La posibilidad de insertar a los beneficiarios de planes sociales en el empleo formal, tiene un limitante clave que es la baja calificación de esas personas.
El dato surge de un informe del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba, a cargo de Lucas Navarro.
De acuerdo con el documento, en un contexto en el que la creación de nuevos puestos formales se concentra en trabajadores de alta calificación y nivel educativo, las perspectivas de empleabilidad de quienes reciben planes y programas sociales son muy limitadas.
El informe señala que esa característica queda en evidencia aún en los sectores que más aportaron a la generación de empleo formal en el año, como la industria y la construcción.
Para la Bolsa, sin una reforma estructural a la institucionalidad laboral que reduzca de forma permanente los elevados costos para las empresas que ocasionan las altas cargas laborales y los costos de despido, y sin esfuerzos sustanciales para mejorar la formación y capacitación de la fuerza de trabajo para adaptarla a las nuevas demandas será difícil mejorar la empleabilidad y las chances de generar trabajos de calidad en forma masiva.
El análisis de la entidad surge en el marco del proyecto de ley presentado por Sergio Massa de convertir “planes, programas sociales y prestaciones de la seguridad social” en “trabajo formal de calidad, mejorar la empleabilidad y la generación de nuevas propuestas productivas”.
Luego de reseñar las principales características del proyecto, la entidad concluye en que los incentivos planteados para los empleadores son insuficientes; la propuesta abarca a las contribuciones al sistema jubilatorio por lo que el ahorro corriente en costo laboral es de hasta 7,4%. señala la Bolsa.
Además, entre los requisitos está no reducir el empleo por al menos dos años, lo que es una forma de aumentar aún más los ya elevadísimos costos de despido.
En un contexto en el que las cargas laborales incrementan el costo laboral por al menos un 50% por encima del salario de bolsillo, la rebaja aporta poco. Por tanto, el costo de pasar a la formalidad una relación laboral informal seguirá siendo muy elevado.
En paralelo, surgen otros inconvenientes.
Así, 95% de ese universo de beneficiarios de planes sociales que trabaja o busca trabajo, tiene un nivel educativo medio y bajo (a lo sumo completaron el secundario). Es una característica que reduce sus perspectivas de inserción laboral.
Si se considera ese aspecto en los ocupados formales, hay una mayor inserción de quienes cuentan con un nivel educativo medio y alto.
En el caso de los trabajadores formales de la industria y la construcción -dos sectores en los que se focaliza el proyecto de Massa- el nivel educativo es más similar al de los beneficiarios de planes sociales. El punto en este segmento, es el género.
En tanto, 83% de los beneficiarios es mujer y 85% de los ocupados en industria y construcción, hombre. Sólo 17% de quienes reciben planes, lo son. Las perspectivas de inserción laboral femenina se debilitaron aún más con la pandemia, al punto de que el empleo de hombres representa 89% de la creación neta de empleo desde el segundo trimestre de 2020.El análisis del Instituto de la Bolsa de Comercio señala que quienes realizan tareas elementales y los artesanos y trabajadores de oficios, representan 82% de los ocupados informales beneficiarios de planes.