Tras cinco semanas de negociaciones y sin discusiones en el recinto, finalmente ayer la Cámara de Senadores logró el quórum para debatir y avanzó en dos temas clave para la economía nacional. En primer término, el oficialismo logró la aprobación de la designación de Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central. Sobre el cierre de la jornada se debatía el proyecto que preveía cambios en la coparticipación del Impuesto al Cheque. La oposición confiaba en lograr la aprobación de la iniciativa pero, de todas maneras, ambos sectores negociaban uno a uno los votos, por lo que se preveía un final cerrado.
La Cámara Alta pudo comenzar ayer a sesionar debido a que la oposición obtuvo el quórum (37 legisladores) por la presencia de la senadora oficialista formoseña Adriana Bortolozzi. De esa manera, obligó al oficialismo a bajar al recinto.
Una vez que se abrió la sesión, el jefe del bloque radical, Gerardo Morales, aceptó la propuesta de tratar el pliego de Marcó del Pont en primer lugar, y dejar en segundo término el proyecto de modificación de la coparticipación del Impuesto al Cheque.
Tras tres horas de debate, el bloque kirchnerista logró ratificar a la funcionaria en la titularidad del Central, por medio de una votación de 35 a 34, en la cual resultaron centrales la abstención de Carlos Menem y el apoyo de la senadora opositora santafesina Roxana Latorre, cuyo voto positivo fue anunciado hace tres semanas.
El oficialismo defendió el pliego de Marcó del Pont argumentando su capacidad y su trayectoria, sobre lo que la oposición coincidió, aunque le cuestionó haber liberado reservas de la entidad al responder al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 298/10.
Marcó del Pont permanecía “en comisión” al frente del Banco Central desde principios de este año, en reemplazo de Martín Redrado, quien fue removido de su lugar con acuerdo del Congreso.
Cerrado debate
Tras el primer debate, la Cámara Alta comenzó a tratar la modificación en la asignación de los recursos recaudados por el Impuesto al Cheque, que este año se estiman en 24.000 millones de pesos. Sobre este tema la discusión en el Senado era muy cerrada, porque los números del oficialismo y la oposición ya eran ajustados y, además, se sumaba a ello la fuerte presión de los gobernadores sobre los legisladores.
El proyecto que se trataba anoche pretende una coparticipación plena del tributo, lo que permitiría a Córdoba obtener 700 millones de pesos adicionales por año. La contrapartida para la provincia sería que, frente al desfinanciamiento del Estado nacional, el Gobierno de Cristina Fernández recortaría las transferencias discrecionales. De hecho, varios estudios y analistas privados coincidieron en que los cambios podrían tener un efecto nulo para las arcas de Córdoba.
El tema se complicó, además, porque la Presidenta adelantó en sus reuniones con los gobernadores que estudia derogar en 2011 este gravamen y reformular los ingresos públicos para paliar esa pérdida de fondos.
Referentes opositores confiaban anoche en contar con los votos para introducir los cambios en la coparticipación del impuesto, pero no se arriesgaban a dar cifras. En el oficialismo había hermetismo y trabajo voto a voto para evitar una medida que impactaría fuertemente en las finanzas nacionales.
Para ser aprobado, el proyecto debe obtener la mayoría absoluta de los votos de la cámara (37). Si así fuera, todaví