Cada una de las once habitaciones de este establecimiento ubicado en Agua de Oro se ambientará con estilos arquitectónicos de distintas épocas. La colección de antigüedades de sus dueños vestirá las suites.
San Leonardo, el restaurante gourmet ubicado en Agua de Oro, inaugurará su hotel boutique en mayo próximo con once habitaciones de estilos arquitectónicos, históricos y decorativos diferentes.
Serán espacios confortables, destinados al turismo de élite, que invierte y disfruta del estilo, distinción y descanso, según comentó a Comercio y Justicia la dueña del establecimiento, Claudia González, quien construyó el edificio junto a su marido, Eduardo Argüello, coleccionista de antigüedades.
“Son habitaciones exclusivas, decoradas y amuebladas con las colecciones de muebles y objetos de Eduardo Argüello (coleccionista por más de 28 años), ambientadas en distintas épocas: hay de estilo francés, inglés, art deco, imperial-oriental y americano, entre otros”, dijo la gerenciadora del desarrollo.
La inversión en esta apuesta es incalculable, según dijo González. “Son juegos de muebles que datan de 200 años y en muchos casos únicos en el país. Otro coleccionista quiso comprarnos el juego de dormitorio imperial-oriental (cama, mesa de luz y pedestal con espejo) en US$ 6.000”, remarcó.
La calidad de cada habitación estará acompañada por amenities exclusivos que se sumarán a los servicios de desayuno. Así, habrá dispensers de café en los pasillos de las habitaciones, adelantó González.
Las tarifas prevén costos desde $1.500 por noche. “Para la calidad y el servicio que ofrecemos, los precios están acordes al público de élite cordobés; recordemos que una habitación en un cinco estrellas de un hotel de Buenos Aires no baja de $12 mil”, apuntó.
Destinatarios
Este tipo de propuestas están destinado al turista cordobés, que busca confort y estilo en otras provincias del país y que, a partir de ahora, los encontrará en el Hotel San Leonardo.
También será una buena opción para el turista nacional que opta por disfrutar de las Sierras Chicas, sus paseos, senderos, comidas, cabalgatas y ríos, pero anclando en un establecimiento de primera categoría.
Cabe destacar que el servicio del hotel está acompañado por el restaurante, el cual despliega su calidad refinada y estilo, junto a su carta de platos gourmet. Está ambientado en una suerte de museo de piezas antiguas, donde sus dueños tienen a la vista su colección. Muebles, espejos, sillas, y vajilleros, vitrinas, carameleras, objetos de decoración, publicidades corpóreas y chapas litografiadas visten el restaurante, suelo de lo que originalmente fue la residencia del sacerdote Gastón Vergonjeanne.
“Nuestra colección es de años; hemos puesto mucho empeño y dedicación. Si me preguntás su valor, solo para darte una idea, los techos del salón del restaurante, donde están todas las chapas publicitarias, puede equivaler al precio de dos departamentos”, dijo la responsable. Otro dato importante es que además del mobiliario, la pareja tiene en su haber más de mil piezas y objetos antiguos.
Origen
El matrimonio, propietario de una constructora, compró el inmueble donde se inaugurará el hotel hace más de diez años. En sus inicios abarcaba 800 metros cubiertos, los mismos en donde se ubicaba la casa del sacerdote, algunas habitaciones en planta alta y la zona de los baños.
Tras refuncionalizsar este sector, luego se invirtió en la ampliación. En 400 metros cuadrados se sumó otro salón al restaurante y cuatro habitaciones al hotel. También remodeló la cava, según indicó González.