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La industria textil perdió más de 60 mil puestos directos en cuatro años

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La crisis actual más la falta de protección industrial y el sistema impositivo nacional atentan contra los fabricantes de textiles e indumentaria. La actividad cayó 18% en lo que va del año y el uso de la capacidad instalada de las empresas bajó 20 puntos aproximadamente entre 2016 y 2019 La industria nacional pierde lugar contra la importada, sujeta a un sistema que atenta contra su competitividad

Por Laura Pantoja – [email protected]

El sector textil de Argentina es otro de los más afectados por esta crisis coyuntural, agravado aún más por un estado de situación que arrastra de años anteriores, sujeto a la ausencia de políticas de protección del entramado de producción y víctima de un sistema impositivo y de costos que atenta contra la competitividad de la cadena de valor.
La actividad textil y de indumentaria perdió 18% en el acumulado del año, mientras que si se tiene en cuenta la variación con respecto al año 2015, perdió 27% en la fabricación de prendas de vestir y 25% en la fabricación de productos textiles.
Con todo, esto trajo aparejado una pérdida de los puestos de trabajo directos, que según las estadísticas formales se acercan a casi 30 mil puestos desde desde el cuarto trimestre del año 2015 hasta el cuarto trimestre del año 2018, número que se replica también en los espacios informales,y sin tener en cuenta el impacto que esto ha generado también en los puestos indirectos. En total, la cadena de valor textil y confecciones redujo 19% su cantidad de empleados registrados durante el período mencionado.

Esto derivó en la disminución del uso de la capacidad instalada de las empresas vinculadas al sector textil y confecciones que en este momento promedia el 50%. En el año 2016 la utilización de la capacidad instalada era de 68% en promedio, mientras que este año este valor ronda el 47%, según el último informe a junio de este año de la Fundación Pro Tejer, la organización sin fines de lucro cuya misión es asistir, desarrollar, contener e integrar a la cadena de valor agro-industrial textil y de confecciones de la República Argentina.

La mayoría de las empresas del sector son Pymes, es decir, su dueños trabajan junto a sus empleados, es por ello que el último recurso para paliar la crisis son los despidos de personal. Es así, que muchas empresas han “aguantado” mucho tiempo hasta que no tuvieron más remedio que iniciar trámites de convocatoria de acreedores, procedimiento preventivo de crisis, como así también en algunos otros casos cerrar sus puertas. La situación es particular y diferentes en cada firma explicó a Comercio y Justicia, Luciano Galfione, secretario de Fundación Pro Tejer

Mercado, producción nacional e importación
El mercado textil en el año 2015 concentraba 500 mil toneladas, número que se redujo a 400 mil toneladas este año en el marco de la crisis y la consecuente caída de la demanda, según aclaró a Comercio y Justicia, Luciano Galfione, secretario de L Fundación Pro Tejer.
No obstante, otro dato preocupante es la pérdida de la participación de la producción nacional frente a la importación “En aquel momento (2015) la distribución era pareja, 50% y 50%, mientras que ahora el porcentaje de importación es de 60% frente al restante, de origen nacional”, explicó el directivo.
Pero no es todo, la mayor parte de la mercancía importada está constituida por prendas terminadas, lo que provoca un vaciamiento de la cadena de valor de la industria textil. “Cuanto menos valor agregado hay, menos trabaja la cadena de valor”, asintió el secretario.
En el gráfico 1 ( ver gráfico 1 de importaciones) importaciones de productos textiles se puede apreciar el aumento de 123,5% de la importación de prendas de vestir desde el 2015 hasta el 2018, cómo así también, en el gráfico 2 (ver gráfico 2 de importaciones) de importaciones de productos textiles, también se puede apreciar que en el marco de la contracción del mercado, también cayó la importación interanual en 30,2% de prendas de vestir y en 34,2% en confecciones para el hogar.

El ejecutivo entiende la decisión de las empresas por las que les resulta más conveniente importar las prendas confeccionadas que producirlas en el país, se “trata de maximizar su rentabilidad”, según apuntó, pero aclara que el encarecimiento de una por sobre otra no se debe a un problema de la producción nacional, sino a la falta de “competitividad sistémica argentina”.
“Si en España una prenda vale cinco euros y la misma prenda – confeccionada en Vietman- en Argentina cuesta el doble, tengo mi serias dudas de que la tienda multinacional que la compra busque sólo tener el doble de ganancias que en el resto de los países. El problema no es la producción, en Argentina la producción está bien, pasa que cuando lo que bien producimos al interior de nuestras fabricas atraviesa las puertas hacia afuera, se encuentra con una de las más altas cargas impositivas del mundo, servicios de baja calidad y carísimos, burocracia en todos los organismos, etc etc. A esto le llamamos la falta de competitividad sistémica”, amplió
El directivo asegura que la industria nacional textil, por su productividad e inversión en tecnología y desarrollo es de “clase mundial”. Asegura que “el problema no es que no pueda fabricar de acuerdo a los estándares mundiales”, sino, todo “lo que debe enfrentar en materia de impuestos, tarifas de servicios y costos logísticos altos, costos financieros, más complicaciones administrativas y burocráticas, litigiosidad laboral, conducen a un producto caro y no competitivo”

Insiste en que es un tema complejo de cambiar, y que debiera comenzar por una transformación radical del sistema impositivo, que en lugar de gravar sobre los “bienes y servicios de consumo”, se debería gravar sobre las personas, como en lo países modernos.
“Nos quejamos del impuesto a las ganancias, porque también pagamos impuesto a los bienes de consumo, pero en el mundo moderno sólo se grava sobre ganancias y los bienes de las personas, es más progresivo”, dijo
“Acá un trabajador común paga Ingresos Brutos, Iva, lo mismo que una persona que cae en un MWV al shopping, y eso está mal, no es un sistema progresivo y nos tenemos que dar ese debate para lograr un país más competitivo, hay que reformular el sistema impositivo, la infraestructura logística y los costos financieros, es imposible hoy subsistir con tasas de interés de 70%”, ultimó.

Acerca de Fundación Protejer
Inició sus actividades en el mes de octubre de 2003 y encuentra su origen en el espíritu emprendedor de más de 40 socios fundadores – entre los que se encuentran las principales empresas del sector, sindicatos de trabajadores, universidades y centros de investigación sectorial – que coincidieron en la visión y en la necesidad de generar un ámbito institucional que permita, a través de su acción, el reposicionamiento de la cadena de valor en la agenda pública como un eslabonamiento estratégico para el desarrollo social y económico del país.
La Fundación Pro-Tejer cuenta con más de 100 socios que adhirieron a la visión de los fundadores y se ha consolidado como un notable referente de la cadena de valor textil – confecciones de la Argentina. Además de su intensa labor de difusión pública, la Fundación desarrolla una serie de actividades y servicios que brinda de forma permanente a la comunidad textil del país, y ha logrado elevar a las autoridades nacionales propuestas de políticas industriales, muchas de las cuales se han transformado en instrumentos esenciales para el crecimiento de nuestra cadena de valor.

 

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