Según Patricia Valeri, contadora pública, están trabajando bajo mucha presión para llegar a cumplir los vencimientos. Aún en la modalidad “home office” muchas veces el “soporte papel” es irremplazable
“La pandemia y el ‘aislamiento social, preventivo y obligatorio’ generaron innumerables problemas a los contadores, quienes componen el sector de la sociedad que, sin ser declarado esencial, más trabajó -en condiciones infrahumanas- durante este período”, señaló a Factor Patricia Valeri, contadora pública, al ser consultada sobre la tarea de tales profesionales en tiempos de la pandemia ocasionada por el coronavirus.
La profesional no negó la necesidad de establecer la medida del “aislamiento” por cuanto lo más importante a proteger es la salud pese a que ello –subrayó- originó un perjuicio económico a empresas que llevan más de 60 días sin poder abrir sus puertas o que pudieron hacerlo unos pocos días y volver a cerrar o que, aun con las puertas abiertas, vieron su actividad sumamente reducida por cuanto solamente podían realizar operaciones mediante “delivery”.
Ese menoscabo requiere la protección del Estado para quienes no tienen un ingreso fijo, desarrollan actividades informales o que -aun teniéndolo- no poseen un margen de ahorro que les permita sobrevivir a la falta de entradas de dinero, incluso las empresas que no tienen posibilidades de afrontar sueldos.
“Existe una desorganización absoluta en el dictado de normas, que se realizaron en muchos casos varias veces por día, contradictorias entre sí, con publicaciones en el Boletín Oficial a cualquier hora, sábados, domingos y feriados, lo que hizo que los contadores trabajamos siete días por 24 horas, no solamente cumpliendo informaciones solicitadas por Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para esos eventuales beneficios sino explicándoles a los contribuyentes que lo que les dijimos a la mañana ya no existe, que cambiaron los requisitos, recargados en nuestro trabajo tanto física como psicológicamente”, señaló Valeri.
La AFIP otorgó una prórroga de escasos 10 días para la presentación de las declaraciones juradas anuales del impuesto a las Ganancias de las personas jurídicas, con cierre de ejercicio en diciembre -que son la mayoría-, con balances que no se pueden concluir –refirió la profesional- debido a que existe mucha documentación en las empresas a las que no se puede ingresar. “Aun trabajando mediante la modalidad ‘home office’ muchas veces el ‘soporte papel’ es irremplazable”.
Hace pocos días, la AFIP otorgó –luego de reiterados pedidos- una prórroga para la presentación de DDJJ y el pago de los impuestos a las Ganancias y sobre los Bienes Personales correspondientes a personas humanas y sucesiones indivisas por el período fiscal 2019, los cuales ocurrirán –en cuanto a la presentación de DDJJ –según Nº de CUIT- entre el 24 y el 27 de julio y su respectivo pago entre los días 27 y 29 de julio.
Sin embargo, no se cuenta con los sistemas de liquidación, debiendo aplicarse modificaciones que fueron establecidas por la ley 27541, a las que el Fisco nacional pretende darles una vigencia que no es la establecida por esa ley.
Los bancos presentan en sus páginas la información de intereses, fondos comunes de inversión, etcétera, pese a que la AFIP nunca dispuso la modalidad en la que debían hacerlo porque las resoluciones generales dictadas el año pasado tenían vigencia para la liquidación del período fiscal 2018.
Y con esa información y la vigencia de la ley 27541 quizás lo más importante es la exención para los intereses de plazo fijo en pesos que conforme dicha ley rige para todo el período fiscal 2019 y que la AFIP, mediante el ABC de Consultas y Respuestas Frecuentes -desconociendo jurisprudencia pacífica- pretende interpretar que solamente están exentos los percibidos a partir del 23/12/2019.
¿Cuál es su opinión sobre el régimen de facilidades dictado para planes caducos y la ATP?
Se realizaron reiterados reclamos de planes de facilidades de pago para las deudas tributarias generadas durante este período que ya venía de una recesión económica y el ente recaudador dictó la resolución general (RG) de AFIP 4718, para que las empresas regularicen las deudas incluidas en planes de pagos que hubieran caducado hasta el 30/04/20, con solamente seis cuotas, la primera de ellas con vencimiento el 16 de julio.
Ello resulta una burla a los contribuyentes porque en la situación actual es imposible que, en poco más de un mes, se encuentren en condiciones de hacer frente a esos pagos.
No se les dio ningún alivio para los vencimientos producidos a partir del mes de marzo de 2020, salvo el mínimo porcentaje de contribuciones patronales que, en el marco del Programa de Asistencia al Trabajo y a la Producción (ATP), se puede diferir en dos meses. Con relación al ATP muchas empresas se encuentran sin respuesta sobre si les será otorgada o no.
A otras se les informó que la recibirán pero sus empleados no perciben los depósitos en sus cuentas bancarias, sin perjuicio de que el parámetro para establecer su procedencia está determinado a valores históricos con un margen del cinco por ciento, relacionando el mismo mes de 2019 con el del año 2020 (marzo y abril), desconociendo el 50% de inflación y que, por lo tanto, un aumento de las ventas inferior a 50%, en realidad, es una disminución.
Ello, además de que el período establecido para percibir la ayuda por el mes de abril fue determinado a partir del 12 de marzo, que no fue el inicio real de la cuarentena sino la fecha en que se recomendó a las personas de riesgo el “aislamiento” pero que el cierre efectivo de las empresas se produjo el día 20 de marzo, la fecha de inicio del “aislamiento” salvo actividades esenciales.
Contadores al borde de un ataque de nervios
Para cerrar este círculo de presión a los profesionales en Ciencias Económicas y a los propios contribuyentes –señaló Valeri- en la provincia de Córdoba, la Dirección de Inteligencia Fiscal en ningún momento cesó, pese al pedido del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba, la iniciación de fiscalizaciones electrónicas que, aun cuando los plazos queden suspendidos por la feria fiscal, se amontonan para tener que responder cuando finalice el aislamiento.
En el mismo sentido, refirió la profesional, continúan llegando los requerimientos por parte de AFIP como también el apremio del personal fiscalizador para que los profesionales en Ciencias Económicas procedan al cierre de inspecciones, lo que no se está realizando, evidentemente, no por desidia sino por imposibilidad.
Valeri se refirió a los organismos fiscales que consideran que los contadores no son seres humanos y que pueden soportar cualquier cosa sin que los afecte.
“Demostramos permanentemente que trabajamos mucho más de las ocho horas diarias que trabaja cualquier otro ser humano. Que en muchos casos trabajamos sábados, domingos y feriados pero ya exigirnos más de los que es habitual no resulta posible. Nuestra salud se deteriora, lo cual no parece tener ninguna relevancia para el Estado para el que trabajamos permanentemente”, sentenció la profesional.