pueden ayudar, pero más en el mediano/largo plazos. Las reservas se relacionan con el “cepo”, con las exportaciones e importaciones.
Un tipo de cambio más alto permitiría que se liquiden las divisas del agro, e incluso vendan parte del stock que poseen actualmente. La cartera de Agricultura cree que son cerca de 4 mil millones de dólares. Todas las otras fuentes lo estiman entre 10 a 18 mil millones. Una clave: ¿a qué precio consideraran interesante vender la soja los productores?
¿Cuál es, en la actualidad, la situación de las exportaciones?
-Vienen en caída desde hace 18 meses y desde 2011 su comportamiento está lejos de ser óptimo.
Con un tipo de cambio mejor, algunas economías regionales volverán a exportar y esto las puede fortalecer. Aunque si China y Brasil no compran más por sus propias crisis, será difícil que levanten fuertemente.
El Gobierno necesita divisas y las exportaciones se las pueden generar, pero no siempre reacciona tan rápido como urgente es la necesidad de hacer crecer las reservas.
El nuevo gobierno va a poner muchas fichas en mejorar el sector exportador y, si este aspecto tiene éxito, ello impactará positivamente en la economía en general. Más exportaciones son más producción, más empleo e indirectamente más recaudación impositiva.
El otro desafío es darles valor agregado a las exportaciones argentinas.
Importación o exportación ¿qué es lo más conveniente?
-Siempre se discutió, en Argentina, en relación con la pelea entre los sectores importadores y exportadores.
La crisis en las exportaciones en el país y el tipo de cambio llevaron a no tener divisas para importar, por lo que impactó negativamente en la actividad económica. Y muchas de esas importaciones eran insumos para producción y para luego exportar, por lo que se generó un circulo vicioso que golpeó el sector del comercio exterior y toda la economía. Son sectores vinculados y que se necesitan.
¿Qué socios estratégicos necesita Argentina para poder crecer?
-Brasil y China son los principales socios comerciales.
Brasil está en una fuerte crisis. Pocos esperan que mejore el año próximo. Sus números de desempleo están creciendo peligrosamente. Para algunos economistas brasileños el culpable fue el ajuste, para la otra mitad de la biblioteca, que el ajuste no fue suficiente. Sea como fuere, Argentina está sufriendo el parate de la economía vecina.
China ya no crecerá a supertasas. Nuestra estrategia de crecer debe pasar por otro lado.
¿Cómo influyen el déficit fiscal y la inflación en las transacciones internacionales?
-Si bien no tiene relación directa con el comercio exterior, si la inflación no se reduce, cualquier mejora en el tipo de cambio será erosionada o devorada por el aumento de precios internos, tal como pasó en la última devaluación, cuando a los seis meses ya se estaba en la misma situación inicial. Cómo hacerlo es el problema, sin generar un fuerte ajuste que pueda empujar a una recesión como el plan de Machinea en 2000 o el de Dilma en el Brasil de hoy. Si se logra mejorar mediante crecimiento y disminuir paulatinamente el ritmo del gasto, se puede tender a una baja de la inflación, sin prisa pero sin pausa.
¿Cómo cree que se desenvolverá la integración económica del país?
-El nuevo presidente dijo que dinamizará el Mercosur, se unirá a Brasil y tenderá a realizar una asociación con la Alianza del Pacífico.
Una Argentina que no se desentenderá del Mercosur pero girará hacia los más competitivos socios del oeste, como Chile y Colombia, que han apostado fuerte a su relación con China y los países de esa región.
Sin lugar a dudas, será un tema polémico que deberá sortear la nueva canciller quien, a mi entender, posee sobrada experiencia en temas internacionales.
El éxito del comercio con otros países depende mucho de la logística y costos ¿Qué medidas podría tomar el gobierno en este aspecto?
-Enviar productos desde Argentina es caro. El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, tendrá un fuerte desafío en mejorar las vías, fortalecer el sistema de ferrocarril y fomentar el uso de este transporte.
Hacer más eficiente la logística es un objetivo de alto nivel. Hidrovía, puertos, trenes, los camiones bitrenes que se autorizaron recientemente, son todos temas que pueden tornarse estratégicos.
¿Qué peso tiene la “marca país” en las relaciones comerciales?
– La “marca país” es un valor intangible para un país, una reputación e imagen de marca que tiene por objetivo promover exportaciones, incentivar el turismo y las inversiones extranjeras.
Es la “imagen” del país en el mundo. Es un concepto estratégico, que si bien el gobierno de Kirchner lanzó a mediados de 2005, luego no se le otorgó la trascendencia que debe tener en el contexto internacional.
Colombia, Chile y Costa Rica son modelo de países cuya marca ha crecido en los últimos años.
Es necesario mejorar internamente y también hay que mostrar inteligentemente esos cambios.
¿Cómo cree que se podría facilitar el comercio?
-La Organización Mundial de Comercio ha lanzado un Acuerdo sobre Facilitación de Comercio, al cual Argentina aún no adhirió.
Algunos aspectos importantes de éste es que debe crearse un Comité Nacional de Facilitación de Comercio, que puede establecer las mejores prácticas que se estén utilizando a nivel mundial. A la fecha, hay 53 países que han adherido a dicho acuerdo, pero Argentina no.
Su firma genera cierta obligación y también energía para analizar los procesos y rediseñarlos para hacerlos más eficientes.