ESCUCHARSon firmas cordobesas que decidirán su situación en los próximos días, según lo confirmó el ministro Lawson. La Provincia analiza alternativas para ayudar al sector, que ya despidió a 50 trabajadores. Por Cecilia Pozzobon – [email protected]
La crisis del trigo excedió la mera cuestión del precio al que se consigue el kilo de pan en las panaderías y almacenes para pasar a representar un riesgo serio para la fuente laboral de muchos cordobeses.
En efecto -según lo confirmado a Comercio y Justicia por el ministro de Industria, Comercio y Minería de la Provincia, Jorge Lawson- en los próximos días seis fábricas cordobesas de pastas secas pueden cerrar sus puertas. “No estamos hablando de suspensiones”, aclaró el titular de la cartera. “Hablamos de riesgos serios de que se cierren seis fábricas cordobesas”, dijo.
La posibilidad fue notificada al funcionario por los mismos titulares de las empresas, quienes, en compañía del presidente de la Cámara de Fabricantes de Pastas Alimenticias y Afines de la Provincia de Córdoba, Aldo Ferreyra, confirmaron que ya suman 50 los puestos de trabajo que se perdieron en el sector desde principios de año.
Sucede que el precio de la bolsa de harina se encareció 330% desde el primero de enero pasado, cuando los 50 kilos se vendían a 100 pesos. “Hoy el valor asciende a 430 pesos”, según lo confirmaba el titular del Centro de Panaderos de Córdoba, Néstor Romero.
“Los empresarios de las pastas nos plantearon su desconcierto”, dijo Lawson y explicó: “Ellos dicen que consiguen la harina a cinco pesos el kilo, lo que eleva el costo de las pastas secas a siete pesos. Sin embargo, aseguran que hay firmas tucumanas que llegan a vender sus productos a Córdoba con un costo de la harina a cuatro pesos. Esto los lleva a plantear que, como no pueden vender con precios por debajo de los costos, en los próximos días deben definir si cierran sus fábricas o no”.
Consultado respecto de si la ayuda que analiza la Provincia pasaría por subsidios al empleo, Lawson aseguró que no descantan ninguna posibilidad. “Se han tirado todas las opciones a la mesa. No descarto ninguna”, dijo.
El Centro de Panaderos indicó a la prensa que la situación es “muy grave” y no descartó la posibilidad de que hubiera consecuencias en el mercado laboral.
La molinería no queda al margen
Parece que los responsables de la crisis fueran los molineros quienes, debido a la escasez de materia prima especulan con los precios a los que venden la harina. Sin embargo, el responsable de una de las molineras del sudeste provincial explicó que la situación en el sector también es crítica.
“Sólo algunos molinos muy pequeños puede ser que cuenten aún con trigo para moler. Las empresas grandes ya han bajado sus niveles de producción. De hecho, están moliendo a 25% de su capacidad instalada, debido a la falta de materia prima”, explicó.
En tanto, detalló que en el caso de las plantas más chicas, 50% ya dejó de producir (“al menos momentáneamente”) y el otro 50% redujo también su nivel de molienda.
Si bien admitió desconocer el número de afectados, aseguró que ya se han registrado suspensiones en el sector, debido a la menor producción.
Subsidios atrasados
Las intervenciones oficiales en el mercado no sólo afectaron las intenciones de siembra del cereal -lo que derivó en la falta de materia prima- sino que también tuvo consecuencia en las finanzas de los molinos. Sucede que el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, con la intención de “cuidar la mesa de los argentinos”, presionó para que las molineras vendieran 10% de la harina que se destina a la fabricación de pan a precios subsidiados, con la promesa de compensar a los industriales harineros.
Sin embargo, las compensaciones registran un atraso mayor a los 12 meses y supera 1.400 millones de pesos, según indicó la fuente del sector.
“La deuda total era de 2.000 millones de pesos. De eso nos pagó $600 millones con bonos a 2016, los que en el mercado se pagan entre 60 y 70% de su valor”, dijo y agregó: “Moreno nos dijo que nos diéramos por satisfechos con ese pago y que, de no ser así, le hiciéramos juicio al Estado”.
Consumo nacional
– El consumo de harina de trigo per cápita en Argentina durante 2012 fue de 94 kilos, según la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM).
– Si se traduce a elaboraciones, el consumo de los argentinos el año pasado fue de 64 kilos de pan artesanal; cuatro kilos de pan industrial; 10 kilos de pastas; siete de galletitas y otros derivados y nueve de harina fraccionada.
– Por otra parte, las exportaciones de molienda de trigo cayeron en agosto 88,3%, respecto del mismo mes del año pasado; mientras que el consumo interno también registró una merma interanual de 6,3%.
