El especialista Marcos Sequeira sostiene que los diversos tipos de cambios establecidos por el Gobierno no son necesariamente minidepreciaciones del peso
En el actual escenario de alta inflación surgen cuestionamientos a la estrategia desarrollada por el Gobierno nacional para enfrentar el problema. En diálogo con Factor, el tributarista Marcos Sequeira analiza el tema a la luz de la constitucionalidad de la emisión monetaria y del establecimiento de distintos tipos de cambio.
-Su formación y experiencia profesionales pueden ser muy útiles para que, pese a no ejercer sus actividades profesionales como economista, nos dé una idea sobre el flagelo de la inflación en Argentina.
Ciertamente, el primer título universitario que obtuve fue el de Contador Público y desde los 20 años, incluso antes de tener mi primera colación de grados, ya estaba finalizando tres licenciaturas dos en el país y otra en Europa. Pero mi corazoncito siempre estuvo apasionado por el derecho penal y el procesal penal económico. La economía nunca resultó de mi interés. Sin embargo, cuando uno vive en Argentina o es residente argentino en el exterior, uno de los temas obligatorios de las mesas de café fue siempre el de la inflación.
Desde ese lugar, muy limitado, por cierto, puedo responderle que es un problema complejo y multifactorial que requiere de medidas estructurales a largo plazo que exigen cambios en la política monetaria, fiscal, cambiaria, etcétera.
En todos los casos es necesario que los cambios sean estructurales, profundos. No hay modo de encarar una empresa semejante si antes no se establece un diálogo social con los actores relevantes: sindicatos, empresas y organizaciones de la sociedad civil, entre otras.
-¿Cuál es su opinión sobre los distintos tipos de dólar?
En términos generales, la creación de distintos tipos de dólar no equivale necesariamente a realizar minidevaluaciones en la moneda local, ya que cada tipo de cambio está determinado por diferentes factores y operaciones financieras.
Es cierto que el surgimiento de distintos tipos de dólar puede reflejar una situación de volatilidad cambiaria en la que la moneda local pierde valor frente al dólar estadounidense, pero no siempre es el caso. Por ejemplo, el dólar blue es una consecuencia de la falta de oferta de dólares en el mercado formal, lo que genera una demanda insatisfecha que se traslada al mercado informal. En este caso, el dólar blue no está relacionado directamente con las políticas económicas del Gobierno sino más bien con la falta de oferta de divisas en el mercado formal.
Por otro lado, el dólar MEP y el dólar CCL son tipos de cambio que se utilizan para realizar transacciones financieras específicas en el mercado de valores, y no necesariamente están vinculados con la situación cambiaria general del país.
Estos tipos de cambio se generan a partir de operaciones financieras complejas que tienen como objetivo obtener beneficios a partir de las diferencias de precios entre distintos activos financieros.
En definitiva, aunque es cierto que la creación de distintos tipos de dólar puede ser una señal de que la moneda local está perdiendo valor frente al dólar estadounidense, no siempre equivale a realizar minidevaluaciones en la moneda local. Cada tipo de cambio está determinado por diferentes factores y operaciones financieras, y es importante analizar cada caso particularmente para entender sus implicancias en la economía del país.
-¿Qué apreciación le merecen el dólar soja o el dólar techno?
No hay dudas que estos dos “nuevos” tipo de dólar también son relevantes en la economía argentina.
El dólar soja es un tipo de cambio que se utiliza para medir la cotización de la soja en el mercado internacional. En Argentina, es un importante producto de exportación y el valor del dólar soja tiene un impacto significativo en la economía del país. El precio del dólar soja suele ser mayor que el del dólar oficial, debido a que se trata de una divisa más demandada en el mercado internacional.
En este caso, ante la necesidad de reservas, el Gobierno acaba de “devaluar” el peso, elevando su cotización a $300. Un valor intermedio entre el dólar blue y el dólar oficial. En el caso del dólar techno, éste se utiliza para hacer referencia al valor de las empresas tecnológicas argentinas en el mercado internacional; es una forma de medir la valoración de las empresas del sector tecnológico en Argentina, que en los últimos años han experimentado un importante crecimiento. Al igual que el dólar soja, el precio del dólar techno suele ser mayor que el del dólar oficial.
Es importante mencionar que el dólar soja y el dólar techno no son tipos de cambio oficiales sino más bien referencias que se utilizan para medir la cotización de productos de exportación y empresas del sector tecnológico, respectivamente. Aunque estos dos tipos de dólar no son utilizados de manera directa en las transacciones financieras, tienen un impacto significativo en la economía argentina debido a su influencia en la valoración de productos y empresas clave para el país.
Sería de ingenuos soslayar que los cambios en la cotización se ven reflejados en la economía, alentando el aumento de precios. Nadie está obligado a perder y nadie tiene negado su derecho constitucional a trabajar para obtener beneficios económicos.
–¿Entonces, de alguna u otra manera, estos distintos tipos de dólar no pueden perfectamente asociarse a la emisión monetaria?
La emisión permanente de papel moneda en Argentina no es inconstitucional. La Constitución Nacional de Argentina establece en su artículo 75, inciso 6, que el Congreso Nacional tiene la facultad de emitir moneda y fijar su valor. Esta facultad se encuentra respaldada por la Ley de Convertibilidad, que estableció la paridad entre el peso argentino y el dólar estadounidense, y que se mantuvo en vigencia hasta el año 2001.
A partir de la crisis económica de 2001, el país ha atravesado diversas etapas en cuanto a la política monetaria, con distintas estrategias y medidas adoptadas por los sucesivos gobiernos para controlar la inflación y mantener la estabilidad financiera.
En algunos casos, esto ha implicado una mayor emisión de papel moneda para financiar gastos estatales y estimular la economía.
En ese orden de ideas, como ya le mencioné, si bien la emisión de papel moneda no es inconstitucional, el problema radica en el uso que se hace de ella y su impacto en la economía. Una emisión descontrolada de papel moneda puede generar inflación y desestabilizar la economía, lo que decanta en graves consecuencias para la población en general. Por lo tanto, es importante que el Gobierno adopte políticas monetarias responsables y sostenibles en el tiempo para garantizar la estabilidad económica y financiera del país.