El sistema financiero argentino en la actualidad -salvo el banco oficial nacional de superior magnitud- no armoniza con los requerimientos de una economía que aspira a expandirse racionalmente. Reformas estructurales esperan aún quienes las viabilicen.
Por Salvador Treber – Profesor de Postgrado-FCE-UNC
El Sistema Financiero Argentino, según su entidad madre, a fines de 2012 estaba constituido por 81 entidades, de las cuales 66 son bancos, 13 compañías financieras y dos cooperativas de crédito. Están encabezados todos los rubros operativos de cierta relevancia por el Banco de la Nación Argentina, salvo en lo que se refiere al número de cajeros automáticos. por lo cual pasa al cuarto lugar, y la menor emisión de tarjetas de crédito, en cuyo aspecto desciende al sexto puesto. Por lo tanto, en todas las funciones más delicadas es, sin duda, el principal referente.
No obstante, al presente año, la composición difiere sustancialmente de la que regía a fines de 1975. En aquella circunstancia lo componían 111 entidades, de las cuales 58 (52,3%) eran oficiales y pertenecían a las tres jurisdicciones que caracterizan a un país federal mientras 53 (47,7%) respondían al capital privado. Quizás la mayor diferencia respecto del escenario vigente sea que en el primer grupo había 24 entidades que respondían a los gobiernos provinciales y en la actualidad son solamente dos (una de ellas, la de nuestra provincia).
En todos los demás casos han desaparecido como tales y en 14 fueron sustituidas por otras, que en un gran número funcionan bajo un aditamento identificatorio de “Nuevo Banco”. Tal como hace cuatro décadas, las provincias los adoptan como “agentes financieros” del respectivo gobierno local pero sin participación económica alguna de dichos Estados y asumiendo la forma jurídica de sendas sociedades anónimas. Sigue como otrora su gestión el Banco de la Ciudad de Buenos Aires (10º en importancia) y el Municipal de Rosario (38º).
Pese a ser el único oficial de esa jurisdicción, el Banco de la Nación Argentina, fundado en 1891, ejerce una indiscutible actitud señera en los aspectos de más importancia.
Su Patrimonio Neto a fines del año pasado era de $19.352,4 millones y cubría 21,3% del total general de $90.823,1 millones; el 2º escalón superior lo ocupa el Banco de Santander Río SA con $ 6.693,5, que equivale a 7,4% del sistema y apenas 34,6% del que posee la entidad líder. A título informativo, cabe señalar que el Banco de Córdoba disponía a igual fecha de un patrimonio de $763,3 millones, con un muy exiguo 0,8% respecto del general, lo cual, en principio, desnuda una notoria carencia en esa faceta.
Algunas características del sistema
En materia de sucursales, éstas totalizan 4.280; de ellas, el Banco Nación posee el mayor número unitario (628), que representa 14,7% del total; seguido por el Banco Macro SA, que dispone de 401 (9,4%), y el Banco de la Provincia de Buenos Aires, con 342 (8%). La entidad oficial cordobesa en tal sentido ocupa la octava posición pues opera a través de 171.
Tomando como referencia que el saldo de depósitos de particulares es de $100,6 millones por cada una, que en nuestro banco local se vea reducida a sólo $ 45,3 millones, estaría señalando una inadecuada descentralización que, por supuesto, afecta muy seriamente el nivel de costos y reduce la rentabilidad operativa.
En cuanto a los 104.375 empleados del sistema, la mayor proporción corresponde al Banco Nación pues laboran 16.588, que equivalen a 15,9% del colectivo total. En segundo lugar aparece el Banco de la Provincia de Buenos Aires con 10.500 (10,1%) y entre los de capital privado, el Banco Macro SA, con 7.758 (7,4%). A su vez, en el de Córdoba trabajaban 2.782 (2,7%) con lo cual estaba ubicado en el rango 14º.
Otro faceta importante está vinculada con las modalidades que se adoptan para atender el mercado y sus requerimientos por medio de la instalación de cajeros automáticos pues éstos actúan como bocas complementarias de atención. En todo el circuito ascendieron a 15.954; siendo el Banco de Santander Río SA el que encabeza este ranking con 2026 (12,7%), seguido por el Banco Macro SA, que posee 1.758 (11,0%). Por su parte, en dependencias pertenecientes al Banco Nación están instalados 1.064 que lo desplazan al cuarto puesto por representar apenas 6,7% del conjunto. El Banco de Córdoba, con 546 (3,4%) está en situado en el 13º lugar.
Análisis de aspectos económicos-financieros
El nivel del total de depósitos provenientes del sector privado no financiero, a la fecha considerada, llegaba a $430.354.3 millones y en el transcurso del año 2012 había registrado un aumento de 30%. En este aspecto, el Banco de la Nación se distingue nítidamente con $70.763,2 millones, que implican 16,4% del total general y se elevó en ese ejercicio un muy notable 50,8%. El segundo lugar le corresponde al Banco de Santander Río SA, que registró $39.851,1 millones, que representan 9,3% con una suba en el año de sólo 24,2%. Ese menor ritmo de crecimiento relativo permitió acercarse bastante al Banco de la Provincia de Buenos Aires al tercer lugar que, con un aumento interanual de 33,6%, pudo ascender a $38.714,1 millones (9% del conjunto). Nuestro banco provincial -que captó $7.925,3 millones- ocupa la 14ª posición y con esa cifra dispone de un bastante poco significativo 1,8% respecto a ese rubro.
Si se suman a los importes precedentes los que corresponden al área pública, que aparecen con $165.409 millones, se llega a determinar el total de $595.763,9 millones. En este caso, la primacía del Banco Nación se acentúa notoriamente con $178.293,1 millones que cubren 29,9% del sumatorio respectivo, luego de haber crecido 36,1% en 2012. En el segundo lugar se encuentra el Banco de la Provincia de Buenos Aires -a enorme distancia de aquél- pues el saldo de depósitos en éste luego después de haber superado 28,9% en el año, escaló a sólo $49.030,6 millones que equivalen al 27,5% de primero y 8,2% del total. Recién en el tercer lugar aparece un banco privado, el Santander Río SA, con $40.734,0 millones, pese a haberse incrementado bastante menos (22,8%) y logrado captar 6,8% del sistema. Por su parte, el Banco de Córdoba figura en el escalón 13º con $10.278,9 millones (1,7%) del conjunto a pesar que la mejora respecto del año precedente fue de 33,7%.
Los demás rubros de mayor significación
El que obviamente adquiere gran importancia es el referido al monto de préstamos -que ascendió a $424.328,8 millones-, cifra virtualmente semejante a las colocaciones de particulares. Bajo este enfoque, se reitera el Banco Nación en la cima con $92.851,1 millones (21,9% del total) tras haber aumentado durante el año en 39,1%. Inmediatamente detrás, está el Banco Santander Río SA, cuyo sumatorio de saldos a cobrar llegan a $33.480.4 millones, que representan 7,9% y son 27,5% mayores que los que tenía a fines de 2011. Es llamativo que en el tercer lugar se encuentre otro banco privado, el de Galicia y Buenos Aires SA, con $31.974,7 millones (7,5% del total) y un importante incremento durante 2012 (+38,9); relegando al cuarto puesto al Banco de la Provincia de Buenos Aires pero mejorando su ranking de 2011 (6º), por haber crecido 36,9% para llegar a $28.993,4 millones. El Banco de Córdoba está en el sitial 15º (en 2011 era 14º), con un total de $6.898,3 millones (1,6%) y ese retroceso se debe a que su cartera de créditos subió 18,2% en el transcurso de 2012.
Dado que el rubro mencionado precedentemente es el principal del Activo, el nivel que asume el denominado Patrimonial sigue semejante tendencia que aquél. El Banco de la Nación ratifica mediante su activo su prevalencia pues ascendió a $222.413,7 millones, lo que constituye 28,1% de los $790.375,2 millones que representan el total del sistema y debido a que el año pasado logró mejorarlo en 41,3%. El Banco de la Provincia de Buenos Aires -que en 2011 quedó en el tercer lugar- pasó al segundo, con $55.621,1 millones; importe que equivale a apenas un cuarto de aquél (7%) tras una suba interanual del 25,5%.
Una evolución inversa es la que exhibe el Banco Santander Río SA dado que el Activo creció bastante menos (16,2%) y -por ello- debió resignar su anterior segundo puesto para quedar relegado al tercero con $53.225,9 millones, que es siete por ciento del rubro total. El Banco de Córdoba se mantuvo, por segundo año consecutivo, en el 14º con $ 11.994,8 millones que se circunscribió a un muy modesto 1,5% del conjunto, tras haberlo acrecido en 24,9%.
El Banco de la Nación también se caracteriza y difiere del resto del sistema en cuanto a la relación que asume la cartera comercial (80,4%) mientras los dos que lo acompañan en el liderazgo lo hacen en proporciones muy inferiores. El Banco de Santander Río SA afecta a ese destino 38,5% y el Banco de la Provincia de Buenos Aires un aún más mediocre 34,9%; relación muy similar a la del Banco de Córdoba (34,6%). En términos de dinámica económica significa que el primero acuerda prioridad excluyente al respaldo del circuito productivo pero los otros citados optan por financiar en mayor medida el consumo.
Tal circunstancia queda muy evidente cuando se examina como está distribuida la operatoria mediante tarjetas de crédito y débito que cubren esencialmente los requerimientos de los particulares y las familias. El número total en circulación es bastante semejante pues, en ambos casos, está por encima de 27 millones. El análisis de este aspecto es realmente importante pues el primero hace prevalecer su rol de respaldo de la economía general; al par que los que facilitan por esta vía al comercio minorista han preferido enfatizar lo que les permite obtener superiores ganancias operativas.
En cuanto a las tarjetas de crédito, el Banco de la Nación maneja un modesto 6,2% de ellas; ejerciendo el liderazgo en este aspecto, con proporciones parecidas, los bancos de Galicia y Buenos Aires (13,9%) y el Santander Río (13%), seguidos por el BBVA Banco Francés SA (8,5%). La identificada como tarjetas de débito, han merecido mayor atención por parte del Banco de la Nación que ha lanzado un 13,8% de ellas y el de la Provincia de Buenos Aires que ha hecho lo propio en 10,8%. Recién en tercero y cuarto lugar con 8,8% y 8,1% se ubican las instituciones que encabezan la operatoria de las primeras.
Lo expuesto precedentemente en sus diversas facetas permite concluir que el sistema financiero argentino en la actualidad, salvo el banco oficial nacional de superior magnitud, no armoniza con los requerimientos de una economía que aspira a expandirse racionalmente; razón por la cual, una radical readecuación de éste para pasar a ser funcional a esa finalidad se suma a la serie de grandes reformas estructurales que todavía esperan quienes las viabilicen.