Llaryora no paga hoy US$5,9 millones y la Municipalidad entra en default técnico

[caption id="attachment_201595" align="alignleft" width="89"] Por Alfredo Flury aflury@comercioyjusticia.info [/caption] Venció el plazo de gracia para abonar el servicio de intereses del bono por US$150 millones que emitió Mestre. La comuna no hizo el depósito de los fondos. Pidió un waiver a los bonistas mientras continúa abierta la negociación para reestructurar intereses y plazos del título. Salvo que 25% de los tenedores de la herramienta acuda a la Justicia de Nueva York, la situación por ahora no debería generar consecuencias ni siquiera para la futura colocación de letras en pesos La Municipalidad de Córdoba no depositó los 5,9 millones de dólares de un nuevo servicio de intereses del bono por 150 millones de dólares emitido durante la gestión de Ramón Mestre y, de esta manera, entró en default técnico.[privado] La decisión de no abonar fue confirmada a Comercio y Justicia por fuentes del Ejecutivo comunal. No obstante, aclararon que la falta de pago no significa que las negociaciones con los bonistas se frenen, aunque por ahora sin acuerdo. La intención oficial -anticipada meses atrás por el propio intendente Martín Llaryora- es reestructurar esa deuda externa, tal como lo hizo la Nación y como lo viene desarrollando el Gobierno provincial, todavía sin éxito. Sin embargo, a diferencia de la Provincia, que aún tiene plazo hasta diciembre para continuar negociando sin caer en cesación de pagos -recién entonces debe afrontar un nuevo vencimiento-, en el caso de la Municipalidad eso ocurrió hoy, es decir, entró en default técnico. ¿Por qué técnico?. Porque las partes involucradas siguen negociando. De hecho, un default liso y llano se concretaría si los tenedores del bono que reúnan 25 por ciento del instrumento resuelve en asamblea recurrir a los tribunales de Nueva York y solicitar a la Justicia que active la cláusula de aceleración, esto es, que la Municipalidad no sólo pague ese vencimiento ahora incumplido sino que cancele el título entero, es decir, 150 millones de dólares. Afortunadamente para la comuna, no parece factible esa posibilidad. De hecho, aunque la discusión no es sencilla, las partes siguen negociando. En ese marco, la Municipalidad pidió un waiver (perdón o dispensa) a los bonistas para que permitan extender el plazo de pago que hoy se incumplió, hasta tanto se pueda alcanzar un acuerdo. Por ahora, las condiciones de la reestructuración que pretende la comuna se mantiene bajo el hermetismo de la denominada cláusula de confidencialidad. Esa falta de difusión de los términos de la propuesta se ha postergado una y otra vez pero es inminente su difusión. La idea básicamente es reducir los intereses originales del bono y también los plazos de pago, particularmente las amortizaciones de capital, que sólo vencerán en 2022, 2023 y 2024. En cada uno de esos años, el municipio debe pagar 50 millones de dólares. Al tipo de cambio oficial mayorista de hoy, cada uno de esos pagos representa 39.150 millones de pesos, casi tanto como un presupuesto anual de la Municipalidad. En rigor, la estrategia como en tantos casos vinculados a la emisión de títulos, es, llegado el caso del vencimiento, cancelarlos con la recaudación derivada de la emisión de otro bono. Al menos ésa es la conducta habitual en bonos bullet, aquellos que amortizan todo el capital al cierre. Si bien éste no es el caso, se asemeja mucho, a diferencia de otros títulos que van cancelando periódicamente capital e intereses hasta el vencimiento del bono. En cuanto a los intereses que la comuna debía pagar hoy y no lo hará, representan 461,97 millones de pesos. Eventualmente sería una cifra afrontable. Es que si bien la comuna está en una situación económica-financiera muy complicada, podría emitir una letra y recaudar el monto necesario para no caer en default. Sin embargo, el pago debe ser en dólares y no en pesos. Y el problema es precisamente conseguir dólares. De hecho, el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, sugirió ya a las provincias e incluso a las empresas con deudas en el exterior, que buscaran reestructurar sus pasivos porque la Nación no avalaría la entrega de esas divisas necesarias para el pago. Además, la Nación pretende que, así como logró reestructurar su deuda con los bonistas extranjeros, también el resto de los subsoberanos debería ir en la misma línea. La premisa es cuidar los dólares, que -de más está decir- son un bien escaso en esta coyuntura. El vencimiento original del servicio a pagar fue el 29 de septiembre pasado. Sin embargo, producto de las cláusulas vigentes, el emisor tiene 30 días más como período de gracia para pagar. Ese plazo es el que precisamente vence hoy. El bono emitido por Mestre en 2017 para financiar diferentes obras en la ciudad, paga servicios de intereses mensuales y de capital en 2022, 2023 y 2024. Consecuencias Por lo demás, por ahora el default técnico en el que incurre desde hoy la comuna, no tendrá en principio consecuencias prácticas. Incluso si eventualmente la comuna quisiera emitir una nueva letra del Tesoro en el mercado doméstico, las tasas que debería convalidar no deberían ser muy diferentes a las ya pagadas. En todo caso, si paga mayor interés no será por el contexto generado por el no pago del bono en dólares, siempre y cuando se continúe negociando y se llegue a un acuerdo. Diferente será el caso si la situación no llega a buen puerto y efectivamente la Municipalidad entrara en default, horizonte que hoy no se vislumbra más allá de las dificultades para imponer una quita y mayores plazos que los bonistas mayores, principalmente fondos de inversión, buscan modificar siempre en mejores condiciones respecto a las quitas que ofrece la comuna. [/privado]

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