domingo 22, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

“El futuro presidente de Argentina debe encarar la inflación con pragmatismo y visión de largo plazo”

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La frase pertenece al tributarista Marcos Sequeira, quien señaló que no se trata sólo de aplicar medidas paliativas sino de establecer también una estrategia económica coherente que estabilice la moneda, atraiga inversiones y promueva el crecimiento sostenible

“La economía argentina sigue su lucha contra una inflación que se resiste a ceder. Los números hablan por sí solos: la inflación acumulada hasta septiembre de 2023 alcanzó el 103,2%, con una tasa interanual que llegó a 138,3%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec)”, señaló a Factor Marcos Sequeira, especialista en derecho tributario y penal tributario, profesor de posgrado en diversas universidades, expositor y conferencista. 

Según el profesional, esas cifras son una señal de alarma para una población que ve cómo su poder adquisitivo se erosiona día a día, en un contexto en el que el Gobierno había proyectado una inflación anual de 60%. Los efectos se sienten en los precios de los alimentos, el costo de los servicios y en la creciente dificultad para acceder a bienes esenciales. Las políticas de ajuste, los controles de precios y las negociaciones salariales se encuentran en un “tira y afloje” constante, mientras los ciudadanos se adaptan a un nuevo estándar de austeridad.

¿Cuál es su opinión con respecto a la situación laboral en Argentina?

En el frente laboral, la situación es particularmente crítica para los más jóvenes. La tasa de desempleo juvenil es preocupantemente alta -casi el doble del promedio nacional- con cifras que oscilan entre 11% y el 15% para aquellos en situaciones de subocupación o demandantes de empleo.

Los jóvenes enfrentan un mercado que no sólo ofrece pocas oportunidades sino que también está saturado de requerimientos de experiencia que no pueden cumplir. Los programas de capacitación y empleo joven se vuelven vitales en este contexto, aunque a menudo son insuficientes para absorber la demanda. La calidad y el poder adquisitivo del salario han sufrido un deterioro que se ha acentuado en los últimos cinco años, afectando a todos los sectores, pero golpeando con especial dureza a los recién ingresados al mercado laboral.

Otro aspecto no menos preocupante es la falta de seguridad. La situación de criminalidad en el país requiere soluciones efectivas y a largo plazo. La percepción de inseguridad afecta el tejido social y económico, impactando en la inversión y en la calidad de vida de los habitantes.

Las estadísticas oficiales brindan un vistazo de los desafíos que enfrentan las autoridades, con delitos que van desde el hurto simple hasta la criminalidad organizada. La respuesta del Gobierno combina políticas de prevención, mayor presencia policial y programas de inclusión social, buscando atacar las raíces del problema y no solo sus manifestaciones.

¿Y en el aspecto macroeconómico? 

En el ámbito macroeconómico, Argentina debe navegar las aguas turbulentas de sus compromisos internacionales. Las metas impuestas por el acuerdo con el FMI para 2023 incluyen un límite de financiamiento monetario de 0,6% del PBI y un desafiante objetivo de acumulación de reservas internacionales netas.

El déficit fiscal también está en la mira, con la meta de reducirlo del 2,5% de 2022 a 1,9% en 2023, lo que parece ser muy difícil de lograr. Estos objetivos son cruciales para mantener la confianza de los mercados internacionales y los inversores, pero también representan un desafío para un gobierno que debe equilibrar las exigencias de la austeridad fiscal con la realidad social de una población que demanda mayor gasto en servicios y apoyo económico.

Otro tema pendiente es la transparencia y confianza en las instituciones… 

Sí, el fantasma de la corrupción ronda nuestras instituciones argentinas, con Transparencia Internacional otorgando al país un puntaje de 38 de 100 posibles, ubicándolo en el 94º puesto entre 180 naciones evaluadas. Este resultado es no sólo una crítica a la integridad gubernamental sino también un reflejo de la percepción ciudadana respecto a la transparencia y la justicia. La lucha contra la corrupción no es sólo un asunto legal o político; es una cuestión que afecta la fibra misma de la sociedad. La impunidad y el escepticismo alimentan un ciclo de desconfianza que socava el tejido democrático y entorpece el desarrollo sostenible.

¿Cuál es el escenario tras el balotaje?

En el umbral de una nueva elección presidencial, el país se encuentra en un momento de introspección y decisión. Los candidatos que aspiran a liderar el país emergen en un contexto de desafíos económicos, sociales y políticos sin precedentes. 

Con una inflación galopante, un mercado laboral tambaleante y la persistente sombra de la corrupción, la responsabilidad de estos líderes no puede subestimarse. El futuro presidente de Argentina debe encarar la inflación con una combinación de pragmatismo y visión de largo plazo. No se trata sólo de aplicar medidas paliativas sino también de establecer una estrategia económica coherente que estabilice la moneda, atraiga inversiones y promueva el crecimiento sostenible.

La responsabilidad recae en presentar planes detallados y realistas que puedan ser evaluados críticamente por el electorado y los expertos por igual. 

Asimismo, los candidatos deben comprometerse a políticas innovadoras de empleo y educación que no solo generen oportunidades inmediatas sino que también preparen a los jóvenes para una economía global cambiante. Esto implica inversiones en tecnología, educación técnica y superior, y la creación de un clima empresarial que fomente el emprendimiento y la innovación.

La seguridad pública no es una opción sino un derecho fundamental. Los postulantes a la presidencia deben proponer soluciones integrales que aborden tanto la prevención del delito como la reforma del sistema judicial y policial. La responsabilidad es doble: garantizar la seguridad de los ciudadanos y hacerlo respetando los derechos humanos y la justicia social.

La transparencia y la lucha contra la corrupción son temas que no admiten demora.

Los candidatos deben presentar un compromiso irrevocable con la integridad institucional y demostrarlo a través de propuestas concretas para fortalecer los organismos de control y fomentar una cultura de legalidad. La confianza en las instituciones se reconstruye con acciones, no con promesas.

Los acuerdos internacionales, como los establecidos con el FMI, son realidades ineludibles que requieren una gestión cuidadosa y estratégica. Los líderes deben equilibrar la responsabilidad fiscal con la necesidad de proteger el tejido social de Argentina, diseñando políticas que promuevan la equidad y la inclusión.

Urgencia

Los candidatos a presidente enfrentan la tarea no sólo de ganar una elección sino de forjar el destino de una Nación. Deben hacerlo con un sentido de urgencia, pero también con una visión que trascienda los ciclos electorales. Las decisiones tomadas en los próximos años tendrán repercusiones duraderas. La responsabilidad es grande, pero también lo es la oportunidad de liderar Argentina hacia un futuro de prosperidad, justicia y respeto por la democracia”, concluyó.

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