ESCUCHARPasó de $14.960,2 millones a $28.218,8 millones por toma de nuevo financiamiento en dólares y por el impacto de la devaluación. En tanto, la Provincia mostró un superávit financiero de $3.326,8 millones, 808,7% superior al de un año atrás. El ahorro se logró a costa de una baja interanual en las partidas destinadas a obras. Las fuentes financieras crecieron por toma de crédito – Alfredo Flury – [email protected]
La deuda pública consolidada de la Provincia alcanzó al 30 de junio pasado 28.218,8 millones de pesos, 88,6 por ciento más que la registrada un año atrás, traccionada por la emisión de bonos en dólares y por el impacto de la devaluación sobre el pasivo nominado en la divisa estadounidense.
En tanto, respecto al 31 de marzo pasado, la suba del pasivo fue de 38,6 por ciento.
Así, la relación de la deuda respecto a los ingresos totales de la Provincia alcanzó 31,2 por ciento y quebró una tendencia decreciente que había comenzado en 2003 (en rigor, desde entonces se publican datos oficiales) cuando había alcanzado 205 por ciento. Desde ese monto, la relación fue variando hasta llegar a 27 por ciento al cierre del año pasado.
Se estima que este año se situará bien por encima de 40 por ciento, toda vez que es inminente la emisión de nuevo endeudamiento mediante la emisión de bonos o bien toma de crédito.
De hecho, el quiebre de la tendencia decreciente que se observó en la relación deuda/ingresos en los últimos 16 años se debió a la reciente emisión de títulos por 725 millones de dólares en el mercado externo.
La Provincia asegura que el ratio se ubica en un nivel aceptable a tenor de la estructuración del pasivo. La deuda nueva está calzada a largo plazo y con tasas ciertamente menores que los Boncor 2017 que se tomaron años atrás.
Con todo, el pasivo está altamente expuesto al dólar. Al 30 de junio pasado, de los 28.218,8 millones de pesos de deuda, 22.830,4 millones estaban nominados en dólares convertidos a pesos al tipo de cambio oficial del momento -15,04 pesos por dólar-.
Esa alta exposición será aún mayor en los próximos meses ya que la mayor parte del financiamiento que se prevé tomar será también en divisa estadounidense.
En definitiva, esa exposición y los cíclicos movimientos del tipo de cambio en el país suponen, cuanto menos, un escenario incierto respecto a las chances de la Provincia de atender sin mayores sobresaltos a esa deuda.
Por lo demás, la Provincia recuerda que toda la deuda tomada será para financiar obra pública y eventualmente para reestructurar vencimientos y mejorar el perfil del pasivo, tal como ocurrió con el rescate anticipado de parte de los Boncor a un plazo más largo y a una tasa menor.
Paralelamente, advierte de que buena parte del pasivo será atendido por la Nación, por ejemplo con parte de los créditos que se tomen para los gasoductos troncales o las cloacas para la ciudad de Córdoba.
Superávit a costa de obras
La Provincia insiste en que la toma de deuda es para fondear el ambicioso plan de obra pública, anunciado oportunamente.
Con todo, al 30 de junio pasado, la ejecución presupuestaria no mostraba todavía los efectos de los anuncios.
Según los datos oficiales informados por la Provincia, las erogaciones de capital alcanzaron en el primer semestre 3.429,2 millones de pesos, 2,97 por ciento por debajo de un año atrás. En tanto, la partida de Trabajos Públicos alcanzó 1.499,8 millones de pesos, 26,4 por ciento menor al 30 de junio de 2015.
La caída en términos nominales, que de hecho ya se había advertido durante las ejecuciones parciales de este año, se agrava si se mide a valores constantes, esto es deflactada por precios.
Una vez más, la Provincia ratifica que los efectos del megaplán de obras comenzará a observarse, en los hechos, en los próximos días.
Como fuere, esa subejecución de partidas destinadas a obras determinó que el resultado financiero de las cuentas públicas cerrara el semestre con un superávit de3.326,8 millones de pesos, 808,7 por ciento mayor al de un año atrás.
Esa suba fue producto de ingresos totales por 44.721,7 millones de pesos, 41,2 por ciento mayores, y de gastos totales por 41.394,8 millones de pesos, 32,2 por ciento más elevados que en igual período del año pasado.
En el desglose previo a ese resultado, los ingresos corrientes subieron 40,7 por ciento y los gastos corrientes 36,7 por ciento, con un alza de 35,9 por ciento en las erogaciones de Personal, esto es el gasto salarial.
Así, el ahorro corriente llegó a 5.513,9 millones de pesos, 76,3 por ciento más que el año pasado.
En tanto, los ingresos de capital crecieron 60,4 por ciento y las erogaciones de capital bajaron 2,97 por ciento, dato ya explicitado.
Se descuenta que el superávit financiero se neutralizará al cierre del ejercicio, básicamente por el aumento de las erogaciones en obra pública y también por los gastos en personal, impulsados no sólo por el segundo escalón de aumento a los empleados públicos sino también por una segura reapertura de la paritaria con éstos, aun pese a la negativa oficial a retomar esa discusión, al menos por ahora.
Por lo demás, la toma de deuda de principios de junio mediante un bono en dólares impactó de lleno en el “bajo la línea” del presupuesto, con fuentes financieras que, en el tramo de uso de crédito, pasaron de 858,6 millones de pesos el año pasado a 4.753,1 millones de pesos a junio último.
Deuda flotante
En tanto, las obligaciones del Tesoro al 30 de junio llegaron a 5.671,7 millones de pesos, 25,7 por ciento más elevadas que un año atrás. De ese monto, 2.585 millones de pesos correspondieron a Personal, pagos que0 se imputaron días después. El resto corresponde a pasivo con proveedores y transferencias.
