ESCUCHAREl ministro de Desregulación y Transformación del Estado posteó la merma en la dinámica de precios. Destacó que esa evolución se produjo, entre otras causas, tras la reducción del impuesto PAIS. Sin embargo, el impacto de una nueva suba de tarifas podría interrumpir el descenso del IPC
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, publicó un posteo en redes sociales buscando subrayar la tendencia descendente de la inflación y relacionar el fenómeno con la política económica oficial y medidas recientes, como la reducción del Impuesto PAIS, cuya alícuota pasó desde el 1 de septiembre a 7,5%, diez puntos menos que el nivel al que lo había aumentado inicialmente el gobierno. Además, el impuesto perderá vigencia a partir del próximo 1 de enero.
“Siempre se escucha que aún (sic) cuando bajan los impuestos los precios no bajan. Acá los precios de alimentos importados y nacionales luego de la baja de 10% en el impuesto PAIS. Se ve clarísima la transferencia de la baja de impuestos a precios. Gracias motosierra! VLLC!”, subrayó el funcionario.
Poco después del posteo, la cartera desreguladora emitió un breve informe con información adicional, en el que afirma que “tras la rebaja del impuesto PAIS, los precios de los alimentos y bebidas importados registraron una caída real hasta del 10%, con una caída del promedio del 2,4% “mientras que los productos nacionales registraron un aumento del 3 por ciento”
“Esto ocurrió a pesar del incremento en la cotización del dólar oficial, que en circunstancias normales habría provocado un alza en los precios de los productos importados. Sin embargo, la reducción del impuesto logró compensar este efecto, manteniendo estables los precios de estos bienes e incluso provocando una baja en ciertos casos”, dice el informe, que también precisa que los productos que más bajaron “fueron los enlatados, galletas y mermeladas con reducciones reales del 10,3%, 4% y 2,7%, respectivamente”.
A la luz de la baja del impuesto PAIS y el deslizamiento al 2% mensual del dólar, la lectura del Ministerio de Desregulación es, básicamente, que la baja del impuesto PAIS permitió más que compensar el aumento del precio del dólar. Es la interpretación que también hace el presidente Javier Milei cuando resta de la tasa de inflación publicada por el Indec la llamada “inflación inducida” por la devaluación mensual y la inflación internacional, para afirmar que la inflación “propia” ya está en un nivel del 1% mensual, que anualizada resulta igual al 13 por ciento.
No obstante, a poco de publicado el posteo del ministro, algunos observadores cuestionaron su afirmación, que precisaba una disminución de 2,4% de los precios de importados, cuando el eje vertical del gráfico adjunto medía en el eje vertical una caída máxima de poco más de uno por ciento, que podría deberse a una mala ilustración o, en el peor de los casos, a cálculos erróneos.
Aunque en noviembre habrá una nueva ronda de aumentos tarifarios, que encarecerán el precio de los servicios, el gobierno apuesta a que tanto en octubre como en el próximo mes se mantenga la línea descendente de la inflación, incluso con el ambicioso objetivo de que la tasa de inflación del penúltimo mes del año comience con el número “2”. Diciembre es un desafío distinto, porque -al igual que enero- es un mes de inflación “estacionalmente” alta.
“Seguirá cayendo”
De hecho, el domingo pasado, en la entrevista televisiva en la que dijo que quería ponerle el último clavo al cajón del kirchnerismo “con Cristina Kirchner adentro”, Milei había afirmado que “sin ninguna duda, de acá para adelante la inflación seguirá cayendo”.
“En septiembre ha habido deflación en productos importados y en las últimas semanas se está viendo deflación en alimentos”, aseguró entonces el presidente, que enfatizó además que el costo de la canasta básica había aumentado sólo 1,7%, algo que consideró “muy importante” porque del valor de esa línea y del nivel de ingresos de la población depende la evolución de las tasas de pobreza y de indigencia.
También Alberto Cavallo, fundador de una consultora que hace relevamiento digital de precios en varios países del mundo, señaló hace unos días que la inflación mensual en la Argentina “está bajando de nuevo y llegó al 2,36% hasta el 20 de octubre, según las mediciones de PriceStats”.
“Es el valor más bajo en los últimos tres años”, destacó el también profesor de la Universidad de Harvard e hijo del exministro de Economía Domingo Cavallo.
También el Indicador Barrial de Precios (IBP) del Instituto de Investigación Social, Política y Ciudadana (Isepci), que releva los precios de 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos (CBA), señaló que en septiembre la variación de los precios en los negocios de cercanía en los barrios populares tuvo una baja de 3,28% respecto de agosto. Según esa medición, que pulsa el costo de vida en el corazón del conurbano, los precios de las frutas y verduras en septiembre bajaron 6,06%; los productos de almacén 3,23% y las carnes 1,25%, aunque señalando a su vez que esas reducciones se deben a la fuerte caída en los consumos de las clases populares.
A su vez, como revelan los datos del propio Indec, el mayor incremento de precios en septiembre ocurrió en el subsector de “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles”, cuyos valores dependen en gran medida de decisiones tarifarias del propio gobierno, que al hacerlo debe balancear su objetivo de reducir los subsidios para así reducir el gasto y mantener e incluso acrecentar el superávit fiscal, con el impacto que los aumentos de los servicios públicos y de los combustibles tienen sobre los demás precios de la economía y, por ende, sobre la inflación general.
