El pago con retraso de hasta 60 días de los aumentos de los activos a los jubilados sólo funciona para reducir el déficit previsional, si la inflación y las paritarias son altas. La desaceleración de los precios, neutraliza el efecto de una medida fundamental para reducir el rojo y evitar que el Tesoro provincial tenga que cubrir ese quebranto ante la falta de envíos desde la Anses
La desaceleración de la inflación -que seguramente en abril mostrará un aumento de un dígito, según informará hoy el Indec- si bien es una buena noticia, supondrá un impacto negativo para la estrategia del gobernador Martín Llaryora de neutralizar en parte el déficit de la Caja de Jubilaciones.
Sucede que el denominado diferimiento previsional que implica pagar con hasta 60 días de atraso a los pasivos los aumentos que reciben los agentes públicos en paritarias, votado por ley 10694 en mayo de 2020, en plena cuarentena dura, restituyó el pago con atraso que ya se había utilizado años antes y que, al igual que ahora, sirvió para morigerar el impacto de la falta de envíos de fondos por parte de la Anses para cubrir el rojo previsional de Córdoba.
El punto es que ese esquema tiene efecto práctico en tanto y en cuanto la inflación sea elevada y por consiguiente las paritarias que acuerden los activos se encuentren, sino no en línea con los precios como ahora, al menos impliquen un incremento considerable.
De hecho, tal como informó Comercio y Justicia tiempo atrás, sólo en febrero, el pago retrasado de los aumentos aportó unos $4.500 millones. En tanto, la suba de alícuotas dispuestas para los activos para financiar el régimen previsional, sumaron otros $2.300 millones. Así, sobre un rojo total de unos $12 mil millones, las dos medidas tomadas por la administración Llaryora redujeron fuertemente el fondeo que debió cubrir el Tesoro ante la falta de envíos desde Anses.
Por lo pronto, los datos del Informe de Movilidad de abril del organismo aún no fueron publicados.
En ese documento se detalla el aporte que genera cada medida sobre la totalidad del gasto previsional.
Aun así, con los datos de febrero, el diferimiento más el aporte extra de los activos permitió reducir en 56% el déficit de la Caja.
El impacto de una inflación decreciente
La paulatina desaceleración de la inflación que de un pico de 25% en diciembre se fue reduciendo hasta seguramente cerrar abril en torno a nueve por ciento o a 9,5%, llevará a que la administración Llaryora vaya adecuando las paritarias de los activos a la baja.
De hecho, el último acuerdo trimestral firmado con la mayoría de los gremios estatales -a excepción de la UEPC, cuyo acuerdo vence este mes-, si bien sigue el parámetro de otorgar subas en línea con la recaudación que se mantiene en baja en términos reales, se acerca cada vez más a la inflación.
“Es cierto que la evolución de los precios fue desacelerando pero aún sigue muy alta”, reconoció a Comercio y Justicia una fuente del Ejecutivo quien admitió que el diferimiento surte efecto en tanto y en cuanto la inflación sea elevada y las paritarias también mantengan un nivel en esa línea.
Dicho en otros términos, si la inflación fuera cero, el diferimiento no tendría efecto alguno para reducir el rojo previsional.
En la práctica, a Llaryora le conviene que los precios sigan elevados y los acuerdos salariales también, siempre con el tope que le impone el aumento de la recaudación que desde hace ocho meses mantiene una caída real que difícilmente vaya a revertirse en el mediano plazo.
Por ahora, pese a la desaceleración de la inflación, el diferimiento seguirá surtiendo efecto para morigerar el rojo previsional. Tampoco nada hace suponer que la evolución a la baja de los precios vaya a sostenerse e incluso profundizarse de tal manera de cerrar el año en el dos o tres por ciento mensual.
De hecho, los analistas consultados por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, estimó un índice de precios del 88% para los próximos 12 meses.
Por lo demás y más allá de apelar al diferimiento y al aumento de los aportes personales como herramientas para suplir la falta de envío de fondos desde la Anses, nada hace suponer que en lo inmediato, el Gobierno nacional vaya a retomar los giros a las cajas previsionales provinciales no transferidas.
“No hay ningún indicio de que vayan a volver a enviar fondos en lo inmediato”, se sinceró una fuente consultada por este medio.
En ese contexto, el desierto parece que va a ser un largo camino por recorrer. Las herramientas con las que cuenta Llaryora para aminorar el déficit de la Caja no son muchas más. En todo caso, podría volver a disponer el diferimiento pleno para todas las jubilaciones, potestad que le otorga la ley 10694. Hoy, parte de los pasivos cobran con un retraso de 30 días y otros con los 60 que marca la norma.
Llaryora ya dijo tiempo atrás que si Anses no giraba tarde o temprano los fondos, la situación de la Caja se haría insostenible.
Mientras tanto, la solución parece ser política y vinculada a los acuerdos que pueda tejer el gobernador con sus legisladores para aprobar la Ley Bases y el paquete fiscal, además de la firma del “pacto de mayo”.
Pero Llaryora PituKo al mejor estilo K, sigue poniendo militantes en nuevos cargos, haciendo publicidades impresionantes, repartiendo dinero en el interior, creando universidades provinciales para usarlas de manera similar a varias Universidades Nacionales años anteriores.
Si dejars de hacer publicidad en todos los.medios de la provincia seguramente podria pagar sin ningun problema especialmente a los jibilados a los que le esta ajustando a 30 y a 60 dias un ajuste igual al 50% de la inflaciono
Pone una foto de la verdulería que es la Caja de Jubilaciones
Encima no puede bicicletEar el dinero pq el plazo fijo bajo al 40% y disminuir la obra pública no pueden pq ganan las elecciones siempre por poco margen, así están ahora