lunes 23, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Ponen en duda el crecimiento sostenido de la economía

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Los economistas del CPCE advirtieron de los déficits gemelos y la falta de control de la inflación. Además, subrayaron la vulnerabilidad del Banco Central a raíz de la política monetaria implementada, que depende cada vez más del financiamiento y de las tasas de interés

Mary Acosta y Víctor Peralta, economistas del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba, pusieron en duda la posibilidad de sostener el crecimiento económico de 2017 durante los dos próximos años.
“Existe un consenso de que este año la economía va a crecer cercano a 2,7%, pero hay que ver si esa expansión se puede sostener en 2018”, lanzó Acosta al iniciar la última presentación del año de los informes de coyuntura. “Hasta hace unos meses eso parecía muy posible; sin embargo, la inflación volvió a recrudecer no sólo por el alza de tarifas sino por la liberalización del precio de los combustibles lo que plantea incógnitas de cara al 2018”, añadió Acosta y alertó sobre la vulnerabilidad generada por la política monetaria.
“Hay un factor del déficit que ya no se controla, como es el pago de intereses”, dijo y agregó: “Podemos ir hacia un crecimiento más sostenible en el tiempo, pero cada vez se depende más de las condiciones externas y los intereses crecientes de la deuda”.
Respecto del nivel de actividad, los especialistas analizaron que empezó a recuperarse fundamentalmente en los sectores de la construcción y la industria automotriz, versus otros que no logran despegar.

“En los primeros 10 meses, el promedio de la industria acumula un alza de 1,7%. También el consumo de servicios públicos mejoró”, dijeron.
Las expectativas de demanda interna fueron siendo más positivas a medida que avanzó el año, lo que muestra “buenas condiciones de mercado” para que efectivamente el consumo interno siga avanzando de la mano de la recuperación del salario real, aunque éste no alcanzó para equiparar la pérdida de 2016. “Es que hay dificultades para bajar la inflación núcleo, donde la política económica tiene poco poder discrecional para influir”.
“Ese problema se registra en un contexto de dólar planchado; si empezara a moverse, afectaría la evolución de los precios”, explicó la economista y agregó que en años de devaluación el poder adquisitivo no alcanza a recuperarse contra la inflación y, al período siguiente, cuando lo hace, “el alza no compensa”.
Para ellos, entre enero y julio pasado, la recuperación del poder de compra fue de 4,3%. “Ese valor se va a reducir hasta marzo/abril del año que viene cuando empiecen a regir las nuevas paritarias, siempre y cuando no haya un nuevo rebrote de la inflación”. Peralta agregó que con las subas de tarifas, podría ser que el salario real termine “empatado”, si no hay cláusula gatillo en las paritarias.
Otro factor que creen que incidirá en el cierre del año es el comportamiento del sector público: en el primer semestre el resultado primario estuvo por debajo de la meta (1,5% del PBI sobre dos por ciento). Aunque Acosta aclaró que es el resultado financiero es el que “desbarata” la “buena letra” (el rojo financiero creció 70% interanual entre enero y octubre).

Es que los datos marcan un aumento de la deuda del sector público y el porcentaje correspondiente a deuda externa, lo que lleva a un incremento en el pago de intereses. En total, las colocaciones de nueva deuda en los dos años de gestión de Cambiemos suma 111.448 millones de dólares.
La base monetaria sigue aumentando a tasas elevadas (25% interanual), principalmente por las operaciones con el sector público. El crecimiento se explica porque el Banco Central compra divisas y, por el otro lado, usa las Lebac para rescatar pesos de la economía: “La dinámica no es gratuita; implica un endeudamiento de la entidad y el pago de intereses reduce su solvencia y afecta su patrimonio neto”.
El otro indicador analizado por el CPCE es el valor de las reservas en pesos al tipo de cambio actual contrapuesto a las internacionales y a las Lebac: los pasivos en letras son mayores que las reservas, lo que crea un problema de vulnerabilidad. Sin embargo, admitieron que “no hay presión sobre el tipo de cambio por el nivel de la tasa de interés”, agregó Peralta.
“El otro origen de divisas, que es el sector externo, está complicado. El año cerraría con un déficit comercial de unos 8.000 millones de dólares. Acosta remarcó que se vuelve a los déficits gemelos. En 2016 el tipo de cambio le ganó a la inflación mientras que este año se dio el escenario contrario, lo que explica en gran parte la pérdida de competitividad.

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