El Tribunal Fiscal de la Nación se integró con un egresado de la UNC

Para Héctor H. Juárez -recientemente nombrado vocal de dicho cuerpo-, Córdoba siempre estuvo en la mira de ser la primera delegación fija del Tribunal Fiscal en el interior del país y continúa siendo la región favorita -por su cantidad de causas- para encabezar el proceso de “federalización”

Como corolario de un riguroso concurso público nacional de antecedentes, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, mediante decreto Nº 283/18, designó en el cargo de vocal Aduanero del Tribunal Fiscal de la Nación (TFN) a un abogado egresado de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y funcionario de la Aduana local.
Se trata de Héctor H. Juárez, abogado especializado en Derecho Aduanero, quien desde hace 25 años se está a cargo de las áreas jurídicas de la Aduana de Córdoba y Región Central; asimismo, se desempeña como profesor en la UNC, en la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) y en la Universidad Blas Pascal.
Consultado por Factor, el profesional aportó su experiencia y visión cordobesa en la especialidad.

¿Cuál es la importancia del TFN desde el punto de vista aduanero?
El TFN es un organismo jurisdiccional especializado creado hace 58 años durante el gobierno del Arturo Frondizi (ley 15265) con el objetivo de intervenir en las apelaciones que se interponen contra las resoluciones adversas dictadas por la AFIP, tanto en materia de tributación interna (DGI) como materia aduanera (DGA). Es un tribunal independiente en sus funciones jurisdiccionales y autárquico en los órdenes administrativo y financiero (bajo la órbita del Ministerio de Hacienda).
Su función es muy importante a los fines de salvaguardar los derechos y garantías de los contribuyentes y administrados, asegurando el estricto, imparcial y equitativo cumplimiento de las normas que rigen su actividad, cumpliendo asimismo una valiosa función de interpretación de las normas y de creación jurisprudencial, que la comunidad académica relacionada con el derecho aduanero respeta y reconoce.
La parte aduanera está conformada por tres salas integradas por tres vocales cada una, equiparados en su estabilidad e incompatibilidades a los jueces de la Cámara Contencioso-Administrativa Federal.
En mi caso, he sido designado para ocupar la Vocalía Nº 15 (Sala E) que durante muchos años (hasta su jubilación) ocupó Catalina García Vizcaíno, una prestigiosa referente en la materia.

¿El TFN posee delegaciones en el interior del país?
Si bien la legislación que regula su funcionamiento (leyes 11683, 22415 y modificatorias) prevé la posibilidad de su funcionamiento mediante delegaciones fijas y móviles en el interior del país, lo cierto es que el TFN siempre operó en su sede central sita en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Córdoba siempre estuvo en la mira de ser la primera delegación fija del interior del país, habiéndose realizado un estudio de factibilidad y conveniencia y, aun, redactado (años atrás) el decreto que establecía su creación. Lamentablemente, razones de índole política impidieron su concreción.
En la última reforma legislativa de diciembre del año pasado (ley 27430), se mantiene la voluntad de crear delegaciones fijas en el interior del país, y Córdoba continúa siendo la región favorita (por su cantidad de causas) para encabezar el proceso de “federalización”.

Con relación al concurso público de antecedentes por el que fue evaluado y seleccionado: ¿qué antecedentes considera fueron relevantes al momento de su selección?
El reglamento del concurso tiene perfectamente determinados los puntajes que se asignan en función de los antecedentes específicos que se requieren a los participantes. En mi caso particular, pesaron mis 25 años de trabajo profesional de abogado en la Aduana, los cargos jerárquicos ejercidos, la máxima categoría técnica que poseo en el organismo, los antecedentes académicos como docente universitario de derecho aduanero, en niveles de grado y posgrado en las universidades de Córdoba, las tareas de investigación y publicaciones en temas de la especialidad, mis estudios de filosofía y, particularmente, mi participación en la redacción del Código Aduanero del Mercosur (ley 26795).

¿Cómo fue su convocatoria para trabajar en el Código Aduanero del Mercosur?
A comienzos del año 2006 fui convocado para trabajar en el Subcomité Técnico de Legislación Aduanera del Comité Técnico Nº 2 (CT2) de Asuntos Aduaneros, que depende orgánicamente de la Comisión de Comercio del Mercosur (CCM), y se reúne periódicamente para avanzar en la letra chica del proceso de integración aduanera.
El CT2 está integrado por compañeros aduaneros especializados en las áreas de informática, valoración, procedimientos, y legales. Es una verdadera usina de integración aduanera. A ellos debemos más de 25 regímenes aduaneros comunes vigentes en los cuatro Estados parte del Mercosur: régimen de equipaje, tránsito vecinal fronterizo, circulación de bienes culturales, circulación de material promocional, normas para la circulación de vehículos turistas particulares y de alquiler, transporte de encomiendas en ómnibus de pasajeros, por sólo citar algunos.
Desde allí, fui convocado para trabajar en la redacción del Código Aduanero del Mercosur y designado (con Tristán Conde, de AFIP) miembro del grupo ad hoc de Redacción del Código Aduanero del Mercosur (GAHCAM), mediante decisión CMC Nº 25/06.

¿Cómo fue su experiencia personal en las tareas de redacción?
Enriquecedora e inolvidable. En el grupo de redacción debatíamos absolutamente todo, desde el epígrafe del artículo hasta los puntos y comas de la sintaxis. Como estudioso del Derecho Aduanero y amante de la Filosofía del Derecho, he disfrutado todo el proceso de redacción. Aún recuerdo con nostalgia aquellos encendidos debates, la búsqueda de argumentos, el estudio de la legislación comparada y el saber que debíamos convencer a todas las delegaciones para tener éxito, ya que las decisiones en el Mercosur se toman por consenso pleno (unanimidad). Esto es muy importante tenerlo presente, porque el CAM no es una obra jurídica de laboratorio sino el producto de extensas negociaciones en la búsqueda de un cuerpo normativo que tenga impacto neutro (o mínimo) en las legislaciones de los Estados parte a efectos de favorecer su aprobación por los respectivos congresos nacionales.

¿Qué aspecto resalta de su paso por la Aduana Argentina?
La especialización. Gran parte de lo aprendido en materia aduanera ha sido producto del intercambio en situaciones de trabajo. La visión integral de la aduana que tenemos en el interior del país es el producto de la necesidad y del aprendizaje en la trinchera. Tenemos que saber de todo. No hay ramos ni compartimientos estancos. Hoy hacemos un procedimiento por drogas, mañana por fraude marcario y pasado por subfacturación. Allanamos, secuestramos, requisamos, interdictamos, detenemos personas y medios de transporte, toda esa experiencia sumada al aprendizaje teórico posee un valor incalculable.

¿Con qué expectativas asume este nuevo desafío?
Con mucho entusiasmo y expectativas muy favorables. Hoy se encuentran cubiertas casi todas las vocalías que se encontraban vacantes en el tribunal; se prevé para el año 2020 la inauguración de un edificio propio, se ha comenzado un proceso de digitalización y modernización del organismo, y se ha conformado una nueva estructura administrativa de soporte a la actividad jurisdiccional.