Mejoró casi 10 puntos la confianza de los productores

Hay pesimismo por la situación actual pero las expectativas futuras son vistas como muy buenas, según los resultados de la encuesta del AgBarometer de la Universidad Austral. Siete de cada diez chacareros están preocupados por las condiciones climáticas que afectan la actual cosecha fina pero también que impactarán en la gruesa que se inicia

La incertidumbre política y macroeconómica, además de las altas tasas de interés y las demoras en las entregas de tractores o cosechadoras, entre otros activos fijos que utiliza la producción agropecuaria, son algunos de los principales motivos que están frenando las inversiones de los productores en el país. Sin embargo y contra lo que podría pensarse, los índices de confianza que muestra el sector han experimentado una mejora relativa en los últimos tres meses, según el último informe del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Efectivamente, el dossier de prensa del AgBarometer del centro de estudios mencionado marca un valor de 83, lo cual representa un incremento de 9,2% en relación con la medición de julio de este año.
“Aun incluso con niveles negativos respecto de otras épocas, se observa una pequeña mejora en la confianza de los productores, basada fundamentalmente en las expectativas futuras”, confirma el estudio.
La vigencia del «dólar soja» aceleró las ventas de los productores, quienes manifestaron que los usos de los recursos serían en mayor medida para la compra de insumos, el pago de arrendamientos y otras cuentas pendientes; y en menor medida, para la compra de dólares financieros.
Existe por supuesto una gran preocupación por las condiciones climáticas y se cree que, en muchos casos, los daños al trigo son irreparables, lo que genera además una reducción en la siembra de maíz.
Al mismo tiempo, los productores piensan (como ya se dijo) que no es un buen momento para realizar inversiones en activos fijos y muestran así una importante caída en relación con los sentimientos manifestados en marzo pasado, cuando se reflejaban parámetros altamente positivos. Hoy se observa que las inversiones que se pensaban en julio son “muy riesgosas”.

Los datos duros del informe
● La mejora más importante ocurre en el Índice de Expectativas Futuras, que alcanza un valor de 91, lo que significa un incremento de 15% en relación con la medición de julio. Respecto a este sector, las expectativas para los próximos cinco años son marcadamente positivas, con un valor de 150 (siendo éste el único índice por encima de 100), lo que probablemente refleje la posibilidad de un cambio de gobierno en 2023 y una mayor valoración de los aportes del sector a la economía argentina.
● Por su parte, el Índice de Condiciones Presentes, con un valor de 71, no muestra cambios en relación con los valores de julio. Estos números se mantienen, aun -incluso- a pesar de la vigencia del «dólar soja», que se interpreta como una medida aislada y motivada solamente por la urgente necesidad de incrementar las exhaustas reservas del Banco Central.
● Por otra parte, 66% de los productores piensa que no es un buen momento para realizar inversiones, número que contrasta con el optimismo presente hasta mayo, que se tradujo en las grandes compras de maquinarias y equipos realizadas en los primeros cinco meses de 2022.
● Ratificando el punto anterior, 71% de los productores manifiesta que no va a realizar inversiones en activos fijos dentro de los próximos 12 meses. Cerca de 46% opina que el principal limitante de la inversión es el riesgo derivado del contexto político-económico; 24% lo atribuye a la inexistencia de financiamiento; 21% a los riesgos propios de la actividad; 10% a que ya realizó inversiones y 9% al hecho de que no visualiza proyectos rentables.
● En lo referido a las fuentes de financiamiento, las opciones preferidas apuntan a las operaciones de canje, tanto a cosecha (mencionado por 34% de los productores) como disponible (33% de los productores), seguidas por los pagos al contado (utilizada por 25% de los productores).
También son importantes las operaciones de financiación mediante tarjetas agro (25%) y el uso de cheques diferidos (22%). En este marco, es importante destacar la no utilización de créditos bancarios debido al contexto de altas tasas de intereses.
● Como es de público conocimiento, durante septiembre el Gobierno permitió liquidar las exportaciones con un tipo de cambio de $200 por dólar, siendo éste sustancialmente mayor que el tipo de cambio oficial, hecho que motivó una aceleración en las ventas de los productores que se vio reflejada en esta encuesta (57% de ellos manifestó un aceleramiento en sus ventas).
● Los resultados de la vigencia del «dólar soja» fueron cuantificados por el Ministro de Economía, que manifestó que los resultados obtenidos habían superado las expectativas en el ingreso de divisas y contribuido a generar un clima de mayor tranquilidad cambiaria, como resultado del aumento de reservas en el Banco Central.
● Mencionó que usará dichos fondos para la compra de insumos 73% de los produtores; y 41% la posibilidad de realizar arrendamientos o cuentas pendientes, siendo apenas 11% de los casos los que mencionaron la compra de dólar MEP.
● Hay una gran preocupación de los productores por la situación climática: 46% ve pérdidas irrecuperables en la producción de trigo; 32% piensa que puede haber una recuperación y solamente 22% manifiesta que no observan daños en los cultivos.
● En el mismo sentido, 59% de los productores teme la presencia de eventos climáticos desfavorables; 23% piensa que frente a dichos eventos se deberían realizar cambios en los planteos productivos, y 15% vislumbra que la situación se va a normalizar.
● Finalmente, 68% de ellos manifiesta que no van a incrementar el área de soja a expensas de la siembra de maíz, mientras que 32% piensa aumentar el área de soja en detrimento de la correspondiente al maíz.