Llaryora paga $672 millones a proveedores y ahora analiza emitir, en un escenario incierto

Incluye el primer desembolso de capital y el sexto de intereses del bono destinado a cancelar deuda con contratistas. Además, estudia si “rolea” una letra por $900 millones que vence a fin de mes. En paralelo, sondea el escenario para colocar un título de mediano plazo para financiar obras, todo en un contexto inestable

La Municipalidad de Córdoba pagará el próximo lunes un total de 672,64 millones de pesos en concepto de capital e intereses del bono por dos mil millones de pesos emitido oportunamente para cancelar deuda con contratistas y proveedores.

Se trata del primer pago de capital de los cuatro previstos hasta mayo de 2023, fecha en que vencerá el título.

Sin embargo, como no todos los bonos buenos colocados entre los acreedores, el pago real será de poco más de 400 millones de pesos, según admitieron a Comercio y Justicia fuentes del Palacio 6 de Julio.

Como fuere, el desembolso es importante en un contexto en el que los recursos no son precisamente holgados y más aún en un momento de alta incertidumbre por el escenario electoral y las posibles consecuencias económicas de los comicios.

Los números del municipio son una verdadera incógnita, por lo que resulta imposible saber si el esfuerzo del vencimiento por delante es un desafío de peso o apenas un “vuelto” para la administración municipal.

Sucede que el último dato disponible de la ejecución presupuestaria data de septiembre de 2020. Desde entonces no hay número que explique cuál es la verdadera situación económico-financiera de la comuna.

Ayer, el intendente Martín Llaryora aseguró que las cuentas muestran resultado positivo y que a partir de esa situación se puede emprender un ambicioso plan de obras y otras inversiones, por ejemplo la compra de unidades cero kilómetro para la estatal Tamse.

En declaraciones a Entre Nosotros Rebeca, en Radio Universidad, el jefe comunal evitó, sin embargo, dar una explicación sólida de por qué no se publican los números oficiales.

“Nos dejaron datos muy poco consistentes”, dijo ante una consulta de este periodista y en referencia a la gestión anterior.

Letras bien rankeadas

Con todo, sí esbozó una argumentación para asegurar que las cuentas están en orden. “La emisión de letras tienen una calificación y una trayectoria que nos han permitido ampliar los plazos y, sin embargo, mantener tasas competitivas”, dijo como forma de graficar que el aval de los inversores es la mejor señal que la situación de la comuna es positiva.

En ese marco, el próximo día 27 vencerá la Letra Serie XLI por 900 millones de pesos, emitida en marzo pasado a 270 días.

En un escenario normal, ese vencimiento sería cubierto por la colocación de otro instrumento similar, esto es, “rolear” el pago.

Sin embargo, la situación hoy no es precisamente “normal”. El escenario que se abre por delante es incierto luego de las elecciones del próximo domingo y las medidas que pudiera anunciar el Gobierno ya desde la semana próxima.

En ese marco, el municipio estudia qué decisión tomará. En principio, la idea es emitir aun en esta circunstancia. En todo caso se verá cuál es el panorama que se abre en los próximos 15 días para ver qué determinación se adopta.

¿Bono a largo plazo?

Por lo demás, está pendiente la emisión de un título de deuda en pesos a cuatro años de plazo por un monto de al menos dos mil millones de pesos.

“Es una herramienta que está en análisis”, admitió ayer Llaryora a este medio, sin dar mayores precisiones.

En rigor, ese bono estaba como alternativa y figuraba como proyecto en el Presupuesto 2021. Sin embargo, por diferentes circunstancias, el título nunca se emitió. Al menos hasta ahora.

Según pudo conocer este medio, la emisión aún en esta circunstancia, no está descartada.

De todas formas, al igual que la colocación de una nueva Letra, todo está en etapa de análisis y monitoreo del día a día para ver en qué sentido evoluciona la situación.

En cuanto al bono, por ahora no se conocen mayores datos aunque sí su destino. Se utilizará para financiar el plan de obras que la comuna pretende sostener el año próximo.

Ayer, Llaryora reconoció que la comuna no cuenta con fondos que no sean del ahorro que se genera de los recursos propios. A diferencia de Schiaretti, el municipio no tomó ningún crédito externo de bancos de inversión o bien de organismos multilaterales, tal como sí lo hizo la Provincia.

Tampoco dispone de fondeo que aporte el Gobierno nacional, al menos en un volumen que le permita diseñar un ambicioso plan de obras.

En esa línea, la emisión de un bono a cuatro años en pesos le permitiría contar con ciertos recursos para poder asumir los proyectos que se planean para el año próximo.