La designación de Silvina Batakis como ministra de Economía no ha logrado llevar tranquilidad a los mercados. Aunque el dólar blue se estabilizó alrededor de $250 tras bajar del pico de $280 alcanzado el lunes, se mantiene la incertidumbre respecto a las medidas que va a tomar el nuevo equipo económico.
Tensionados por las distintas posturas internas, la falta de un relato único sobre cómo se van a encarar los grandes desafíos que se presentan a futuro (inflación, gasto público y negociación con el FMI) se presenta como el principal escollo a la hora de llevar tranquilidad tanto a los grandes capitales financieros como a los pequeños ahorristas.
Las restricciones a las importaciones y las complicaciones para girar divisas al exterior ponen en riesgo la llegada de nuevos capitales al país. La baja del precio de los commodities también amenaza con reducir el flujo de dólares que entran por exportaciones de productos derivados del campo, lo que dificulta las previsiones para engrosar las arcas del Banco Central, pieza clave del acuerdo con el FMI.
Pese a ello, la titular del organismo, Kristalina Georgieva, se mostró optimista sobre la posibilidad de trabajar en conjunto con la nueva ministra: “Muy buena llamada con la ministra Batakis hoy para discutir la implementación del programa de la Argentina. Esperamos continuar con nuestro compromiso constructivo para promover la estabilidad económica y el crecimiento inclusivo en un entorno global muy desafiante”, dijo en un mensaje en Twitter.
En Estados Unidos entienden que la crisis económica requiere de una solución política, por las internas que empujan al poder ejecutivo a la inmovilidad. La salida de Guzmán podría haberse vivido como la oportunidad de encontrar consensos para llevar tranquilidad al exterior, pero la designación de Batakis parece responder más a la idea de que fue la pieza de un acuerdo subóptimo para las partes en pugna.
El banco de inversión JP Morgan, en un informe que circuló luego de la designación de Batakis, alertó sobre el crecimiento del cristinismo dentro del balance de poder, torciendo el equilibrio existente hasta entonces. En dicho informe se expresó preocupado por el riesgo a una hiperinflación.
Por los antecedentes de la visión más heterodoxa en el kirchnerismo al frente de la política económica, JP Morgan alertó: “Esperaríamos una postura fiscal más expansiva y, potencialmente, una renegociación del programa del FMI en medio de crecientes desequilibrios y una brecha cambiaria más amplia”.
Esta desconfianza de los grandes grupos financieros del exterior es lo que deberá tratar de revertir la nueva ministra a los fines de asegurarse las condiciones de cumplimiento del acuerdo con el FMI que permitan las condiciones de gobernabilidad y estabilización económica que necesita el gobierno del Frente de Todos.
