lunes 23, diciembre 2024
lunes 23, diciembre 2024
Comercio y Justicia 85 años

La temperatura ideal

ESCUCHAR

Cuál sistema de calefacción es el indicado para cada caso y qué cosas hay que tener en cuenta.

Por Natalia Riva – [email protected]

Aunque este año se está haciendo esperar, la temporada invernal -y sus consecuentes bajas temperaturas- ya está llegando. A todos aquellos que están pensando en calefaccionar sus hogares u oficinas se les presenta una serie de opciones que ofrece el mercado en cuanto a la elección del mejor sistema de calefacción.

Algunas preguntas ayudan a determinar qué conviene, partiendo siempre desde lo básico: ¿qué pretende el usuario del sistema? ¿qué características tiene el medio ambiente de la vivienda, oficina o edificio a acondicionar?

Con esos lineamientos generales, explica a El Inversor y la Construcción el ingeniero Francisco Freguglia, recién se puede comenzar a proyectar cuál es el sistema de calefacción indicado en cada caso. “Ahora bien, si analizamos un caso general de vivienda de uso residencial en Córdoba, además de los ítemes anteriores me parece importante tener en cuenta los siguientes puntos”, afirma el dueño de Freguglia SA, al tiempo que enumera:

– Seguridad y confiabilidad: sistemas que reduzcan al mínimo el grado de posibles accidentes (incendios, intoxicaciones, quemaduras, etcétera), mediante la efectiva y confiable actuación de las protecciones de los equipos a instalar.

– Eficiencia: los rendimientos de los equipos a colocar para disminuir los consumos de energía, y la eficiencia del sistema en su conjunto.

– Asesoramiento: la idoneidad y profesionalismo de a quién se recurre para que obtener asesoramiento, así como la garantía que ofrece tanto con su servicio sobre lo que realiza como con los materiales/equipos que utiliza para la instalación.

– Sustentabilidad: la compatibilidad del sistema de calefacción con la utilización de energías alternativas.

– Costos totales: los costos del sistema en funcionamiento, con una evaluación completa con costo de instalación, costo de utilización, punto de equilibrio, vida útil de la instalación.

– La estética del sistema

– Diseño: evaluación acústica y nivel de ruido que nos introduce el sistema con relación al entorno de instalación, y consideraciones que se deben tener en el diseño para restringir el nivel de ruido.

¿Cuándo un sistema es eficiente?
Existen muchas combinaciones posibles de sistemas de calefacción. Son siempre necesarios un sistema productor del calor y un sistema distribuidor de éste. Cuando queremos disponer de un sistema eficiente, es necesario que ambas partes del sistema de calefacción sean eficientes. Además, se puede aumentar la eficiencia si se incluye una instalación de energía solar. Por este motivo conviene conocer tanto las funcionalidades de cada producto como las combinaciones óptimas de éstos para poder disfrutar de una calefacción eficiente.

Freguglia dice: “Di nos referimos al termino ‘eficiencia’ del sistema como la relación entre obtención del resultado deseado con el menor costo de utilización, podríamos decir que en Córdoba, para sistemas centralizado, el sistema de ‘piso radiante’ alimentado por generación de agua caliente mediante energía solar complementada con energía eléctrica es lo que nos da una muy favorable relación”.

Sobre este punto, el especialista asegura que lo anterior se logra realizando un diseño / proyecto / construcción / asesoramiento, en forma prolija sobre la utilización del sistema más la incorporación de algún sistema de control para no causar disconformidad en el uso.

“Actualmente, el disponer de gas natural a precios relativamente bajos (con relación al servicio y la comodidad que este combustible brinda), en cierta forma limita el crecimiento y la difusión de sistemas compatibles con el uso de otras energías / combustibles. Tal el caso de aprovechamiento de energía solar aplicado a sistemas de calefacción”, explica Freguglia.

Otros sistemas eficientes –completa el especialista- pueden ser los que trabajan con la energía eléctrica aplicada en forma directa a piso radiante mediante una membrana dieléctrica. “Igual que en el caso anterior brinda un excelente confort, con el inconveniente de tener costos un tanto elevados por requerir mano de obra capacitada y gran prolijidad en la elección de los materiales desde la base (contra pisos, tendido de red eléctrica, etcétera) hasta la terminación que se aplica sobre el elemento calefactor. Por esto, no ha sido de amplia difusión en nuestro medio”, explica Freguglia.

Por su parte, los sistemas combinados de climatización (refrigeración y calefacción), sean tanto sistemas de flujo de refrigerante variable (VRF), Roof Top, o Fan Coil son, sin dudas, la opción más viable para el caso de uso de sitios u oficinas comerciales y/o corporativas.

Para resumir, Freguglia considera que, dentro del medio local, la combinación de generación de agua caliente con energía solar térmica más energía eléctrica (por resistencias eléctricas o por inversión de ciclo frigorífico), aplicada a sistemas de calefacción por piso radiante o radiadores, son los sistemas de calefacción más recomendados para la utilización.

Otro dato a tener en cuenta es que los sistemas donde se utiliza generación de agua caliente con captación de energía solar térmica requieren un costo inicial mayor (aproximadamente, el doble que caldera a gas natural); es cierto, pero -si comparamos estos mismos sistemas considerando los actuales costos de gas natural y los períodos de utilización de calefacción para Córdoba- luego de dos / tres años de uso, la ecuación se equilibra y pasa a tener considerable economía los sistemas alimentados por energía solar térmica.

Combatir el frío, sin gas natural
Aún hay muchos barrios y localidades cordobeses que no disponen de la red de gas natural, lo que se traduce en un alto costo al momento de consumir gas envasado. Existen, sin embargo, recursos alternativos como la electricidad y la leña que proporcionan sistemas del alto rendimiento y confort.

Eléctricos
Las estufas eléctricas son los aparatos de calefacción más accesibles en el mercado y cuentan con diferentes modelos y opciones de diseño, según los diferentes sistemas de distribución del calor y consumo. Los más utilizados, son los siguientes:

Calor inmediato. Los sistemas de calefacción eléctrica (estufas de cuarzo, aires acondicionados frío-calor, caloventores, radiadores, convectores, paneles cerámicos, etcétera) son grandes consumidores de electricidad, como todos los artefactos que generan calor. Por lo tanto, se aconseja su uso en los ambientes necesarios sólo en el momento que lo requiera el usuario y en los horarios nocturnos, cuando la energía es más barata. No obstante, los nuevos diseños de estufas eléctricas están incorporando sistemas que mejoran los rendimientos de consumo y programan la temperatura para cada ambiente. Desde el punto de vista de la seguridad, son confiables, ya que no producen olores ni gases nocivos para el sistema respiratorio.

Estilo radiador. Los radiadores eléctricos son apropiados y más rentables para regiones de clima templado, donde no se requiere el uso continuo de la calefacción por períodos prolongados y están indicados para ambientes no muy grandes. Tienen una fisonomía similar a los clásicos utilizados para la calefacción central por agua, también están construidos en aluminio y generan un calor suave y envolvente. Su consumo varía en potencias de 600, 700, 850, 1.000 y 2.000 watts.

A leña y a bioetanol
También se encuentran disponibles en el mercado local opciones como las salamandras; además, es posible construir las populares estufas rusas y también estufas decorativas con mayor tecnología, como los biohogares. Las primeras se alimentan a leña y son de alto rendimiento, mientras que las últimas utilizan bioetanol y son una combinación de calor, ambientación y diseño.

Populares rusas. Son artefactos de estilo rústico que se construyen con ladrillos refractarios y tienen alto rendimiento. Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), las estufas rusas producen el mismo calor que una tradicional de hierro con sólo 100 kilogramos de leña (las de hierro necesitan 400 kilogramos).

Salamandras decorativas. No todas las salamandras son redondas, pesadas y pequeñas. Hay marcas reconocidas que fabrican productos a base de hierro, con terminaciones decorativas y alta tecnología. Son calefactores que tienen dos cámaras de combustión independientes, revestidas en material refractario e inyección múltiple de aire; esto les da mayor rendimiento y economía de recursos. No contaminan el medio ambiente y permiten utilizar leña en forma renovable y ecológica. Son estufas que poseen en la cámara de combustión primaria una puerta frontal provista de un visor de vidrio cerámico y entradas regulables de aire. Múltiples inyectores de aire ubicados en las paredes laterales y posteriores de esa cámara impiden la formación de monóxido de carbono.

Los biohogares. Constituyen una combinación muy bien lograda de calor, ambientación y diseño, similar a la llama de un hogar pero sin manipular leñas, y con el toque de distinción de un artefacto diseñado para embellecer espacios. A diferencia de otros sistemas de calefacción, funcionan por convección y no por radiación: así, en pocos segundos comienzan a calentar el aire circundante y generan una agradable sensación de confort en la vivienda.

Al alimentarse con bioetanol, combustible no contaminante (etanol o alcohol etílico), no producen cenizas, humo ni olor. Tampoco precisan chimeneas ni redes de alimentación de electricidad o gas, así que colocarlos no requiere mano de obra especializada. De fácil instalación y casi nulo mantenimiento, son muy versátiles: no sólo pueden colocarse contra la pared o en el piso, sino también empotrados o integrados a un mueble.

Energías alternativas: algunas consideraciones
Con relación a la utilización de energías alternativas (solar térmica, específicamente), los especialistas afirman que no es conveniente la aplicación de ésta en un sistema sin un respaldo (por ejemplo, eléctrico). En cuanto al diseño de la potencia que se pretende obtener en captación solar, se debe tener presente que, si se diseña para mínima utilización de otra energía que no sea solar (mayor superficie de captación solar), esto en verano puede traer inconvenientes por exceso de generación de agua caliente sin utilizar (hierve agua en los paneles / envejecimiento prematuro de partes del sistema como juntas, etcétera). Esta situación llevaría a proyectar con una capacidad de generación solar que limite la potencia a 50% de la demanda del sistema o bien, si se proyecta con mayor utilización, es importante realizar un sistema mixto que permita el aprovechamiento en verano para climatizar piscina, por ejemplo.

Aislamiento de paredes y ventanas
La calefacción es un factor determinante del consumo energético, dado que conforma la mayor parte del consumo; consecuentemente, se infiere que la cantidad de calor necesaria para mantener una vivienda a una temperatura ambiente depende en gran parte de su nivel de aislamiento térmico. Es decir, una vivienda con un aislamiento poco propicio requerirá mayores niveles de energía, puesto que será más propensa a enfriamientos en la época invernal, generando posibles condensaciones en su interior; por otra parte, en la estación estival, se calentará en mayor medida en menos tiempo.

Si bien se suele relacionar los aislamientos con las paredes exteriores de una vivienda -el impacto de la diferencia en la temperatura más pronunciada se da entre la temperatura en el exterior de la vivienda y la interna; se debe prestar especial atención a otros sectores del inmueble. La superficie en la que se produce en mayor medida el intercambio de calor entre el interior y el exterior de una vivienda es el techo; es allí donde se gana o se pierde más calor. En caso de que el aislamiento del techo no sea el óptimo, se generarán temperaturas demasiado bajas en invierno y demasiado altas en verano.

Una mejora en el aislamiento puede generar un ahorro de 30% de calefacción.

Un medio posible de aislamiento que reemplazaría una pared de piedra de un metro de espesor sería, por ejemplo, una capa de corcho de 3 cm de espesor o bien una capa de fibra de vidrio o poliuretano. Se estima que gran parte de nuestras necesidades de calefacción se deben a las filtraciones de calor a través de las ventanas. A fin de lograr un buen aislamiento de una ventana, pueden utilizarse sistemas de cristal doble, disminuyendo a la mitad la pérdida de calor, corrientes de aire y condensación de agua. Al hacer uso de cristales simples, en la época invernal, se pierde por metro cuadrado de superficie, la energía contenida en 12 kg de gasoil.

Además, para lograr un aislamiento entre la parte interna y externa del marco de una ventana, deben utilizarse carpinterías de rotura de puente térmico, en lugar de los materiales como el hierro o el aluminio, los cuales dan lugar a filtraciones de calor.

Consejos para hacer más eficiente el uso de la calefacción
– No abra las ventanas con la calefacción encendida. Tampoco si tiene aire acondicionado.
– Evite las excesivas infiltraciones de aire por puertas y ventanas. Séllelas adecuadamente.
– Cierre cortinas y persianas durante la noche para evitar filtraciones de calor.

– Instale un termostato en la calefacción, y regúlelo para temperaturas no excesivamente altas (18-20ºC en invierno). Ajuste el termostato a una temperatura baja, pero cómoda, en el invierno y alta, pero cómoda, en el verano; podrá reducir las necesidades de calefacción o aire acondicionado. En el caso del termotanque, regule la temperatura adecuada o sitúe el termostato entre 55-60ºC; así evitará calentar primero el agua y luego volver a enfriarla mezclándola con agua fría..

– Al instalar un sistema de calefacción y/o agua caliente trate de utiliza energías alternativas a la eléctrica: solar, biogás, biomasa, leña, gas natural o gas envasado.

– No abra y cierre muchas veces la canilla del agua caliente.
– No bloquee la salida de aire caliente de radiadores con ningún objeto

– Seleccione productos que sean eficaces en el uso de energía cuando compre un nuevo sistema de calefacción.

– Si no tiene la posibilidad de calentar con gas y debe hacerlo con energía eléctrica, utilice caloventores o radiadores de aceite en lugar de estufas a cuarzo.

– Controle periódicamente el estado de la caldera, especialmente cuando comience a utilizar la calefacción.

– No sobrecaliente los ambientes.

– Desconecte todo aparato que no esté siendo utilizado; algunos aparatos continúan consumiendo energía aún cuando parece que están apagados; por lo tanto, deberá asesorarse con un electricista.

Leé también

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¡Bienvenid@ de nuevo!

Iniciá sesión con tu usuario

Recuperar contraseña

Ingresá tu usuario o email para restablecer tu contraseña.

Are you sure want to unlock this post?
Unlock left : 0
Are you sure want to cancel subscription?