Ramiro Sosa Navarro aseguró que ese monto estimado alcanzaría para que Argentina vuelva a tener una capacidad productiva que concuerde con las “nuevas capacidades de consumo”.
El director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio de Córdoba (BCC), Ramiro Sosa Navarro, estimó ayer que para que Argentina pueda recuperar competitividad, más allá de los factores cambiarios deberían invertirse casi 106.774 millones de dólares.
Según la apreciación del economista, ése sería el monto necesario para que Argentina “vuelva a tener una capacidad productiva que concuerde con las nuevas capacidades de consumo”.
La apreciación fue hecha en el marco del almuerzo de coyuntura que la entidad realiza en su sede.
“Como se aprecia, es un monto más que significativo y es consecuencia de muchos años de llevar adelante una política que no tenía como estándar la inversión”, indicó, y agregó: “Si se estableciere una política que en cuatro años ubique a Argentina en los stock de capital necesarios para recuperar una capacidad productiva que permita abastecer la creciente demanda interna, se deberían invertir 29.000 millones de dólares más por año, teniendo en cuenta las depreciaciones que van acumulándose”.
En términos del PIB, significa llevar la participación de la inversión de 19,7% actual a un valor que oscilará entre 23% y 23,4%, según el año. En ese sentido, se aclaró que el cálculo es con base en el PIB de 2014, “ya que sería demasiado pretencioso tratar de estimar el PIB de los próximos 4 años”.
“El desafío por delante es muy grande, se necesita hacer una planificación integral que incluya tanto a los agentes internos como a los externos. Pero la necesidad también es importante, se necesitan infraestructura, maquinarias, capital humano para que recuperar la competitividad no sólo pase por factores cambiarios”, indicó Sosa Navarro.
Crecimiento basado en el consumo
El trabajo realizado por los economistas del IIE también dejó sentado que el crecimiento argentino de los últimos años estuvo basado en el consumo y no en la inversión.
“Si se mira la inversión en términos del PIB, se observa que llegó a 22,7% durante 2011, lo cual es una participación aceptable para un país que eligió el consumo como motor de crecimiento, históricamente”, dijo.
“Sin embargo, desde aquel año la participación de la inversión ha venido decayendo y para el año 2014 se encontraba en 19,7% del PIB, lo cual indica una caída de tres puntos porcentuales en tres años. En cambio, si se mira el consumo, ha pasado en los últimos tres años de 81% del PIB a 84%, aunque si se analiza desde el año 2003 saltó de 76% a 84%”, finalizó.