Un estudiante de la Universidad Nacional de Córdoba creó un modelo de boca de tormenta de bajo costo, uso sencillo y manipulación segura, que impide que los residuos arrastrados por las lluvias desemboquen en los espejos y cursos de agua. Para ello trabajó sobre la situación del lago San Roque, en la ciudad de Villa Carlos Paz, en la provincia de Córdoba. El mecanismo es capaz de retener desde una tapa de gaseosa hasta objetos de más de un metro de longitud.
Un estudiante de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) ideó un práctico sistema de bocas de tormenta que recolecta los desechos arrastrados por la lluvia, sin obstaculizar el desagote del agua de las precipitaciones.
El novedoso dispositivo fue creado por Marcos Tántera en el marco de su tesis de grado en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, y surgió a partir de un estudio de la situación que vive la ciudad serrana de Villa Carlos Paz.
El sistema de recolección –cuyo peso total no supera los 70 kilos– consiste en una boca de tormenta que en su interior posee un canasto basculante realizado en malla soldada. Este “colador” es capaz de atrapar desde una tapa de gaseosa hasta objetos de más de un metro de longitud. Para limpiarlo, el canasto se eleva en forma automática y puede ser manipulado fácilmente.
El sistema diseñado por el alumno de la UNC representa un avance importante, dado que sólo un modelo de boca de tormenta de producción nacional retiene desechos.
Además, el nuevo producto tiene distintas ventajas respecto de los existentes en el mercado: retiene 100% de los desperdicios, tiene una accesibilidad confortable para los operarios, se limpia fácilmente, en cuestión de minutos evita inundaciones y, en caso de exceso de basura, no se tapa sino que rebalsa y deja pasar el excedente.