jueves 21, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Producción de autopartes cae 10% y refleja dificultades de la industria

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La merma muestra la situación acumulada en lo que va del año. Las exportaciones, en tanto, cayeron 20%. Todo debido a las dificultades del sector automotor, según aseguró la asociación de fabricantes de componentes

El sector autopartista local registra en lo que va del año una caída de 10% en la producción, y de 20% en las exportaciones, respecto de igual período de 2015, como efecto de las dificultades que atraviesa la industria automotriz, según cifras de la cámara que agrupa las empresas de esta actividad.
“El segmento de autopartes para la producción local automotriz registró en lo que va del año una caída del 10% respecto de 2015”, dijo Juan Cantarella, gerente General de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), quien lamentó que “ante un mercado interno de venta de vehículos que se mantiene y crece, la producción local no lo pudo aprovechar”.
La caída de actividad es la principal preocupación de los empresarios del sector a partir del impacto que viene generando la fuerte retracción de la demanda brasileña, que tiene una importancia tal que los esfuerzos por desarrollar otros destinos de exportación o el sostenimiento de ventas de 0 km del mercado interno no llegan a compensar. La referencia de Cantarella responde a que mientras los patentamientos de unidades 0 km en lo que va de 2016 aumentaron 6,5%, la producción local de vehículos cayó 13,4%.

Esa diferencia la explica el incremento de las importaciones, en torno a 40%, en su mayoría de productos de origen brasileño. “El crecimiento del mercado interno no significó un acompañamiento de la producción local sino que fue cubierto por un aumento muy importante de importación, lo cual repercute en el sector autopartista”, dijo el directivo de AFAC.
A pesar del incremento de las importaciones de vehículos brasileños -cuyo mercado interno en retracción genera una sobreoferta de unidades y una baja de costos difícil de equiparar por la producción nacional-, Cantarella entendió que este desequilibrio se explica, en parte, por la complementación de los perfiles productivos de los dos países.
“Además de que Brasil ofrece al mercado local precios bajísimos por una cuestión cambiaria y la fuerte capacidad ociosa que tiene, hay otra realidad vinculada con la especialización del vecino país en vehículos chicos y económicos, que son los que dinamizan el sector, mientras que Argentina se está caracterizando por un perfil de pick ups y vehículos comerciales”, explicó.
El segundo sector en que se divide el negocio autopartista es el mercado de reposición, que tiene una fuerte presencia de pymes que están observando un resultado incierto dado por un factor positivo que es el incremento de manera importante del parque automotor, pero que al mismo tiempo se ve golpeado por el fuerte incremento de las importaciones de piezas.

“Si bien el parque automotor aumentó de manera importante en los últimos años, lo que implica más reparaciones y mayor demanda de autopartes, al mismo tiempo la gran aprobación de Declaraciones de Importación (DJAI) -registradas en diciembre- hizo sentir su efecto durante todo el primer semestre, y recién en julio se estaría por revertir en las estadísticas una adecuación del mercado”, detalló Cantarella.
El tercer segmento es la exportación directa de autopartes, que registraron en el primer semestre una caída de 20% respecto a 2015, nuevamente asociado a la caída de la demanda brasileña, mercado que representa para el sector 65% de sus ventas externas.
Si bien las autopartes tienen una menor concentración de sus exportaciones a Brasil respecto a los vehículos terminados que ubican históricamente allí 85% de sus ventas, la crisis del vecino país impacta de igual manera en el segmento.
Cantarella identificó que, además de la baja de la demanda externa, la industria autopartista enfrenta problemas de competitividad a la hora de exportar en temas vinculados con la mejora de la productividad de los procesos; los costos laborales no salariales -por ejemplo tasas de ausentismo, costos de las ART y conflictividad judicial- como también por la carga impositiva.
El dirigente admitió que las dificultades que atraviesa el sector en sus distintas ramas de negocios “hacen muy difícil mantener la totalidad de los puestos de trabajo ante la continuidad de esta situación de caída fuerte del nivel de actividad”.
Y finalizó el empresario autopartista: “Las empresas han hecho esfuerzos para mantener dotaciones. No hay despidos masivos. Hay muchas situaciones consensuadas con los empleados, con lo cual no hay una situación de alerta, pero esto tiene su impacto en el empleo”.

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