La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pronosticó que la Argentina terminará este año con una recesión menor a la estimada, con una caída de la actividad del 3,8% y menos inflación, con una variación anual del 120,9%.
Para 2025, planteó que la recuperación será más leve, junto con más descenso del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Las previsiones del organismo implican una corrección en la orientación de las proyecciones de su último reporte, de septiembre pasado. La nueva perspectiva refleja una contracción de la economía 2 décimas por debajo y una inflación 26,6 puntos porcentuales por debajo del pronóstico previo, lo que marca una notoria revisión a la baja.
“Los indicadores de corto plazo muestran signos de mejora”, indicó. “El crecimiento trimestral repuntó hasta el 3,4% en el tercer trimestre, según las lecturas secuenciales de un indicador de actividad mensual”, sumó.
La OCDE resaltó que la agricultura, la ganadería y la minería fueron los sectores con el crecimiento más significativo, y que la industria manufacturera, la construcción y el comercio también experimentaron una fuerte recuperación.
Además, consignó que el crédito real está aumentando y que la confianza del consumidor subió un 8,8% en octubre.
Además, estableció que la desinflación continúa, con una inflación mensual alcanzó el 2,7% en octubre, su nivel más bajo desde noviembre de 2021, y resaltó que los aumentos salariales comenzaron a superar la inflación desde abril.
“Se registraron superávits presupuestarios primarios de enero a octubre de 2024, algo que Argentina no había visto desde 2010. Estas mejoras están poniendo la consolidación fiscal en camino de alcanzar la meta de superávit fiscal primario del 1,5% en 2024, en consonancia con el cierre del déficit fiscal general”, postuló, además.
A nivel general, proyectó que la economía global seguirá siendo resistente a pesar de “los desafíos significativos”. En sus Perspectivas Económicas, habló de un crecimiento del PBI mundial del 3,3% en 2025, frente al 3,2% en 2024 y al 3,3% en 2026.
En cuanto a la variación de precios, consignó: “Se espera que la inflación en la OCDE disminuya aún más, del 5,4% en 2024 al 3,8% en 2025 y al 3,0% en 2026, respaldada por la postura aún restrictiva de la política monetaria en la mayoría de los países”.
“La inflación general ya ha vuelto a los objetivos del banco central en casi la mitad de las economías avanzadas y cerca del 60% de las economías de mercados emergentes” agregó.
En relación a las perspectivas compartidas para la Argentina en el 2025, el organismo espera una evidente mejora del escenario actual al prever un crecimiento de la actividad del 3,6%, menor al 3,9% proyectado en el análisis previo y una variación de precios que alcance una suba del 29,8% anual, por debajo del 46,7% previsto anteriormente.
“En Argentina se observan signos tentativos de recuperación en los últimos meses tras una contracción desde mediados de 2022”, reportó. De cara a los próximos meses, dijo que espera un mejor panorama en el consumo y afirmó que la recuperación “se sustentará en aumentos de los salarios reales en un contexto de inflación en descenso y fortalecimiento del mercado laboral”.
Paralelamente, sostuvo que “la inversión se beneficiará de una mayor confianza a medida que se reduzcan gradualmente los desequilibrios macroeconómicos, con un mayor apoyo de un nuevo régimen preferencial para grandes proyectos”, y que “las importaciones se recuperarán a medida que aumente la demanda interna, superando el crecimiento de las exportaciones” y advirtió que “las demoras en la implementación de las reformas planificadas son un importante riesgo a la baja para las proyecciones”.
En esa línea, expresó que la consolidación fiscal debería continuar. “El banco central ha estado reduciendo sus pasivos cuasifiscales y cerrando varias fuentes indirectas de creación de dinero”, recordó, y estimó que la flexibilización de las restricciones a las importaciones y los controles cambiarios proporcionaría un impulso adicional al crecimiento.
Sin embargo, remarcó que se necesitarán tasas de interés reales internas más altas para impulsar la demanda de activos en moneda nacional a medida que se relajen los controles cambiarios.
Los analistas de la OCDE expusieron hay “una agenda de reformas desafiante para estabilizar la economía” y que “serán necesarios renovados esfuerzos para sostener la consolidación fiscal”.
“Las posibles opciones incluyen mejorar la gobernanza y la focalización de algunos programas de protección social; racionalizar los subsidios a la energía, el transporte y el agua y aumentar la eficacia de la recaudación de impuestos, simplificando el sistema tributario”, agregaron.
“Se necesitarán tasas de interés reales positivas para contener la inflación y generar demanda de la moneda nacional una vez que se levanten los controles de capital, pero esto tendrá costos fiscales, que se sumarán al difícil acto de equilibrio que enfrentan las políticas macroeconómicas”, valoró.
En tanto, sobre la producción, consideraron que para impulsar su crecimiento se necesitarán reformas estructurales de amplio alcance, que incluyan mayores avances en la racionalización de las regulaciones, menores barreras de entrada al mercado, mayor competencia, menores barreras comerciales y programas de capacitación que respondan a la demanda de habilidades técnicas de los empleadores.