ESCUCHARAlcanzaron 1.691 unidades en mayo. Sin embargo, la base de 2017 se ubicó entre las menores en los últimos 20 años. El parque automotor impulsado por ese insumo llegó a 276.368 vehículos, casi 8.000 menos que el año pasado y más de 18 mil por debajo del récord de marzo de 2016
Las conversiones de vehículos a Gas Natural Comprimido (GNC) en Córdoba alcanzaron en mayo 1.691, 82,6 por ciento más que en igual mes del año pasado.
El fuerte aumento experimentado por los traspasos esconde, sin embargo, el magro desempeño del sector.
Es que la comparación con 2017 es sobre un mes ciertamente bajo. De hecho, las 926 conversiones del año pasado se ubicaron entre las más bajas de la historia.
Efectivamente, desde que el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) informa sobre esa estadística, esto es 1998, hay que remontarse a 2009 para encontrar una cifra menor. La cifra histórica más baja fue en enero de 2008: apenas 524 traspasos. En tanto, la más alta se produjo en agosto de 2003: 4.602.
De cualquier manera, no hay que remontarse tan atrás para observar números interesantes en el sector. Por ejemplo, en mayo de 2014 se alcanzaron 3.894 traspasos; e incluso en 2015 la cifra fue de 2.335.
La enorme dispersión de cifras está íntimamente relacionada con la brecha entre el precio de los combustibles líquidos y el GNC. A mayor distancia entre unos y otro, mayor es la cantidad de conversiones, y viceversa.
También talla el valor de los equipos a instalar, en la mayoría de los casos con componentes importados que sintieron el impacto de la devaluación.
Con todo, la cada vez mayor eficiencia lograda por los motores nafteros en vehículos nuevos y su bajo consumo llevó a que muchos optaran por mantener sin cambios sus vehículos.
Más aún, el parque automomotor impulsado a GNC viene en descenso desde hace varios meses.
En mayo pasado, si bien experimentó un leve ascenso respecto al mes inmediato anterior, se ubicó muy por debajo de mayo de 2017.
Según el último dato disponible, el mes pasado el parque de vehículos impulsados a gas fue de 276.368, frente a los 284.700 de un año atrás.
En tanto, en marzo de 2016 el parque había tocado un récord de 294.742 unidades.
Así, en poco más de dos años, el stock cayó más de 18 mil vehículos.
La cifra muestra que, pese a una mejora en las conversiones en los últimos meses, muchos vehículos impulsados a GNC dejaron de estarlo.
Creció la brecha
En tanto, el sorpresivo nuevo aumento de los combustibles líquidos que comenzó a operar el sábado en Córdoba y, en rigor, en todo el país, volvió a acrecentar la brecha con el GNC.
En esa línea, debería esperarse que el repunte en las conversiones se mantenga en los próximos meses, máxime si se considera que hasta octubre no se verificará una nueva suba del insumo gas, clave para la formación del precio en surtidor del GNC.
Si bien el precio del GNC llegó en algunas estaciones de Córdoba ciudad a 14,99 pesos, en otras se mantiene en 12,99 pesos.
Si se considera que el valor de la nafta súper -principal referencia para comparar ambos combustibles- llegó ahora a 29,63 pesos, la brecha con el menor valor del GNC llegó a 105 por ciento.
Salvo períodos específicos y muy breves en el tiempo, el valor del GNC siempre se situó a la mitad del precio de la nafta súper.
Las nuevas subas de los combustibles líquidos prevista para julio deberían ampliar la distancia entre uno y otro insumo.
El aumento de las naftas de hasta cinco por ciento fue anunciado en las últimas horas por el Ministerio de Energía, luego de llegar a un acuerdo con las petroleras. Éste, entre el Gobierno nacional y las empresas, contempla otra suba, de tres por ciento, para julio.
De esta forma, la nafta súper, que se comercializaba a 28,22 pesos en las estaciones YPF de Córdoba, pasó a 29,63 pesos; y la premium, que se vendía a 31,61 pesos, ahora se comencializa a 33,19 pesos.
En tanto, el aumento en el gasoil fue de 4,5 por ciento.
Mediante un comunicado, el Ministerio de Energía indicó que el incremento incluye el traslado a precios del aumento del impuesto a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono de 6,7 por ciento dispuesto por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) a partir del viernes último.
Según ésta, con el cambio en la metodología de cálculo se evitó que el aumento en el precio de los combustibles fuera mayor, dado que el impuesto no subió a la par del incremento registrado en los últimos meses.
Por la ley 27430 de reforma tributaria impulsada por la administración de Mauricio Macri, el impuesto determinó incrementos pues se trata de un monto fijo que irá escalando cada tres meses atado a la inflación que reporta el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
De todas formas, más allá del impacto de ese tributo, las subas se apuntalan en el alza del precio del petróleo y en la devaluación del peso, dos componentes claves tras la liberalización del precio de los combustibles -en octubre del año pasado-.
El Gobierno anunció que en los próximos dos meses se seguirá “monitoreando la evolución del mercado para evaluar la continuidad de este acuerdo, su eventual modificación o efectuar las compensaciones que este requiera”, según indicó el comunicado de la cartera que conduce el ministro Juan José Aranguren.
De hecho, la Federación de Expendedores de Combustibles de Córdoba (Fecac) estimó días atrás que el precio de la nafta premium podrá llegar a $49,50 por litro a fin de año, en función de una proyección del valor del dólar y el petróleo en el mercado externo.
