El Poder Ejecutivo Nacional emitió el Decreto 984/24, que modificó el artículo 30 de la Ley de Fomento de la Actividad Cinematográfica Nacional (N° 17.741), con el fin de alinear los subsidios al cine con criterios de “calidad, audiencia y eficiencia” y optimizar el uso de fondos públicos.
Según datos oficiales publicados en la fundamentación de la norma, durante los últimos años el cine argentino tuvo “una caída significativa en la participación de la audiencia local”.
Se precisó además que en 2014 captó un 17,84% del total de espectadores y que la cifra descendió al 7,35% en 2023. A su vez, precisó que de las 236 películas estrenadas el año pasado con apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), solo cuatro superaron los 100.000 espectadores, mientras que otras 100 no lograron alcanzar siquiera los 1.000.
Las principales pautas que orientan la nueva política de subsidios son:
1) Subsidios basados en recaudación bruta de taquilla: las películas “sin interés especial” recibirán el 70% de su recaudación bruta de taquilla, deducidos los impuestos, hasta alcanzar el costo promedio de una producción nacional. Las que tengan “interés especial”, consideradas de alto valor cultural o artístico, podrán recibir hasta el 100% de su recaudación bruta bajo el mismo límite de costos.
2) Límites de financiamiento: ningún proyecto podrá obtener subsidios que superen el 50% del costo total de producción y no más del 5% del presupuesto total anual del INCAA destinado a financiamiento. El fin es que haya un marco más equitativo para la distribución de los recursos.
3) Revisión de subsidios para otros medios de exhibición: los fondos para otros formatos, como streaming o televisión, también se vincularán al nivel de audiencia. La política de asignación se basará en la popularidad real de la película en diferentes plataformas.
4) Prohibición de adelanto: El INCAA no podrá adelantar ningún subsidio sin acreditar el nivel de audiencia de la obra. Se busca que el dinero público se use con responsabilidad y eficiencia.
La nueva normativa se aplicará a todas las películas cuyo estreno comercial sea posterior al 24 de julio de 2024, asegurando que las producciones futuras se adapten a los nuevos requisitos de financiamiento.
El Decreto 984 favorece a las obras con potencial de atraer una audiencia significativa, para que el cine nacional compita en el mercado local e internacional.
Según el Gobierno, al incentivar producciones de calidad y orientar el uso de subsidios hacia proyectos con alto potencial de taquilla se espera que el cine nacional recupere terreno perdido y logre una mayor visibilidad.
Al anunciar los cambios, el vocero presidencia, Manuel Adorni, dijo que “muchos productores, previendo que sus películas iban a tener baja cantidad de espectadores, abusaban del sistema y pedían el subsidio anticipado, cobrando en promedio 50 mil dólares sin siquiera tener la película lista”.
“Este recurso dio lugar a una fiesta de anticipos de películas que después no veía nadie o muchas veces no se hacían”, remarcó.
Adorni subrayó que las nuevas medidas no afectan en “el subsidio tradicional para el cine, lo que se conoce como el subsidio por sala”, que implica que si la película tiene éxito comercial el Estado paga un porcentaje sobre lo recaudado.