ESCUCHAREn las próximas 48 horas vencen US$2.700 millones, que se dividen en US$926 millones que vencen hoy y US$1.787 millones a pagar mañana. Más allá del optimismo oficial, todavía no hay señales de que las negociaciones hayan sido fructíferas
El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sigue siendo un dolor de cabeza para el Gobierno nacional. Pese a todas las gestiones que ha tratado de realizar Sergio Massa, el organismo internacional no da señales de responder ante el reclamo de realizar un adelanto de los desembolsos de este año que permita frenar la sangría de dólares.
En esas condiciones se llegó a que entre hoy y mañana vencen US$2.700 millones de capital, un monto considerable para las lánguidas reservas de Argentina, que han retrocedido alrededor de US$1.200 millones al pasado día 16.
Esa situación se suma a una situación política delicada, que va desde las denuncias por un posible crimen en el Chaco (que surgieron al conocerse la trama de relaciones con el poder de los acusados por la desaparición de una mujer) hasta los sucesos de violentas protestas en Jujuy por la aprobación de la nueva constitución provincial (aprobada a puertas cerradas y con poco debate por parte de los constituyentes de Juntos por el Cambio y el peronismo). En esa profunda incertidumbre y sensación de anarquía y desgobierno, el ministro de Economía tiene que tratar de convencer a los funcionarios del FMI de que el país está en la senda de la recuperación tras la dura sequía y de que el Gobierno va a poder hacer frente a sus obligaciones como corresponde.
En ese sentido, la intención inicial del Gobierno era lograr que el FMI adelantara a este mes todos los desembolsos previstos para el resto del año, bajo el pretexto de las dificultades para acumular reservas debido a la sequía, aunque al organismo no se le escapan las necesidades electorales del Gobierno.
Al respecto, los analistas de la consultora LCG consideraron: “No creemos que el FMI apruebe adelantar fondos de 2024 a 2023, pero tampoco esperamos que empuje al país al default. Definitivamente, sin el desembolso del FMI sería imposible atravesar los próximos meses, más atendiendo a las necesidades de pagar intereses por la deuda en dólares del sector público”.
En todo caso, la expectativa de LCG es que el Gobierno consiga que la entidad conducida por Kristalina Georgieva refinancie los vencimientos hasta septiembre, por alrededor de US$7.000 millones, y “otorgue en concepto de dificultades por la sequía un adicional que serviría para cubrir las necesidades del próximo trimestre”.
Cómo se resolvería
Si bien las reuniones virtuales entre el equipo económico y el staff técnico del FMI continuaron durante el fin de semana largo y seguirán en los próximos días, la conversación todavía no está lo suficientemente avanzada como para que el ministro de Economía viaje a Washington a estampar su firma.
Según anticipan algunos medios, la idea en el Palacio de Hacienda sería realizar el pago a fin de mes, una opción a la que el Gobierno ha recurrido otras veces. Según Invertir en Bolsa, una vez pasada la fecha de vencimiento, el Gobierno dispone de 30 días para regularizar su situación.
Con reservas netas negativas que los economistas ya estiman en alrededor de US$1.700 millones, el Gobierno tiene pocas alternativas para cancelar los pagos al FMI. Una posibilidad que evaluaban en el equipo económico era hacer un pago parcial que demuestre “buena voluntad”.
Cálculos privados indican que entre las reservas brutas del Banco Central (BCRA) todavía queda el equivalente a US$1.700 millones en Derechos Especiales de Giro (DEG, la moneda del FMI) que sobraron del último desembolso que hizo el organismo. Si bien esa cifra no alcanza para cancelar todas las obligaciones de esta semana, se podría usar para hacer el pago parcial y continuar con la negociación, a la espera de una resolución favorable por parte del organismo.
En julio, a poco más de quince días de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), el Gobierno tendrá que enfrentar vencimientos de deuda por un total de US$ 2.660 millones en pagos al FMI, que se suman al resto de los vencimientos de deuda en pesos que todavía no han entrado en los sucesivos canjes realizados por la gestión de Sergio Massa.
