Aunque difiere sensiblemente según el sector de la economía que se aborde, la informalidad económica es un fenómeno general que marca a fuego las limitaciones de las políticas sectoriales y la injusticia esencial de la estructura tributaria nacional.
Tradicionalmente se ha identificado el comercio pequeño y mediano como uno de los sectores con mayor densidad de “negro” en su economía. Y uno de los indicadores de informalidad es el grado de bancarización. Se confirmó ayer por propia boca de la Cámara de Comercio nacional, que casi la mitad de los comercios de todo el país no posee cuenta bancaria alguna que registre sus movimientos.
Según el relevamiento, 53,5 por ciento del comercio minorista está bancarizado, apenas 16,1% posee cuenta corriente y casi 70% de los establecimientos registró una caída interanual de ventas respecto del 2008.
De modo que sólo uno de cada dos comercios posee caja de ahorro, cuenta corriente u otro tipo de depósitos. Sólo uno de cada dos ha tomado algún crédito o paga la remuneración de sus empleados a través de un banco.
Por otra parte, los resultados de la encuesta revelaron que 69,4% de los comercios registró una disminución interanual de sus ventas. “Este porcentaje se encuentra por debajo del correspondiente a noviembre de 2008, cuando se había ubicado en 76,5 por ciento”, señaló el informe de la Cámara. El 52% dijo que las ventas reales cayeron en noviembre respecto de 2008, para 32,7% se mantuvieron estables y para 15,1%, mejoraron.