ESCUCHARDijo María Marta Toniutti, de Grupo Edisur, sobre la gestión que encaran las empresas desde que la mujer ha cobrado mayor protagonismo, aclarando que esa labor «incluye el género pero no se agota en la dualidad mujer-varón». Aseguró que las competencias propias femeninas aportan un diferencial en la profundización de los análisis, contextualización de datos, formación y motivación de equipos, comunicación y seguimiento de resultados. Recalcó que en el plano empresarial y de conducción del sector del desarrollismo no es frecuente ver a mujeres activas. Instó a la propia mujer a participar en la resolución de problemas vinculados con las diferencias salariales.
Por Laura Pantoja – [email protected]
La incorporación de la mujer al ámbito laboral ha causado cambios sustanciales en todas las organizaciones, incluida la familiar y la comunitaria.
La mujer ha ido conquistando espacios que históricamente han sido de predominio masculino, aportando su mirada, su impronta, su conocimiento, capacidad y voluntad de trabajo.
Sobre este proceso y su incumbencia en el área del desarrollismo y la construcción, se expresa la directora de Comunicación y Marketing de Edisur, María Marta Toniutti, en diálogo con El Inversor y la Construcción.
-¿Dónde y cómo inició su camino como mujer en la industria de la construcción?
-Me gusta arrancar destacando que mi profesión de base es Ciencia Política y Relaciones Internacionales porque es una carrera que me brindó las herramientas más analíticas e interdisciplinarias para mi ejercicio laboral. Pasé 10 años en el ambiente diplomático vinculado con los negocios internacionales y luego, con el empuje de un MBA, me decidí a acompañar las empresas en sus vínculos con el exterior mediante la organización de misiones comerciales y el apoyo a entidades empresariales. Hace 10 años me incorporé a Grupo Edisur, en una primera etapa en funciones institucionales y de prensa, luego en materias de promoción y marketing, y actualmente también a cargo de las estrategias comerciales.
– ¿Se había imaginado, años atrás, ingresar a un sector históricamente liderado por hombres? ¿Cuál ha sido el principal disparador?
– La verdad es que no me imaginaba en este sector en particular pero sí en la gestión privada, sobre todo luego de haber trabajado bajo un esquema empresarial chileno tan virtuoso. El disparador fue el interés por pasar de la gestión pública a la ejecución y agilidad privada, pero tengo que aclarar que el factor decisivo fue encontrar una empresa con un notable empuje por crecer, una clara vocación de trascendencia empresarial y, sobre todo, con buena gente.
– ¿Cree que en su carrera profesional la cuestión de género ha impactado? ¿Y de qué manera?
-Puedo decir que ha tenido siempre un impacto positivo. Desde mis funciones iniciales de representación institucional hasta las actuales responsabilidades de planificación y gestión comercial, estimo que las competencias propias femeninas aportan un diferencial a la hora de profundizar los análisis, contextualizar datos, formar, articular y alentar equipos, comunicar y hacer seguimiento de resultados. Aunque debo aclarar que el aporte es virtuoso sólo en la medida que se complemente en equipos con diversidad de género, porque reconozco que se corre el riesgo de masculinizar el modelo de liderazgo de las mujeres.
– ¿Y cómo se vincula esto en relación con ingresos, salarios, licencias?
– Con base en mi experiencia debo decir que no se ven diferencias formales, pero intuyo que en lo informal se producen algunas distancias con lo que la organización aspira transmitir para entregar seguridad y confianza en la carrera laboral de las mujeres. Para sincerar la situación, también hay que decir que las organizaciones no son entes aislados de las personas y son también las propias mujeres las que las conforman, las que pueden y deben aportar mayor proactividad, practicidad y resolución relativa a estos temas. Sabemos que hoy la mujer no logra enfrentar sus aspiraciones y necesidades de la misma manera que el varón, y no sólo por sentirse con más responsabilidades familiares sino también porque debemos aprender y animarnos a plantear esquemas que demuestren a la organización el aporte real de mantener la diversidad de género en los equipos de trabajo y los modelos de conducción.
– ¿Qué impronta deja la mujer en el sector de la construcción, en el área de desarrollismo, en la arquitectura? ¿Cuál es su gran diferencial?
-No sé si hay un gran diferencial femenino en este sector porque -en lo que refiere a la arquitectura- creo que los aportes de varones y mujeres son ciertamente los dos valiosos, con las variantes que puede tener cada género, seguramente. Pero el desarrollismo como tal supera el ciclo del diseño y la construcción, por lo que en los equipos de trabajo las mujeres participan activamente. Lo cierto es que en el plano empresarial y de conducción del sector no es tan frecuente ver mujeres activas.
– En relación con el liderazgo, ¿considera que el femenino tiene algún diferencial con respecto al masculino? ¿Cuál ha sido su propia experiencia?
-Me parece adecuado hablar de liderazgos femeninos y masculinos y no necesariamente de las mujeres y los varones líderes, porque en definitiva las competencias y habilidades son diferentes y pueden aplicarse a cualquiera de los géneros indistintamente. Creo ciertamente en que existen diferencias y que es sumamente importante identificar en cada organización las necesidades específicas para que mujeres y varones hagan su aporte. El modelo femenino aporta intuición, articulación y consenso, escucha y apertura, sentido de la cooperación, perseverancia en el seguimiento y la búsqueda de resultados y una visión global que no pierde detalles ni procesos.
-Las profesiones se han feminizado, hay más estudiantes mujeres que varones en la universidad. ¿Cómo se vive esto una vez que se transita al plano laboral? ¿Qué aspectos cree que todavía se deben conquistar en el espacio de la carrera profesional y en el campo laboral propiamente dicho de la profesión?
-El fenómeno de la incorporación de la mujer al ámbito laboral ha causado cambios inmensos en la dinámica de todas las organizaciones, incluida la familiar y comunitaria. Y sin duda, la formación y acceso a la educación superior ha sido la herramienta impulsora. El impacto en el plano laboral es tan real que es lo que hoy nos tiene ocupados en la temática. Aunque me cuesta pensar que el desafío se refiera sólo al género, creo más bien que la búsqueda hoy apunta a proteger y fortalecer la diversidad en las organizaciones, que incluye el género pero no se agota en la dualidad mujer- varón.
– ¿Quién es su referente mujer en la vida? ¿Tiene alguna referente mujer cordobesa?.. ¿alguna que pertenezca al sector en el que se desarrolla?
Me inspiran todas y cada una de las mujeres fuertes y sensibles que luchan por crecer y superarse, alentando a sus pares y abriendo caminos mediante el ejemplo, con simplicidad y optimismo. Podría mencionar colegas, como también las mujeres de mi propia familia. Me sensibilizan especialmente las mujeres con responsabilidades familiares que logran ampliar y enriquecer sus aspiraciones personales junto con las profesionales y que con su esmero impulsan a sus propios hijos en la coherencia de un decir y accionar público y privado. Pero sobre todo, admiro a aquellas mujeres que lideran iniciativas sociales o comunitarias de base, porque en ese ejercicio tan difícil y problemático explotan habilidades femeninas y también masculinas, en las que estas diferencias se diluyen por la imperiosa necesidad de resolver la problemática de un otro en sociedad.
– Finalmente, ¿cuál cree que ha sido uno de sus principales aportes a la empresa en la que está trabajando, desde su mirada femenina?
-Intento aportar una gestión integral y transversal porque creo que, en general, las organizaciones, especialmente las que toman cierta envergadura, logran mejores resultados en la articulación de iniciativas y equipos más que en brillantes individualidades. Y en contextos tan complejos como los que se presentan, es importante sumar perseverancia, optimismo y contención, para que los equipos mantengan el ánimo y el foco en los resultados buscando más alternativas y nuevas ideas. Puedo decir que también me gusta imponer algunas reglas de buenos tratos y modales, quizás son detalles menores pero nos hacen sentir en familia y eso nos acerca para trabajar más unidos n
«No se ven diferencias formales (salarios) pero intuyo que en lo informal se
producen algunas distancias con lo que la organización aspira transmitir para
entregar seguridad y confianza en la carrera laboral de las mujeres. Para sincerar la situación, también hay que decir que las organizaciones no son entes aislados de las personas, y son también las propias mujeres las que las conforman, las que pueden y deben aportar mayor proactividad, practicidad y resolución en relación con estos temas. Sabemos que hoy la mujer no logra enfrentar sus aspiraciones y necesidades de la misma manera que el varón, y no sólo por sentirse con más
responsabilidades familiares sino también porque debemos aprender y animarnos a plantear esquemas que demuestren a la organización el aporte real de mantener la diversidad de género en los equipos de trabajo y los modelos de conducción», dijo la directora de Comunicación y Marketing.«Me parece adecuado hablar de liderazgos femeninos y masculinos y no necesariamente de las mujeres y los varones líderes, porque en definitiva las competencias y habilidades son diferentes y
pueden aplicarse a cualquiera de los géneros indistintamente.
Creo ciertamente en que existen diferencias y que es sumamente importante identificar en cada organización las necesidades
específicas para que mujeres y varones hagan su aporte. El modelo femenino aporta intuición, articulación y consenso, escucha y
apertura, sentido de la cooperación, perseverancia en el
seguimiento y la búsqueda de resultados y una visión global que no pierde detalles ni procesos».+ Entrevista procesada en el marco de una producción especial de El Inversor y la Construcción con motivo del Día de la Mujer
