sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Los desafíos presentes y futuros de la Región Metropolitana de Córdoba

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Por Guillermo Irós * – Exclusivo para El Inversor y La Construcción

Los datos de crecimiento poblacional y la extensión del suelo urbanizado en las distintas ciudades del entorno metropolitano de la ciudad capital, están advirtiendo de las consecuencias negativas que pueden producirse si no se actúa con sentido anticipatorio. El Instituto de Planificación del Área Metropolitana (Iplam), ha definido normativas a nivel de transporte, vialidad y usos del suelo para el conjunto del territorio que contiene a las numerosas ciudades que conforman lo que habitualmente se menciona como el Gran Córdoba. La experiencia de la aplicación de esta normativa está indicando la necesidad de sectorizar este gran espacio geográfico en subregiones por la gran variedad de situaciones que expresan. También indica la experiencia que es necesario decidir planes directores consensuados y asumidos en plenitud por las distintas jurisdicciones, como políticas de estado para el mediano y largo plazo, incorporando en estos planes el conjunto de aspectos que hacen al ordenamiento territorial, la infraestructura, los servicios, la protección del ambiente y el patrimonio, entre otros.

Desde esta perspectiva se avanzará en propuestas para los distintos corredores que convergen hacia Córdoba, según prioridades. El caso de Sierras Chicas, por la intensidad de su dinámica de crecimiento está siendo abordado por el Iplam en conjunto con las municipalidades y las distintas áreas del estado provincial según sus competencias. A continuación sintetizamos en breve espacio una aproximación al diagnóstico y algunos lineamientos generales para el ordenamiento del territorio sobre el que se despliega esta extensa conurbación desde La Calera hasta Unquillo.

Conformación urbana territorial de Sierras Chicas
El complejo collage de tejidos urbanos, extendido en el faldeo oriental de las Sierras Chicas, plantea en general una diferencia marcada con las plantas urbanas de las ciudades de las zonas de llanura en donde generalmente prevalece el trazado ortogonal favorecido por esa condición topográfica. Las estaciones ferroviarias en algunos casos, los caminos y las divisiones de las parcelas rurales en otros, suelen explicar las directrices originarias del trazado. Pero es la condición de núcleos aislados rodeadas de campo que aún se mantiene en las ciudades de la llanura oriental lo que marca el principal contraste con la extensa conurbación de Sierras Chicas.

La conformación espacial del conjunto de estas siete ciudades vinculadas con el cuadrante noroeste de Córdoba, que tomamos en consideración para este plan director, es el resultado de una sumatoria de fragmentos con características diversas, desarrollado en un extenso proceso de acumulación. En este proceso se ensamblan fraccionamientos de geometría tradicional de damero, trazados libres acompañando cotas de nivel de las lomadas, los nuevos modelos de barrios cerrados, creando en su conjunto resultados aleatorios difíciles de descifrar y describir y que no se orientan hacia modelos prefigurados, definidos como objetivos de planificación. Por el contrario, posiblemente sea el objetivo comercial inmobiliario de cada emprendimiento, en muchos casos altamente especulativo, la explicación más común para los resultados producidos.

No obstante, la acumulación de resultados parciales aleatorios, produce en el despliegue territorial del conjunto de la conurbación, algunos patrones comunes identificables. Entre ellos se pueden mencionar como los más significativos el acompañamiento de la urbanización al sistema vial principal; al faldeo de las sierras; a las cuencas de los ríos y arroyos, y a las conformaciones geométricas precedentes de las parcelas rurales que se fueron urbanizando. En la observación de la estructura urbana territorial se reconoce una predominancia lineal en el sector serrano y una tendencia al derrame hacia la zona llana del este.

Tendencias, consecuencias y estrategias
La condición de resultado aleatorio e imprevisible a futuro, advierte de la la necesidad de establecer una estrategia que reoriente los procesos espontáneos en progreso, hacia un modelo coherente a nivel de conjunto. Por tratarse de una estructura urbana territorial que tiende a consolidar su ya definida condición de conurbación, resulta claramente imposible e inconducente decidir estrategias cicunscriptas a cada uno de los radios municipales, ya que los procesos no guardan relación con los límites de las jurisdicciones territoriales de cada municipalidad. La falta de un enfoque de conjunto producirá inevitablemente un resultado fragmentario.

A esto se suma una progresiva aceleración del proceso de crecimiento conducido en mayor grado por los impulsos de un mercado inmobiliario de gran dinamismo en la región. Esta alta demanda sin dudas responde al aporte migratorio proveniente de la capital. Es así entonces que, según datos de la Dirección de Estadísticas y Censos de la Provincia, en un estudio de proyecciones tomando la información de los censos 2001 y 2010, el departamento Colón crecerá 50% entre esta última fecha y el año 2025. La ciudad de Córdoba aparece en un modesto anteúltimo lugar con 8,5%, situación esta que sólo se explica por la transferencia de población a que hicimos referencia. Siendo las poblaciones de Sierras Chicas las que exhiben los valores más altos del departamento, de cumplirse estos pronósticos podrían sumarse en el período 2010-2025 cerca de 100.000 nuevos habitantes.

En este contexto resulta imperativo anticiparse en el diagnóstico y la acción, reconociendo las amenazas que plantea la falta de previsión.

Entre los principales vectores que orientan los crecimientos, se destacan los corredores viales, la ocupación del faldeo serrano y dentro de este el avance sobre las cuencas hídricas.

Hacia la zona llana del Este se observa una progresiva ocupación con preponderancia en la margen Oeste de la E-53. En ese gran espacio contenido por la ruta mencionada, la Av. Padre Luchesse y la E-57, se pueden prever los futuros crecimientos, en un tejido mixto de espacios verdes y urbanización desde Villa Allende a Río Ceballos.

En cuanto a los modos, se observan muchas nuevas urbanizaciones aisladas y desconectadas así como un consumo alto de suelo en relación con la cantidad de viviendas dada la baja densidad de ocupación que prevalece.

Las consecuencias probables de este proceso a futuro podrían sintetizarse en el agravamiento de manifestaciones ya acontecidas y que sólo mencionamos a manera de enunciado:

– Eliminación o degradación del Bosque Nativo.
– Aumento de excedentes hídricos, inundaciones.
– Empobrecimiento hidrológico.
– Degradación ambiental y de paisaje.
– Conflictividad en el tránsito.
– Falencias de infraestructura y servicios.

–  Deterioro del patrimonio natural y cultural, etcétera. La ley provincial de Usos del Suelo N° 9841 y la actualización elaborada con la mayoría de las municipalidades y el Ministerio de Agua Ambiente y Servicios Públicos, en concordancia con la norma de protección del bosque nativo, establece una base consistente desde la que pueden proyectarse los nuevos avances. Un plan de Ordenamiento Territorial demanda además otras decisiones que se complementan con los Usos del Suelo y que mencionaremos sin pretender abarcar una enumeración exhaustiva ni excluir otras variables.

Quedan como lineamientos posibles para ser considerados, consensuados y desarrollados en el transcurso de la elaboración de un plan director.

– Ordenamiento regional del conjunto de jurisdicciones territoriales municipales.
– Orientación a conformaciones urbanas que eviten la dispersión y la extensión innecesaria.
–  Compactación y densificación de áreas urbanizables.
– Límite al avance de urbanización en faldeo serrano.
– Armonización de Usos del Suelo con áreas protegidas del bosque nativo.
– Preservación y promoción del patrimonio natural y cultural.
– Revalorización del paisaje, sistema de espacios verdes y parques.
– Compatibilización de previsiones hidráulicas en cuencas y cauces de escorrentías.
–  Definición de un sistema de conectividad que favorezca la integración social y urbanística.
–  Promoción del desarrollo de un sistema transporte integrado y multimodal.
– Armonización del desarrollo local y regional.

Ciudades integradas, social y ambientalmente sostenibles, defensoras de sus destacados atributos naturales y culturales, pueden sintetizar los objetivos que darán respuesta a una mejor calidad de vida presente y futura.

* Arquitecto. Director General del Instituto de Planificación del Área Metropolitana (Iplam).

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