La devaluación convalidada por el Gobierno nacional, principalmente en las últimas 48 horas, motivó interpretaciones diversas entre referentes económicos locales.
Con todo, coinciden en que la movida es un “arma de doble filo” con pros y contras que habrá que evaluar. Incluso, pidieron esperar a las próximas horas, por un lado para ver cuál es el techo de la divisa estadounidense ,y por otra parte, para conocer si el Gobierno avanza con medidas complementarias.
“El Gobierno convalidó el mensaje que estaba dando el propio mercado al permitir esta devaluación”, analizó José Arnoletto, presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas.
Para el especialista, “si bien en el fondo un dólar a valor más alto le hace bien a la economía porque encarece el precio de las exportaciones, quien lo va a sentir más es el consumidor porque notará que se van a encarecer los precios de todos los productos con insumos con base en el dolar”. Pero, según Arnoletto, este escenario sería ponderable “si hubiera un gobierno con credibilidad”.
El escenario que vislumbra para el corto plazo es una aceleración del consumo, al entender que “muchas personas van a salir a anticipar compras para desprenderse de la moneda” pero, a la larga, “ese consumo se va a frenar por el alza de precios”.
“Esta cotización del dólar nos lleva a un escenario parecido al de 2007 en materia cambiaria, vuelve un poco más competitiva la industria y nos da una oportunidad para recuperar”, dijo y no dudó en señalar que “un dólar a ocho pesos le sirve a Córdoba, una provincia netamente exportadora”.
También consideró que la nueva cotización “le trae un poco de aire al Gobierno” pero consideró que, “para no dilapidarlo, tendría que implementar una disciplina fiscal. Si lo va a destinar a subsidios y a consumo, su duración será muy efímera”.
Por su parte, el economista José María Rinaldi advirtió de que se trata de un “nuevo golpe del mercado” aunque en este caso del que opera en el segmento oficial.
“Hay una demanda creciente de dólares de importadores que, ante la posibilidad de una aceleración de la devaluación buscan anticipar el pago de deudas y, por otra parte, una reticencia de los exportadores a liquidar también frente a la alternativa de hacer alguna diferencia extra con una suba del dólar”, graficó.
Más allá de la explicación, Rinaldi admitió cierto desconcierto respecto a la estrategia oficial.
“Está claro que ese nuevo golpe de mercado fue convalidado por el Banco Central que en este caso priorizó cuidar las reservas. El objetivo puede ser mejorar la competitividad del sector industrial y exportador pero el tema es que un salto tan brusco va a impactar en los precios internos, situación que sería contradictoria con uno de los puntales del modelo desde 2007 a esta parte que es la demanda del mercado interno”, consideró.
Rinaldi se mostró cauto y no descartó que en las próximas horas se anuncien medidas que apunten a complementar la nuestra estrategia del equipo económico.
En tanto, en el sector financiero, fuentes consultadas por este medio -quienes prefirieron el anonimato- admitieron que la suba del dólar apuntará a achicar la brecha con el marginal.
“Con esa estrategia el Gobierno se aseguraría que los exportadores liquiden los saldos retenidos, principalmente con la nueva cosecha gruesa. Esa movida le permitirá contar con fondos extra y también redundará en un mayor consumo, por ejemplo vía compra de inmuebles”, indicó uno de los informantes.
Las fuentes coincidieron en que el Gobierno priorizó preservar las reservas que, no obstante, aún se ubican en valores razonables.
Asimismo, no descartaron una suba de tasas aunque con un límite fogoneado por el Central en el caso del crédito para no afectar el consumo. “El dólar podría seguir una senda alcista hasta $15 al cierre del año”, señaló otra fuente cuya casa central se ubica en plena city local.